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Este fin de semana terminó en Bogotá la quinta Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, bajo el título de “Voces locales para un futuro más humano”, un evento que sirvió para intercambiar experiencias y para debatir sobre los principales desafíos que deberán enfrentar las ciudades y las regiones en los próximos años en materia de políticas públicas sostenibles, medio ambiente, economía, hábitat, cultura, entre otros temas.
La amplia agenda incluyó además las sesiones de la Academia de Periodismo Urbano, una novedosa iniciativa sobre el papel de los medios de comunicación y de los profesionales de la comunicación especializados en temas urbanos, porque “ellos dan voz a los cambios urbanos y describen la realidad urbana desde diferentes puntos de vista”.
Los medios de comunicación, por su alcance masivo, y por la credibilidad y la influencia que ejercen en los centros de poder y entre la audiencia que los sigue, tienen importantes roles dentro del desarrollo urbano sostenible, porque su trabajo, además de informativo, es social, masivo e influyente, como educadores, críticos, investigadores, denunciantes y agentes preventivos.
El tema urbano abarca casi todos los aspectos que rodean la cotidianidad de los ciudadanos: espacio público, hábitat, transporte, movilidad, accesibilidad, medio ambiente, población, patrimonio, paisaje, cultura, turismo, entre muchos otros temas con sus correspondientes subtemas.
El asunto cobra cada vez más importancia a medida que aumenta a nivel mundial la población que reside en áreas urbanas, actualmente es el 54% y se prevé que para 2050 llegará al 66%, según datos de la ONU en 2014.
Esto exige que los medios de comunicación presenten los temas urbanos con rigor y calidad, y para eso es necesario que los periodistas entiendan las problemáticas urbanas y que sepan presentarlas en un lenguaje comprensible para los lectores, los oyentes o los televidentes, porque los temas urbanos con frecuencia incluyen aspectos técnicos y especializados.
Saber y explicar no son lo mismo. No se le puede hablar al público general como se le hablaría a los colegas especializados en un área determinada porque se corre el riesgo de crear confusión y malentendidos. Pero tampoco se puede caer en el terrible error de subestimar a ese público general con el uso de eufemismos, pues ellos conocen de primera mano los territorios. Es el rigor mínimo que se le exige a todos los periodistas que se especializan en un área determinada, sea esta ciencia, medicina, economía, medioambiente, urbanismo… para que sean capaces de explicar y de contextualizar lo que está ocurriendo, de considerar los antecedentes y los posibles desencadenamientos, para que puedan identificar las fuentes más apropiadas sobre cada tema, pero también para que estén a la altura de contrapreguntar y de cuestionar muchas de las decisiones que comprometen el futuro de las ciudades y que con frecuencia implican intereses económicos y políticos.
Los temas urbanos interesan a los ciudadanos porque son asuntos cercanos a ellos, porque están relacionados con sus rutinas y con los sitios que frecuentan, además, porque la población es la primera en verse afectada positiva o negativamente por los cambios que se lleven a cabo en la ciudad o en su barrio.
De ahí que no solo es importante hacer, decidir, cambiar o innovar, sino también comunicar, pues el desarrollo sostenible de una ciudad solo podrá dar sus frutos en la medida en que el conocimiento se comparte efectivamente con la población.
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