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Puede parecer absurdo escribir Ku klux Klan y Alejandro Ordóñez en una misma oración y créame, señor Ordóñez, que no pretendo en absoluto inventar alguna torcida relación entre ese grupo de encapuchados norteamericanos y usted. Sin embargo, permítale a una simple estudiante de periodismo decirle cordialmente que su fanatismo y odio no es muy diferente de aquel que promovía (y promueve), desde finales del siglo XIX y después de la guerra de Secesión, la creencia de que existen razas, religiones, partidos políticos y nacionalidades inferiores al suyo y al de ellos.
Aunque seguramente soy yo la equivocada al tacharlo de extremista, señor, pues en este mundo loco tipos como usted parecen estar más vigentes que nunca. El patriarca de tirantes, el terrateniente y el fanático religioso (que distorsiona el mensaje de paz y tolerancia de Cristo) llaman, como en otras épocas, muchísimo la atención. Mas déjeme contarle, exprocurador, que la historia es un ciclo y personas como usted, normalmente, son mal recordadas… y puedo asegurar que su algarabía busca precisamente la fama. Pero tranquilo, todavía tiene tiempo de dar la vuelta y unirse al inevitable porvenir de esas familias diversas, de esos ateos, de los negros y mujeres que tanto desprecia hoy.
Lo invito a montarse al tren de la memoria, porque si bien pareciera que el mundo va en caída libre por los más de 500 grupos neonazis que existen solo en Europa, por las marchas de los últimos días del temible Ku Klux Klan, por los asesinatos de afroamericanos en manos de policías, por el ascenso de Trump, por el sesgo de extremistas musulmanes y por las muertes y muertes diarias a raíz de la intolerancia; créame cuando le digo, señor, que las personas que nos resistimos a aceptar que la humanidad es una manotada de odio vamos creciendo al mismo tiempo que usted.
Así que cada vez que se vaya a dormir piense que somos miles los que nos tomamos las manos para decirle NO a mensajes como el suyo y como el de los otros. En ese sentido usted siempre será un tipo anacrónico… y el anacronismo no se lleva bien con la “buena” fama.
Discúlpeme, candidato Ordóñez, si le tengo que recalcar humildemente que no ha sido usted el único en lucrarse con la fe de la gente. Ya otros lo intentaron y, aunque parecieron triunfar, fallaron cobardemente y tuvieron que esconderse en las alcantarillas de ciudades perdidas durante años e incluso siglos. Ese despertar del fascismo, ese renacer no revela más que la oscuridad latente que yacía diezmada por la vergüenza. Y a pesar de que soy consciente de que eso no significa que el racismo, la xenofobia, el machismo y la homofobia hayan desaparecido debo decirle que me tranquiliza algo que tuvieran que vivir en la timidez y el temor de ser encontrados. Eso, por lo menos, era un poco más alentador que ver sus insignias y discursos en plazas públicas y televisión internacional como sucede hoy.
De todas formas déjeme felicitarlo, pues evidentemente personajes de su tipo fueron los que avivaron a ese monstruo que dormía iracundo mientras esperaba ser despertado por un príncipe malvado con suficiente maquinaria política y económica para devolverle sus años de gloria. El monstruo de la división y el resentimiento está listo para un amo, pero ¿de verdad es usted su dueño? Me niego a pensar que una persona que posa con hermosos hijos y nietos, que habla tan llanamente de la moral y los valores, que saluda ancianos en las calles y les promete recuperar a esta degenerada juventud, quiera poner en juego tantas vidas por incentivar el odio.
No, señor Alejandro, usted que tantas veces ha admitido su afinidad con las propuestas del presidente estadounidense seguramente le quiere devolver la grandeza a Colombia. Aunque disculpe si mi ignorancia es mucha y mis años pocos, porque ¿cuál sería esa grandeza? ayúdeme a entender usted. Acaso habla de ¿la grandeza de la dictadura de Rojas?¿la grandeza de la Violencia?¿la grandeza de un país empobrecido?¿la grandeza de una zona rural aislada?¿la grandeza del narcotráfico de Pablo Escobar? ¿la grandeza de la brecha laboral entre mujeres y hombres? Le ruego perdone mi inocencia… pero creo que la Colombia cada vez menos estigmatizada y lentamente más tolerante es una Colombia más grande.
Me despido alentándolo a que no queme libros, señor Ordóñez, pues seguramente usted ha sido un asiduo lector de ellos y eso le ha permitido corroborar el potencial de transformación que tienen sobre un pueblo reducido. No creo que una persona que habla de Cristo con tanta sabiduría quiera oponerse a los pasos del Mesías que fue ante todo un educador. También desea usted un pueblo educado ¿cierto, candidato? Acuérdese del querido Montaigne e imítelo como quiere imitar a Trump, “nos ocupamos mucho de ser gentes de bien según la ley de Dios; [y] no sabríamos serlo según nosotros mismos”, decía…
Saludos,
María José Peláez Sierra.
excelente carta abierta para el señor Ordoñez ojala haga un acto de contricion ,escudriñe su alma y pregunte si utilizar acrito para la politica es moral,porque legal si es.
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buena radiografía de este personajillo, la juventud también debe despertar para mi es ilógico que entre afros indigenas campesinos asalariados en su mayoría pobres propuestas como las de estos extremos tengan alguna valide cuando entenderán los pobres y las clases medias del país que ni los Uribes ni los ordoñez ni los vargas lleras van a hacer algo por ellos, solo quieren subir al poder para defender sus interese y los de sus amigotes y entre estos no se cuentan los celadores las señoras del servicio ni el que los atiende en los restaurantes el pueblo debe buscar el cambio votando por alguien diferente
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Felicitaciones, por su escrito tan acertado sobre el siniestro ordoñez, muy lúcida y sincera, ejemplo para la juventud
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me gusta.
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Excelente felicitaciones.
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Muy sensato ,y valioso comentario
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EXCELENTE!
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Diatriba de estudiante para complacer a sus profesores. Todos hemos pasado por ahí. Cuando deje de creerles a sus profesores o conozca una manera diferente de pensar a la de sus profesores o gurúes, me gustaría leer un escrito suyo.
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Señora María José. Su valor civil es encomiable. Pocas personas se atreven a plantear con esa claridad y sensatez la caracterización de este señor.
Esos lobos disfrazados de ovejas siempre han servido a intereses de quienes usufructúan la ignorancia de la mayoría de la población.
No puede haber democracia ni debate político transparente mientras permanezcamos en esa ignorancia.
Por eso a quienes detentan el poder no les interesa que el pueblo mejore sus niveles educativos.
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Alejandro Ordóñez es pura KK.
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Buen escrito. Lamentablemente es cierto, el extremismo religioso y politico jamas han desaparecido y son caldo de cultivo para los mas violentos abusos y crimenes de odio.Tome como cumplidos los insultos y ataques de los intolerantes que que le van a llegar, y que solo reafirman lo que usted certeramente dice.
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Desafortunadamente al señor Ordoñez que posa de tan religioso en sus conceptos se le olvida en la historia de la iglesia los terribles horrores que ocurrieron en la iglesia cuando quiso juntarse con el poder o no leyo los Borgia en España y cuando las cosas se olvidan se tienden a repetirse. Una epoca oscura para la iglesia.
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