Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog

La sexualidad no es solamente biología, también es identidad. Lo digo porque si hablamos de educación sexual e insistimos en una cátedra de educación sexual para los niños, esa cátedra tendrá que respetar la integralidad de las personas.

Me refiero al respeto de los niños y los jóvenes según su desarrollo, y con ello hablamos de la edad, del desarrollo mental, endocrino, y por supuesto la genitalidad. Pero un asunto sí es claro: no podemos erotizar a los niños antes de tiempo.

Si le vamos a dar cátedra de educación sexual hay que pensar en prevención de abuso sexual, hay que pensar en su identidad como hombre, como mujer, sin confundir. Si los contenidos no garantizan esos principios básicos, es mejor que no haya cátedra.

El problema es que los currículos se están diseñando en muchas partes del mundo alrededor de la política y no alrededor de la misma docencia o de los argumentos científicos en las diferentes ramas de la ciencia: tenemos la antropología, la biología, la anatomía, la endocrinología, la neurología, todos igual de importantes.

Entonces, no podemos tratar una cátedra de educación sexual basados en la lucha de las comodidades homosexuales. La cátedra de educación sexual no se puede convertir en un púlpito, en un espacio de radiodifusión de los derechos de las minorías homosexuales, sino que es un espacio para que se les enseñe a los chicos acerca de cómo cuidar su cuerpo, cómo asearlo, que sea dueño de su propio cuerpo.

Lo ideal es que estos contenidos se definan con argumentos científicos, con argumentos verdaderamente psicológicos, no con una psicología barata, una psicología politizada, basada en luchas políticas, y en contiendas políticas y en la lucha por los derechos de la comunidad homosexual.

No podemos, en aras de justificar la diversidad, atentar contra la esencia de los niños, de las niñas y de los adolescentes, ni siquiera de los adultos. Tenemos que respetar el diseño biológico de las personas, tenemos que respetar también la objeción de conciencia. La diversidad, cuando se permite sin orden es pervertida. Y quiero aclarar que esto no es una idea únicamente mía, ni individualizada, muchos como yo compartimos este pensamiento, el cual, a través de esta columna me permito visualizarla, porque el tema es muy delicado.

Una cosa es defender los derechos, y la formación integral de los niños y los jóvenes, y otra muy distinta es que los obliguemos desde pequeños y los promocionemos al homosexualismo, les podemos causar graves daños a estas personas, meterlos en terribles depresiones, porque los estamos forzando a decidir su orientación sexual antes de tiempo.

Hay tiempos para el desarrollo de los seres humanos, según su edad. Sin duda, el tema del placer sexual es uno de ellos, pero una cosa son los niños a los 3 o 4 años y otra cosa en la adolescencia. Despertar la curiosidad antes de tiempo puede lanzarlos a las adicciones y a la pornografía.

Y algo muy importante. No podemos imponer una cátedra, porque los colegios tienen el derecho a decidir su proyecto educativo institucional y la clase de contenidos según su orientación, y los padres tienen el derecho de elegir la educación de sus hijos que sea congruente con la de su familia.

Cuando hablamos de educación sexual hablamos de la centralidad del ser humano, hablamos de lo más interno, hablamos de la misma personalidad, hablamos de valores, de principios.

Los papás matriculan a sus hijos esperando que los profesores les enseñen principios y valores congruentes con su convicción familiar, y eso también hay que respetarlo. Eso también es parte de los derechos humanos, una discusión que tenemos que dar antes de lanzarlos a un abismo de incertidumbres.

Twitter: @JoseLRamirezM

(Visited 727 times, 1 visits today)
PERFIL
Profile image

Egresado de la Universidad de la Sabana de Bogotá en Ciencias de la Comunicación Social y periodismo, con diplomado en Periodismo Público de la Unión Europea y la ESAP y posgrado en Ciencias Políticas para Latinoamérica y Criminalística de la Universidad de Salamanca (España). Maestría en Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona (España) y Especialización en Docencia Universitaria de la UCC. Durante 20 años he ejercido el periodismo en radio y televisión. Durante este tiempo, simultáneamente, he estado vinculado a la cátedra universitaria y a la dirección de trabajos de investigación en las áreas de periodismo público y comunicación social. Premio de periodismo Álvaro Gómez Hurtado 2022 a mejor blog en el diario EL TIEMPO.

    Sigue a este bloguero en sus redes sociales:

  • twitter

Más posts de este Blog

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

¿Casa-logía?    Uno es lo que es. A los 15 años(...)

2

Comienzo por lo que me trajo aquí:



Me encantan, estos avances. Me encantan.

The interpreter (para nosotros, La intérprete, y como cosa rara, el título en español significa lo mismo que en el idioma original) es un filme dirigido por el estadounidense Sydney Pollack, estrenado en cines en dos mil cinco. El guión condujo a Pollack a grabar en las propias instalaciones de la ONU (localizadas en territorio internacional dentro de Nueva York), una historia con tintes políticos que recuerdan la situación más o menos reciente del actual presidente de Zimbabwe.

Estaba viendo hace unas horas cierta película francesa realizada exclusivamente para televisión hace unos años, no muy conocida por cierto, y me asaltó una duda que tenía desde hace un tiempo y que se avivó luego de ver La intérprete. La duda es la siguiente:

Lo más seguro es que todos conozcamos el aviso que aparece, usualmente escondido al final de los créditos de algunas películas, que dice lo siguiente, palabras más, palabras menos: "Los hechos relatados en esta película son puramente ficticios y no deben relacionarse con eventos pasados, actuales o futuros. (...) Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia."
Yo me pregunto: luego de ver una película que parece un documental acerca de una situación actual, ya sea ésta una realidad o no, ¿qué sentido tiene recurrir a este mensaje, si de cualquier manera los espectadores van a hacer la relación?

Es claro, hay que decir, que no todo el mundo tiene por qué captar estos parecidos. Pero los que sí los captan, lo comunican a los demás, y al final la película pasa a verse como lo que realmente es: una crítica por parte del realizador hacia una situación en particular. Punto. No importa qué tan imparcial se pretenda ser, haciendo uso del mencionado avisito.

En fin, no entiendo esta actitud, si de verdad algunos pretenden protegerse bajo dicho mensaje. Quisiera creer que lo colocan no porque no pretendan dar la cara luego de dar la opinión, sino porque es una especie de requisito, un asunto legal de obligatoria aparición al final de todos los créditos de todas las películas de todos los géneros. Aunque al final, sólo quien tuvo la idea de escribir la historia como quedó escrita es quien sabe qué opinión tiene.

Él y sólo él.

-

Sobre la película, hay un dato lingüístico interesante; se creó un lenguaje nuevo (lo llamaron "Ku"), con sus propias palabras, conjugaciones, reglas... es decir, un lenguaje aparte, sostenible por sí solo, basado en lenguajes existentes en el sur de África, pero que "aunque sería reconocido por habitantes de la zona (...), los confundiría", debido a su estructura gramatical, leo por aquí. En todas partes encuentro que el creador de este lenguaje es Said el-Gheithy, director del Centre for African Language Learning en Londres. En general, no encuentro muchas críticas positivas para la película, pero a mí me gustó.

Me encanta leer la columna Contravía, escrita por Eduardo Escobar. Y la de hoy termina con una reflexión que encuentro parecida a cierto diálogo de La intérprete. Aquí va el diálogo, para terminar y dejar de ocupar su tiempo, estimado lector. Lo traduzco burdamente, pero espero que se mantenga la idea.

Silvia Broome: (...) Siempre que alguien pierde a un ser querido, quiere vengarse de alguien más, o de Dios, a falta de alguien. Pero en África, en Matobo, los Ku creen que la única manera de poner fin al dolor es salvando una vida. Si alguien es asesinado, luego de un año de duelo se realiza un ritual llamado "la fiesta del ahogado". Se hace una fiesta durante toda la noche, junto al río. Al amanecer, el asesino es montado en un bote. Se lleva al agua y se le tira allí, amarrado, para que no pueda nadar. Entonces la familia doliente debe tomar una decisión; pueden dejar que se ahogue, o pueden lanzarse a salvarlo. Los Ku creen que si la familia deja que el asesino se ahogue, se hará justicia, pero pasarán el resto de sus vidas de duelo. Pero si lo salvan, entonces admitirán que la vida no siempre es es justa, y a cambio ese acto los liberará del dolor.


dancastell89@gmail.com

3

Hace cien años, el día 11 del mes 11, a las(...)

3 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
  1. Estoy de acuerdo en algunos puntos con el señor Ramirez. La pregunta es: será que la catedra qué plantea la señora Ministra de educación sí contará con esos principios, valores y respeto por la identidad biologica y por todas esas cosas tan respetuosas que plantea el bloguero? honestamente lo dudo. No estoy de acuerdo con algo que quieran imponer para llevar al homosexualismo a los niños. Por favor padres de familia, no se dejen meter los dedos a la boca por la señora Parody que lo que quiere es acabar con la inocencia de los niños y convertir a las nuevas generaciones en lesbianas y maricas.

Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar