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A finales del año pasado se dieron a conocer los resultados de las Pruebas Pisa, (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes por sus siglas en inglés) en el que se evalúan las capacidades en matemáticas, ciencias y lectura de más de 500.000 estudiantes de 15 años de 65 países. Colombia quedó en el puesto 62 y descendió 10 casillas desde su última medición en 2009, cuando ocupó la casilla 52. El énfasis en la última medición fue matemáticas y en la anterior lectura, situación que dio pie para que la ministra de Educación dijera que los resultados no necesariamente eran comparables porque se midieron aspectos distintos.
Colombia fue el país que más casillas descendió desde la anterior medición. Entre los países de América latina, nuestro país es penúltimo, sólo mejor que Perú que está en el último puesto de la general (casilla 65). Chile, el mejor de la región, está en el puesto 51 lo que indica que los países latinoamericanos figuran en los últimos 14 lugares. China, que no está medido como país, sino por ciertas ciudades, tiene los primeros puestos.
Independientemente de lo que pueda decirse, la noticia se convirtió en escándalo y en vergüenza nacional no sólo por quedar entre los últimos sino por haber descendido tanto, pues no tenemos siquiera el consuelo de que la competencia es con nosotros mismos. Bien que el gobierno aprovechó la coyuntura y la semana pasada acogió el estudio que analiza los sistemas de los mejores países en esta materia para aplicarlos aquí y prometernos que en 2025 estaríamos en la posición que hoy ocupa Chile, es decir, la mejor de la región. La otra promesa es que una universidad colombiana figure en la lista de las 100 mejores del mundo, hoy día la primera está en el puesto 274 en el índice de Shanghái y como es predecible, se trata de una universidad privada.
En Colombia hay 347 instituciones de educación superior de acuerdo al Ministerio, de las cuales menos de 30 tienen Acreditación en Alta Calidad. Sin decir que las que no están acreditadas sean malas, es un porcentaje muy bajo y preocupa porque es uno de los factores que facilita la movilidad, alianzas e intercambios con las mejores universidades del mundo para cualificar tanto a docentes como estudiantes y ofertar programas académicos con universidades de esa naturaleza.
Siendo una preocupación de altas consideraciones la educación en el país, sobre todo, la pública que es la real posibilidad de transformar el destino de millones de colombianos en situaciones de vulnerabilidad y, teniendo en cuenta la particular situación de la región Caribe cuyos indicadores en la materia son bastante desalentadores, que la Universidad de Cartagena haya sido acreditada, (primera universidad pública de la región y de las pocas en el país) es motivo de esperanza para una sociedad urgida de transformación social. Bien por la UdeC.
