Santos debe garantizar elecciones limpias y en paz

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Elecciones presidenciales 2018 – foto tomada de Listín USA

Son recurrentes los ‘errores’ de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en cabeza del señor Juan Carlos Galindo Vácha.

En las pasadas elecciones para Senado y Cámara se le acabaron los tarjetones, y ahora, una funcionaria de la entidad, por ocultamiento o falta de trámite, no dio curso a una información relacionada con la modificación del logo de la campaña Colombia Humana para ser incluida en la tarjeta electoral del 27 de mayo.

Esos hechos son muy graves, como es grave también la falta de pedagogía por parte de esa entidad, y en general, del gobierno nacional, para que la gente vote con conocimiento de causa.

El gobierno Santos, caracterizado por la mermelada, el clientelismo, la burocracia, la ‘ñoñomanía’, la manipulación de medios de comunicación, el oportunismo mediático, y la falta de garantías para las elecciones, debe salvar literalmente la ‘papeleta’ y velar para que el 27 de mayo triunfe la democracia.

Aún se ve en las calles la compra de votos, la publicidad engañosa, la injerencia del gobierno y de algunos de sus funcionarios en política, y el presidente en sus giras absurdas por el mundo, vendiendo un país que no existe, y con oídos sordos y ojos ciegos en esta contienda electoral plagada de abusos y atropellos de bando y bando.

No decimos que intervenga en política, (aunque por debajo de la mesa lo hace), exigimos que muestre autoridad, (algo que nunca ha tenido), y no permita que las empresas públicas, dirigentes y empleados manipulen los votos con puestos y nombramientos.

Su famoso acuerdo de paz ya está hecho trizas, no es necesario que el Centro Democrático suba al poder para que eso pase, las mismas FARC, los corruptos, los politiqueros, los magistrados con ansias de JEP, entre otros buitres, se han encargado de mostrarle al país que ese ‘acuerdo’ nunca se blindó, y que es, como el presidente del país, ambiguo, ambivalente e incoherente. Por eso mismo, Santos debería limpiar su enlodado nombre poniendo todo el aparato estatal al servicio de unas elecciones limpias y no a favor de ningún candidato.

Todos los candidatos sin excepción deben tener todas las garantías de seguridad, la misma visibilidad en medios y transparencia antes, durante y después de las urnas.

Santos debe estar vigilante para que, como Nobel de Paz, (título inmerecido que ha empañado aún más con su fracasado proceso de paz), no termine ante la comunidad internacional como el presidente de una nación donde las elecciones no tienen ninguna credibilidad.

Y que cualquiera que sea el candidato del gobierno no goce de más oportunidades y prebendas en estas votaciones.

Que no haya una sola región del país, por lejana e inhóspita que sea, donde no llegue un tarjetón o donde no se pueda sufragar.

Si es necesario militarizar el país pues se militariza, pero cada colombiano, que quiera hacerlo, debe votar en paz y con la confianza que su voto sea contado con limpieza, ética y honor a la democracia..

Mano dura con la compra y venta de votos, con la trashumancia de cédulas y con los tamales, ladrillos y palustres de esos gamonales que avalan a los candidatos que representan la vieja y corrupta política.

Es la última oportunidad que tiene Santos de cerrar con algo de dignidad su gobierno nefasto, brindando a los colombianos unas elecciones honestas, seguras y en paz.

Y que este Registrador finalmente dé la talla porque su labor ha sido de lo peorcito.

Y no se olviden amigos lectores de nuestras obras sociales: