Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog
Shuttersock

Shuttersock

Juan, un universitario que a simple vista parecía ser como cualquier otro, guardaba un secreto que, para la época de gabanes largos, sombreros de copa, zapatos de charol y bastones macizos, era una marea de amargos sinsabores que el tiempo no le permitía olvidar, pues cada vez que estaba solo volvían a su mente los recuerdos y entonces la necesidad de estar con él o con ella no se detenían. Ambos lados, aunque opuestos, estarían bien para satisfacer la necesidad más animal y más humana. Sentir el peso, el calor que acompaña la viveza, la alegría, la pasión y el odio se había convertido en su eterna sombra, la cual lo arropaba con su manto hacía varios años y se negaba a dejarlo ir.

Juan se miraba día tras día ante aquel espejo, en donde su rostro reflejaba desprecio por lo que creía era una maldición, algo que parecía parte de sí. Esa atracción por Laura y Pedro que no podía mostrar, pero que lo quemaba por dentro, lo ahogaba hasta el punto de tener que dejar el bar en el que cada noche olvidaba su realidad, su mundo, su historia.

Sentado frente a la vieja máquina de escribir, la única que conocía sus más íntimos secretos, miraba las más de cien historias escritas apiladas en un rincón que no vieron nunca las luces resplandecientes de la mañana, ni las melancólicas noches que, junto al frío, calaban la piel tersa, suave y rozagante de la juventud que perdía, que no volvería; ese sentimiento llegaba hasta sus entrañas y llevaba su vida a un abismo en el que perdería todo.

Sutterstock

Sutterstock

Cuando estaba dispuesto a escribir, Juan se levantó de la silla para bloquear sus pensamientos y la necesidad de tener a su lado a Laura y a Pedro. Esta vez no podía parar de pensar, caminaba sin cesar con un paso acelerado y sin rumbo alguno, en medio de una gran cantidad de libros ubicados en grandes estantes que a la final habían convertido el lugar en un refugio de todo lo demás, un punto seguro que no emitía reproches y que era testigo de los innumerables encuentros con sus amantes furtivos. El cuarto tenía olor a viejo, con dos sillas con el espaldar a la mitad y una única ventana por donde Juan pensaba todos los días que el viento arrastraría su maldición: su deseo por Laura y Pedro.

El universitario indeciso y atormentado por sus sentimientos le escribió a Laura una carta a mano, con trazos finos y tinta indeleble. Mientras le contaba su secreto a Laura, pensaba en sus labios, en su piel suave, en su olor peculiar a tulipanes y su mirada al despertar. Al terminar la carta, dobló el papel, lo perfumó con un Bois 1920, lo apretó fuerte contra su pecho y cayó en llanto. Su interior expresaba la impotencia que sentía porque sabía que no la enviaría, solo le dejaría una nota bajo la puerta de su casa, a tres cuadras, con una invitación para ir con él a la exposición de arte.

El siguiente día llegó y sus ocupaciones copaban la mayor parte de su tiempo. La ciencia, el arte y la historia en los que alguna vez se refugió hoy eran sus enemigos. Después de cinco horas de estudio se encontró a Pedro, un hombre alto, delgado y con semblante pálido que se asemejaba a la muerte. No podía evitar sentirse alegre y con deseos de estar con él, pero después recordaba que Laura lo esperaría esa noche en el portón de su casa para ir juntos a la exposición.

Cuando llegó a su casa, allí estaba Laura: ojos negros, pelo color ébano y un sensual traje rojo que enfatizaba su hermosa piel y su esbelta figura. Se acercó a ella y besó sus labios, que para él eran sinónimo de pasión. Sin embargo, no era el momento para ello, por lo que después de olfatear el olor de la joven, salieron rumbo a la galería.

Al llegar al lugar, Juan recordó a Pedro, miró su reloj y acordó consigo mismo que estaría solo tres horas en el lugar, luego llevaría a Laura a su casa y se quedaría con ella esa noche, para salir con el alba al día siguiente y con un nudo en la garganta ver a Pedro. Juan, un poco menos pensativo y más dispuesto a interactuar y leer cada pincelada del artista, caminaba junto a Laura, quien con su éxtasis lo había mantenido a su lado por más de dos años lesivos, pero que así mismo lo había convertido en un ser despreciable para él mismo.

Shutterstock

Shutterstock

En aquella exposición de arte, Laura y Juan viajaban paso a paso por el mundo de alguien más, y aunque los asistentes pretendían conocer qué intención tenía cada obra, esto nunca podría lograrse porque para ello tendrían que vivir en el pensamiento del artista, sentir lo que es él, haber sufrido, llorado, amado y detestado cada cosa que pasó en la vida de aquel admirable artista, el maestro Camilo Torres.

En ese momento, la piel de Juan se erizó, su mente confundida logró vislumbrar una silueta conocida: era Pedro, quien se dirigía hacia donde se encontraba Juan junto a Laura. La mirada de Pedro, llena de rencor, odio y venganza, se dirigía a Juan, quien sin saber qué hacer se quedó ahí parado hasta que Pedro se acercó y besó descontroladamente a Laura, quien le entregó sus labios sin medir. Cuando este apasionado momento terminó, ambos amantes miraron fijamente a Juan y le dijeron con una sincronización casi perfecta: “Tú no eres más que un leve trazo en una gran obra”.  

**Gracias a un lector.

* Condolezza quiere ser tu amiga, escríbele y cuenta tu historia a  condolezzacuenta@hotmail.com  Twitter: @condolezzasol.   Todas las historias serán revisadas y corregidas para ser publicadas. Se reservarán los nombres reales, cambiándolos por un alias.  

(Visited 381 times, 1 visits today)
PERFIL
Profile image

Condolezza Solitaria, busca historias de solitarios para compartir los textos literarios, (reales o ficticios) y por que no, una historia de amor que nos haya dejado un recuerdo. Estar solos no es malo, es una cualidad que nos da fortaleza para afrontar la vida de buena manera y que los lectores se olviden un momento de lo que está ocurriendo en el mundo mientras está leyendo este blog literario.

    Sigue a este bloguero en sus redes sociales:

  • twitter

Más posts de este Blog

  • Bogotá

    No es un adiós, es un hasta luego

    Queridos lectores: en estos cuatro años eltiempo.com me dio la oportunidad de soñar con ustedes, me di cuenta de(...)

  • Bogotá

    Ineludible e imprescindible: ¿Blanca o Negra?

    Solamente intento ser honesto conmigo mismo, por lo que manifiesto públicamente que soy débil y me es imposible tomar(...)

  • Bogotá

    Desarmar el molde

    En un mundo lleno de reglas, estándares, tiempos, expectativas, decidí ser una utopía. El día que decidí hacer una(...)

  • Bogotá

    Relieve de mujer

    Unas palabras dirigidas a las mujeres y para ti madre: Feliz día. País canela a la vista, bajar periscopio,(...)

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

Cuando hablamos de mantenernos saludables, es altamente probable que el pensamiento(...)

2

Dios nos habla por medio de nuestros sueños. Esta es una(...)

3

Extractos del 'Bogotálogo: usos, desusos y abusos del español hablado en la(...)

2 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
  1. Interesante historia, en la cual los afectos determinan la existencia de los involucrados, sobrecargandolos con culpas y excusas con las cuales se habituan a vivir sus lugubres existencias; siempre esperando el error ajeno para cobrar con avidez la falta de lealtad. Seres vacios e intolerantes que solo toman lo que sus caprichos le dictan; no importa a quien se perjudique….el fin justifica los medio. en el juego de la vida..En el Juego de la vida
    nada te vale la suerte
    por que al fin de la partida
    gana el albur de la muerte

  2. isabella733731

    Esta historia, tiene una gran descripción, el final es inesperado, a pesar de querer a dos personas, siempre alguien saldrá herido. Además, jugar con lo sentimientos de dos personas como lo hizo Juan y el amorío entre Pedro y Laura crearon un triángulo perfecto en el que Juan es el gran sorprendido.

    Cuando se intenta engañar a alguien dentro de una relación siempre las dos partes salen heridas.

Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar