¡Yo si se quién es usted ´uón´!

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Eso se le debería responder a aquellos personajes que cuando infringen la ley salen con esta amenaza: ´´Usted no sabe quién soy yo uón´´, se les debe contestar así: ´´¡Yo si se quién es usted ´uón´! apuesto a que usted es un mequetrefe, que piensa que porque tiene un cargo, un supuesto apellido dizque de alcurnia, un familiar con algún reconocimiento público, o lo que es peor, tiene usted algún reconocimiento público, se cree con derecho de venir a amenazarme, a intimidarme, agredirme verbalmente o a pegarme´´.

Esa debe ser la forma de enfrentar a quienes se atreven a desafiar a la autoridad, o pretenden hacer lo que les viene en gana, intentando entrar a donde no son invitados, negando o no pagando las cuentas, o lo peor, queriendo que los demás les besen los pies.

Nicolás Gaviria – foto tomada de www.las2orillas.co

La sociedad está indignada por el comportamiento del ´señor´ Nicolás Gaviria, (borracho agrediendo a la policía), a quien el expresidente César Gaviria lo desconoció como familiar, (ni siquiera lejano), y quien protagonizó un hecho que toda la opinión pública conoce.

Generalmente, (no parece ser el caso de Nicolás), este tipo de personajes son ´bombriles´, (entiéndase por ´bombril´ esos niños de papi y mami que siempre viven con sus padres, no importa que ya sean bien grandes), o que si viven fuera, ellos los mantienen, por lo general no trabajan, (o si lo hacen es para gastar la ropita vieja que tienen), van al colegio o a la universidad pero no estudian, viven y pretenden que los demás vivan del cuento, no son nada talentosos en lo que hacen, y están a la sombra de sus familiares, quienes si son respetados y admirados por la opinión pública.

Algunos lectores dirán que todo el mundo tiene derecho a tener ´unos malos tragos´ pero esos son casos aislados. Los que hacen esos escándalos lo tienen como hábito, se creen de estrato 66, le sacan provecho a la posición social y económica de sus familias, y terminan metiéndolos en líos, y haciéndolos reaccionar mal por protegerlos, como le pasó al magistrado Luis Gabriel Miranda, cuando a su hijo lo detuvieron por actos obscenos con su novia en vía pública.

El país debería blindarse para defenderse de todos esos majaderos que miran por encima del hombro la autoridad, violan la ley y agreden a policías y civiles. No importa que sean hijos de quien sean, posen de ´dignatarios´ o tengan ´dizque estirpe´, a ese tipo de personas hay que aterrizarlos y hacerlos pagar por sus abusos.

También estamos cansados de esos ´malos delfines´ de supuesta ´sangre azul´ que hacen lo que les viene en gana. Si bien es cierto que algunos de esos delfines, o hijos de personalidades, son talentosos, otros son un verdadero desastre.

En otras sociedades ese tipo de cosas muy poco ocurren, sencillamente porque a nadie le importa quién es quién, y todas las personas, sin excepción alguna, deben cumplir la ley, llámense como se llamen. Salvo el caso de Gerard Piqué, jugador del Barcelona de España, y esposo de Shakira, que cuando parqueó mal su auto y el policía lo amonestó, dijo ´´Usted no sabe quién soy yo´´, generalmente eso poco pasa en otros países del mundo.

Con la tecnología de punta que invade el mundo, con los teléfonos inteligentes que casi todo el mundo lleva consigo, este tipo de incidentes deben ser grabados, como ocurrió con el escándalo del ´señor´ Nicolás Gaviria, y deben ser publicados para que la opinión pública se entere, y que esos personajes sean puestos en la picota pública. Ahora bien, si la autoridad es la que abusa, pues también se debe denunciar.

Debemos hacer una campaña en redes sociales para divulgar cualquier acto irresponsable protagonizado por estos mequetrefes y lograr que ese tipo de actos no se vuelvan a cometer. Que quien medio intente abusar de su posición o pretenda sacar provecho de su condición, o lo que es peor ´quiera meter cuento´, pues que sea llevado a los calabozos sin ninguna consideración.

Y no solo debemos hacernos respetar de los borrachos que nos preguntan ´que si no sabemos quiénes son´, también de los que llegan a los bancos y con una ´picada de ojo´ a la subdirectora quieren pasarse la fila por la faja, de aquellos que en los consultorios quieren robarse el turno saludando familiarmente al médico, de esos que en los eventos quieren entrar primero llegando de últimos, ¡y sin boleta!, de quienes en los restaurantes, en el cine, en los estadios, y hasta en la iglesia, quieren tener los mejores puestos, sin respetar el turno, esgrimiendo siempre el ´supuesto apellido de alcurnia´ o casi cortándose las venas para mostrar ´su sangre azul´.

Por regla general, quien ha llegado al reconocimiento por talento, es humilde y respetuoso de las normas, no agrede a nadie, y cede el turno y el puesto en todo lado, no llega adonde no lo invitaron y jamás hace uso de su posición o apellido; eso de ´´Usted no sabe quién soy yo uón´´ hace parte de los mediocres, vividores y fracasados. Como en toda regla, existen excepciones, y no falta aquel talentoso al que se ´le van las luces´, pero como decíamos, son casos aislados.

Pero en nuestra sociedad hay otra frase menos jocosa pero que plasma la realidad del país: ¡Aquí no pasa nada! y eso es precisamente lo que va a pasar con el caso de Nicolás Gaviria ¡Nada!, así como no pasó nada, (nos referimos a cárcel), con los actos bochornosos del exsenador y exembajador Carlos Moreno de Caro, (en contravía el pasado día de ´no carro´), del exconcejal de Chía Carlos Enrique Martínez, (¿se acuerdan?, el de la persecución con él borracho y manejando hasta la Escuela Militar), y el de los exsenadores Eduardo Merlano y Laureano Acuña, que se negaron a la prueba de alcoholemia por su supuestas ´investiduras de congresistas´, entre otros.

En este país de impunidad no pasa nada, como tan poco pasará nada con el magistrado Jorge Ignacio Pretelt, con los señores estafadores de Interbolsa, ni con la cárcel para los narcoterroristas de las FARC.

En ese mismo orden de ideas podríamos mezclar las dos frases y sacar una más o menos así. ´´Acá no pasa nada ´uón´´

giovanniagudelomancera

periodista

Tarjeta Profesional #8356 Expedida por el Ministerio de Educación Nacional

síganos en twitter @giovanniagudelo

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