Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog

Cuando se lo conté esperaba comprensión, una caricia y tal vez alguna falsa frase de esperanza del tipo seguro que la encuentras. Pero nada de eso.

-Yo sabía, yo sabía, pero es que usted está durmiendo todo el día. ¿Si ve lo que le pasó por dar papaya?

-Amiga, pero es que me robaron la cartera –respondí yo con cara de perrito apaleado.

-Pues eso, que usted es muy confiada y no se puede ser así.

No recibí ni un cómo estás, ni una pregunta sobre el hecho. No llegué a explicar que no había sido con violencia pero que tenía aún el susto metido en cada hueso del cuerpo. Pero eso no importaba. Solo recibí reproches por mi pendejismo. Sentí en aquel momento que el ladrón estaba revisando mis fotos de carnet, bebiendo polas con mi plata mientras se reía muy fuerte, porque él era el vivo, él estaba en la jugada y yo era otra víctima más que se sentía culpable. ¿Culpable de que me roben? ¿Pero dónde hemos llegado?

La frase “no dar papaya” ha tomado con el tiempo una connotación tan amplia que ya no se sabe cuándo es tu responsabilidad y cuándo la del otro. He aquí el problema, porque si te atracan, te estafan, o cualquier barbaridad de ese estilo, nunca va a ser tu culpa. Demonizamos a la víctima y el victimario sigue tendiendo un destello de consideración que no puede ni debe tolerarse. La permisividad con la violencia ha sido excesiva durante toda nuestra historia, incluso en muchas ocasiones vanagloriada. Pero ya, parémoslo, aquí no hay “vivos” buenos si esa viveza consiste en aprovecharse del próximo.

Entonces comienza un círculo vicioso del que es muy complicado salir. Si uno no confía en el otro, el otro tampoco lo hará en ti ni en el de al lado. Vamos, que nos hemos convertido en una sociedad de desconfiados que hasta pedimos la cédula a nuestra mamá para verificar si es ella (sin hablar de la huella). Y las cosas no funcionan porque en una creciente realidad donde el trabajo es cada vez más cooperativo, estamos fregados.

En esas cavilaciones andaba yo cuando descubrí este proyecto que me hizo volver a creer que no todo está perdido. Pues no es que las cosas vayan a cambiar radicalmente. Pero si hay luz hay esperanza, como seguramente diría algún espantoso libro de autoayuda barato.

Este experimento sociológico quiso comprobar qué tan buenos ciudadanos éramos en Bogotá, y la cosa salió bien para los capitalinos. Uno, después de ver el video, incluso podría pensar: pues demos papaya.

Demos papaya a la buena gente, a los gestos compartidos, a los proyectos emocionantes. Demos papaya a las buenas vibraciones y a un futuro prometedor. Seguro que así nadie se enojaría conmigo por mi confianza en el ser humano.

(Visited 252 times, 1 visits today)
PERFIL
Profile image

Soy periodista y profesora en varias universidades, para tormento de mis alumnos. Magister en Relaciones Internacionales y Diplomacia, Especialista en Comunicación y Conflictos armados, y otras vainas que, la verdad, no me han servido mucho en la vida. Soy inmigrante, que no extranjera. Hablo mucho para que me lleven la contraria.

    Sigue a este bloguero en sus redes sociales:

Más posts de este Blog

  • Bogotá

    Lo que es y no es periodismo

    Cuando una persona es corrupta o viola sistemáticamente la ética de su profesión es una falacia pensar que todo(...)

  • Opinión

    La ley mordaza de la que nadie habla

    Cuando nacieron la Ley de responsabilidad social en radio y televisión en Venezuela o la Ley orgánica de Comunicación(...)

  • Mundo

    Idiotas

    Idiotas, lo que se dice idiotas, siempre ha habido. Más o menos numerosos, más o menos reeducables, pero en(...)

  • Colombia

    Feliz día para el que lo merezca

    Todos los 9 de febrero hacemos lo mismo. Nos lamemos heridas, nos reafirmamos en que somos la berraquera y(...)

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

¿Casa-logía?    Uno es lo que es. A los 15 años(...)

2

Dios nos habla por medio de nuestros sueños. Esta es una(...)

3

Llegué un viernes a las 10:30 de la noche a mi(...)

0 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar