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Colombia parece estar condenada a la guerra y
a la confrontación armada, y todo por cuenta de un grupo guerrillero llamado
las FARC, conformado por terroristas, delincuentes, narcotraficantes, asesinos,
ladrones, mentirosos, desadaptados sociales y con tendencias salvajes buscando
perpetuar el odio, el secuestro, las balas y los muertos en un país rico en
calidad humana, en hábitat, en diversidad y en minerales, pero que ha sufrido
la presencia de gobiernos que durante décadas han perpetrado el saqueo al
erario de todos los ciudadanos que parecieran marionetas inútiles cada cuatro
años guiados por amenazas, dinero, comida y engaños a las urnas, que son el
centro de legitimación de todos esos…. aquellos políticos que se tomaron el
poder de la mano del pueblo, azotado por la ignorancia, la violencia, la
pobreza, el desempleo y las humillaciones de gobierno tras gobierno que llega,
saca y se va…
Es acaso concebible que se nos pregunte en el
exterior o en muchos círculos de poder en Colombia, porque no solo las
generaciones de los 50 o de los 60 sino también las actuales generaciones de
pleno siglo XXI odiamos y detestamos a las FARC, AUC, BACRIM, políticos corruptos,
empresarios en busca del dinero por encima del derecho, entre muchos otros cánceres
de nuestra nación degenerada en corrientes izquierdistas y derechistas radicales
que han llevado al país por la borda durante muchos años generando hambre,
falta de cultura y educación, planes y proyectos sancionatorios y no
preventivos y generación de empleo en busca de consolidar mas obreros para el
país y menos profesionales.
He considerado durante los últimos años la
posibilidad que se tiene con los diálogos de paz de poner sobre la mesa
propuestas y opiniones, no solo de las partes sino de la población civil, en
busca de liderar una eventual transformación no exclusivamente política sino también
social y cultural a lo largo y ancho del territorio nacional; ¿pero es acaso
concebible consentir en la mesa de diálogo las mentiras, amenazas verbales y el
cinismo exagerado de un puñado de narcoguerrilleros que se deleitan de las
mieles y los manjares de los dictadores Raúl Castro y Fidel Castro en Cuba y de
Hugo Chávez en Venezuela.?
Sigo siendo un convencido de que una de las
mejores salidas para extinguir y acabar con esa plaga llamada FARC y ELN es la
salida negociada a través de los diálogos de “paz”… que de paz no tienen nada,
sino de una gran fachada populista y política de ambas partes, porque si el
país verdaderamente pretende extinguir la violencia en gran porcentaje, porque
en su totalidad es imposible, le debe apostar a las salidas pacíficas y no
guerreristas.
La decisión de llegar a feliz término los
presentes diálogos de paz está en manos principalmente de las FARC, de su convicción,
sus ideales y del análisis y la reflexión de la presente realidad que no solo
envuelve al país sino a nivel mundial, porque es claro el rechazo de la
comunidad internacional que afirma al unísono que la mejor salida a los
problemas internos de los países es a través de los votos y no de las armas.
Sin embargo, son constantes
las incoherencias y mentiras del grupo narcoterrorista de las FARC, que un día salen
cargados de populismo y discursos trasnochados diciendo que van a dejar el
secuestro y después se autoproclaman con derecho para reclutar prisioneros de
guerra, término este que se define como
aquel combatiente en un conflicto armado internacional, perteneciente a
cualquiera de las fuerzas (terrestre, aérea o de marina) que cae en poder de
las fuerzas enemigas, durante la guerra, o inmediatamente a posteriori, en buen
estado de salud, herido o enfermo, y de ahí que muchas personas desde un
principio se hayan resistido a aceptar un conflicto armado en el país, entre
muchas otras proclamas y peticiones de los guerrilleros de la mesa de diálogo a
las cuales el gobierno se ha negado constantemente, como por ejemplo, el cese
bilateral del fuego, la regularización de la guerra y la constante insistencia
de que estén en La Habana los ministros de agricultura y defensa, entre muchas
otras solicitudes.
Me
preocupa que este proceso de paz termine de mala forma, porque será el gran
pretexto en época de campaña, que arranca este año, en busca de la presidencia
en 2014, para todos aquellos que se resistieron desde un principio a
creer en los diálogos de paz, porque esos si son los verdaderos enemigos de
Colombia y amigos de la guerra, la corrupción, la pobreza, la desigualdad y el
dolor.
¿Lo
pagará Juan Manuel Santos en las próximas elecciones?…. todo está por verse.
FORO DE OPINIÓN
¿Considera que este año
será posible la firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, o pronto
veremos el rompimiento de los presentes diálogos de paz?
¿Qué pretenden enfrentar los narcoterroristas: la muerte,
la cárcel, la política o la justicia?
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