Enamorarse es un riesgo y al mismo tiempo una incertidumbre. Alguna vez le escuché a mi abuela Ángela que enamorarse significaba “morar en el otro”, y tenía razón. Una persona enamorada se despoja de sí mismo para vivir por y para su pareja. Hasta tal punto que estando(...)
Ni lo uno ni lo otro. Sin derechos no hay Estado, mucho menos dignidad. Según la constitución política colombiana de 1991 somos un Estado participativo fundado en el respeto a la dignidad humana. También es el Estado quien debe facilitar la participación de todos en las(...)
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Una gran mayoría incapaz de decidir se ‘arruncha’ fascinada en el sofá de la vagabunda indiferencia, mientras hay elecciones en todo el mundo. El conformismo político tiene un precio muy alto y se paga con la misma moneda con la que suele pagarse la pereza: la(...)
