¿Por qué le tenemos miedo al futuro?

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EL MIEDO AL FUTURO

Enid y Rebecca, las protagonistas de Ghost world, cómic de Daniel Clowes adaptado al cine por Terry Zwigoff en 2001, son dos adolescentes de las más comunes: rebeldes, odian a casi todo el mundo, hablan de amor y de sexo y están a punto de graduarse. Dentro de sus planes no está ir a la universidad, pero sí vivir juntas en algún lugar, cualquiera. El asunto cambia cuando se gradúan: Rebecca acepta los cambios que le exigen empezar la adultez mientras que Enid no puede ni quiere adaptarse. Cuando esa diferencia se vuelve un problema para la amistad, Enid empieza a cuestionarse sobre lo que quiere, lo que le gusta y lo que es: sobre su futuro. Está muy insegura.

Su situación puede no ser ajena para muchos. Incluso, es muy común sobre todo en los jóvenes, pues hay más dudas que certezas. Linamaría Carranza tiene 24 años, estudió Negocios Internacionales y Diseño de Modas. Hoy trabaja en una importante entidad del Gobierno y tiene algunos planes a largo plazo, como viajar por todo el país investigando. No cree en el fracaso y considera que el éxito es algo que se logra todos los días. Pero aun así, pensar en el futuro es algo que le genera ansiedad. Según ella:

Pero, ¿a qué se debe esto? ¿Por qué le tenemos miedo al futuro?

Para la médica psiquiatra Olga Albornoz, es un problema de la que ella llama la “Generación nini” (“ni estudio ni trabajo”), que también podría ser conocida como la Generación Y o Millenials. Para ella, el problema está en que “son personas que han estado entrenadas en procesos de pensamiento muy inmediatistas. Son sobreprotegidos en el colegio y en la casa, por eso cuando llegan a la universidad, se dan cuenta de que eso sí es de verdad y no están preparados”.

La inmediatez, que “todo esté hecho”, idealizar cosas sin conocerlas, querer ver resultados rápidos, no tener capacidad de planeación y creer que todo va a ser muy fácil son algunas de las cosas que Olga considera que hacen que los jóvenes le tengan tanto miedo al futuro. En resumen: que no sepan cómo enfrentarlo.

Además, agrega que “esa generación fue criada por gente como nosotros, que no teníamos eso de la inmediatez. Los que los estamos preparando para sacarlos al mundo, sabemos sobre ese mundo lo mismo que ellos: nada. Hoy, uno tiene que actualizarse al mismo ritmo que Apple actualiza su iPhone y con esa estabilidad es muy difícil planear”.

Para Mónica Ventura, psicóloga clínica magíster en terapia de conducta, el miedo al futuro es común en las edades de transición entre la adolescencia, la juventud y la adultez, pues “por lógica, en la medida en que tú tienes muchísimo más futuro por delante, tienes más chance de tener miedo. El miedo al futuro más típico se presenta en más jóvenes, por lo que significa enfrentar toda la incertidumbre de cómo van a hacerle frente a sus vidas de aquí en adelante”.

Esta incertidumbre es válida para las etapas de cambio en las que la persona se enfrenta a decisiones que cada vez parecen ser más determinantes y por eso, la inseguridad y el temor al futuro se presenta más en edades cortas. Sin embargo, para Mónica este no es un fenómeno solo de esta generación. Aclara que:

¿Qué se puede hacer?

Para Linamaría, la manera como fue formada es una de las principales causas de su inseguridad frente al futuro. Considera que “tiene mucho que ver con eso que siempre me dijeron ‘tienes que estudiar, graduarte y seguir una meta, una línea recta’… pero las cosas no necesariamente tienen que ser así. Aunque sí es ese miedo a estar desempleada o a esas cosas, que han sido principalmente incentivados por mi formación y mis padres”.

Con esto concuerda Nicolás Duque, que tiene diecisiete años y es estudiante de segundo semestre de Geociencias. Él está muy abierto a lo que venga en el futuro, tiene planes de los que está seguro y se siente tranquilo al respecto. Sin embargo, considera que las personas le tienen miedo al futuro por razones de presión social:

Para mejorar esto, Mónica Ventura y Olga Albornoz dicen que hay algunas formas de superar ese miedo al futuro o, al menos, hacerlo más llevadero. Para la psicóloga, es importante resolver lo que se pueda resolver en el presente pues, dice, “hay personas que tienen tanto miedo al futuro que no hacen lo que tienen que hacer en el momento, no buscan la información relevante, no resuelven, no actúan en el momento presente y por eso no construyen mejores condiciones para poder enfrentar el futuro”.

Respecto a la educación en la familia y el colegio, sugiere que lo primero es que en los dos ámbitos se les enseñe que “si bien hay decisiones importantes en la vida, no son algo que no se pueda moldear. Es decir, mostrarles la relatividad de esas decisiones, que no es cien por ciento ‘yo elegí estudiar esto y es lo que voy a hacer el resto de mi vida’”.

Lo segundo que pueden hacer, tanto familia como institución educativa, es “permitirles acceder a toda la información a la que puedan acceder para tomar decisiones, porque parte del temor al futuro obedece a tener una información pobre”. Y agrega que es fundamental que se les enseñe a los jóvenes, desde que son pequeños, a tolerar la frustración y ciertos niveles de incertidumbre; a entender que cometer errores también es una posibilidad en la vida pues, dice, “el temor al futuro también corresponde en gran medida al temor al fracaso”.

Y por su parte la psiquiatra expresa que lo fundamental es “aprender a aprender”: la información cambia constantemente, y por eso hay que “desarrollar procesos de pensamiento que permitan analizar la información y convertirla en conocimiento”. Agrega que, además, los jóvenes tienen que aprender “a pedir ayuda a alguien que emocionalmente entienda esa situación, porque si están muy ‘envainados’ ya entre ellos no se pueden ayudar”. “La esperanza es que se van a saber adaptar. Están en stand by pero van a arrancar, y de esa ‘patinadera’ van a sobrevivir exitosamente y salir adelante”, concluye.