Llevo gafas de pasta y leo a Sartre, pero no tengo ninguna aspiración mamerta en mi vida. Tan solo quiero exponerles aquí una lista de 10 libros que se leen fácilmente, que tienen una calidad excelente y que, sobre todo, nos hacen revivir una sensación que nunca debió perder la literatura: el goce extremo de leer.
10) It de Stephen King. No leer bajo ningún concepto si le tiene miedo a los payasos. Es una historia de amistad, de amor entre compañeros. Pero que te mueres del miedo, te mueres. Nunca mejor empleado el verbo.
Advertencia: no es libro para leer en Transmilenio. Tiene unas 1200 páginas.
9) La aventura del tocador de señoras. Este libro de Eduardo Mendoza, escritor español, no es de los mejores que tiene. Pero cualquiera de sus obras vale la pena. Porque no son pretenciosas, son sencillas (que no simples) y porque es misterio con calidad. Y con risas.
8) Crónicas marcianas de Ray Bradbury. Esta colección de relatos del autor americano hablan de una hipotética colonización de Marte por parte de la especie humana. Original en todos sus sentidos, muchos consideran que la prosa de Bradbury rozaba lo poético.
7) El perfume de Patrick Süskind. Esta es una obra fundamental para todos aquellos aspirantes a escritor. Describir con los olores es una de las cosas más difíciles de hacer en literatura, y Süskind lo hace magistralmente. Es una historia macabra que huele a podrido.
6) Las mil y una noches. Esta es una obra gigantesca, anónima, y no es necesario que la leamos de principio a fin. Es uno de mis libros preferidos, me gusta hasta límites insospechados. Esta colección de relatos tradicionales de Oriente Medio es la mejor definición de originalidad que van a encontrar. Siempre me consideré una Scheherezade frustrada.
5) Viaje al centro de la tierra de Julio Verne. Si quiere emociones fuertes, si quiere una aventura en toda su magnitud, este es su libro. Verne nos cuenta la expedición de un profesor de minerología, su sobrino y una guía al interior de la tierra. Una obra de 1864 que nos hace vibrar dos siglos después.
Advertencia: evitar ver cualquier película basada en esta historia. Todas son malas.
4) La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa. Cuando hablo de esta novela se me sigue erizando la piel. Es que es extraterrestre, es tan buena que no parece de este planeta. Nadie ha retratado mejor lo que significó el régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Este libro relata cómo fue su asesinato y sus consecuencias.
3) 1984 de George Orwell. No es de terror, pero da miedo comprobar cómo la historia que cuenta este libro es más real que nunca. Esta distopía debería ser de obligatoria lectura en todos los institutos y universidades por lo que ha supuesto para la literatura universal y por lo que sigue suponiendo para la política actual. Obra maestra.
2) El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Cada vez que empiezo a aprender un idioma me compro este libro en esa lengua. Así pues lo tengo, además de en español, en inglés, italiano y francés. Como me lo se de memoria, soy capaz de aprender así palabras nuevas en otros idiomas. Yo, desde un primer momento, vi una boa que se había comido a un elefante. ¿Y ustedes?
1) Cien años de soledad. Como uno de mis libros de cabecera, como otros muchos de García Márquez, vuelvo a gozar cada vez que lo leo. Porque este libro requiere paz, tranquilidad, sosiego, paciencia. No podemos leerlo todo en todos los momentos de nuestra vida. Hágase un árbol genealógico para no perderse con tanto José Arcadio, Úrsula y Aureliano. No es realismo mágico. Es maravilloso realismo colombiano.
Agregaria La meta de Eliyahu M. Goldratt, aunque es una novela de administración es facil de entender.
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