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Antes que nada, gracias a todos los lectores que ayer confiaron en la Caja para desahogarse. Las siguientes son conclusiones de lo que ustedes dijeron en mensajes y correos:

1) Los artistas no pueden resultar embarrados por esto, por la sensación negativa que se llevaron los asistentes: Jamiroquai y Sidestepper hicieron lo suyo-pese a que salieron tarde-. El espectáculo fue genial si tenías la opción de estar cerca de los parlantes y del artista. Su paso por Bogotá no debe ser olvidado, y la música debe imperar sobre las condiciones adversas. Fue una oportunidad única, ojalá se repitiera.

2) El sonido no fue bien calculado. Es evidente que quienes pagaron Preferencial e incluso VIP no escucharon el concierto como debía ser. Fallaron los cálculos en ese sentido. Jay Kay había manifestado su inquietud por este asunto en una entrevista con La W radio en la noche anterior. Por eso es que ustedes, amigos lectores, notan tantos contrastes en cómo cubrieron la noticia los diferentes medios de comunicación: La mayoría de periodistas y cámaras estaban adelante, donde sí se captaba el excelente espectáculo.

3) Hubo descuido logístico. En un gran porcentaje de los comentarios recibidos hay quejas por el montón de ladrones de celulares y billeteras que había a la entrada y salida, por las extensas colas, por buses que no estaban cuando debían estar, por un extraño olor indeseable que se propagó, por la venta excesiva de alcohol, por consumo de droga, por precios que cambiaron durante la noche, por guardias de seguridad y logística que no hacían caso cuando alguien les pedía que actuaran sobre algo… Este tipo de cosas DEBEN SER OÍDAS por alguien, pues se trata de quejas de consumidores que pagaron altos precios de boletas.

4) Los organizadores intentaron responder a tanta demanda de boletas que se traspapelaron las dimensiones del asunto. Yo entiendo que si organizas un concierto para 10.000 personas y resulta que hay una demanda de 30.000 boletas, si eres un empresario inteligente, te la juegas para suplir esa necesidad. La gente le estaba pidiendo a gritos a Evenpro que ampliara la capacidad del concierto. Los medios también hicimos bulla para eso. Pero si se la va a jugar, el empresario debe buscar cómo garantizarles a esos 30.000 un buen show. Si no tienes cómo hacerlo, apuéstale a responderle bien a los 10.000 iniciales.

5) No más conciertos en las afueras de la ciudad entre semana, por favor. La gente que pagó la boleta lo hizo con el dinero que gana trabajando de lunes a viernes. Sería el colmo que luego de llevarme una mala experiencia, entrando a Bogotá a las 3:00 o 4:00 a.m., al día siguiente llegue tarde a mi trabajo, con los ojos en el c… y mi jefe me regañe por llegar tarde. Eso no me arroja una buena señal. Por favor, conciertos en viernes y sábado. Así seguiremos yendo con gusto.

6) Acerca de la pinta de Jay Kay… Bueno, algunos de ustedes dejaron comentarios sobre por qué se puso esa ruana que no es colombiana. Bueno, ala, ahí sí debo manifestar mi desacuerdo total con quienes lo critican, pues no entiendo cómo se le podría pedir a un artista británico -o de cualquier otro país- que se ponga ruana boyacense o un carriel para dar un concierto acá. La pinta que usó es como todas sus pintas. Él sabra qué se quiere poner. No hay uniformes para hacer música. Si algún día viene Daft Punk, por favor no les pidamos que se vistan con mantas wayuu o con el poncho paisa.

Con algunos colegas pensamos que Jay Kay se unió a la moda "Evo" pero eso no significa que haya que criticarlo por eso. No seamos tan regionalistas, ala.

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Hablando de Bolivia, les quedo debiendo para el lunes un excelente relato rockero que me llegó de esas tierras… sobre Manu Chao entre los bolivianos. Eso lo veremos el lunes, cuando pase la coyuntura "Jamiroquaina".

¡Suerte y pulso!

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