Si a Bogotá no hubiera llegado Petro

SI A BOGOTÁ NO HUBIERA LLEGADO ESTE HIJUEP.. ALCALDE!
El problema de los apasionamientos es que impiden ver con lógica, con seriedad y sobre todo con buen juicio las cosas. Podría decir ahora mismo una cantidad de improperios porque cual hincha apasionado se han metido "con mi equipo" (es decir que soy del bando de Petro sin duda). pero para no cometer el error y el absurdo que usted comete Sr. Gamboa, voy a debatir con más argumentos que con pasión reconociendo de entrada que como todos los alcaldes, Petro se ha equivocado, y no por lo que usted señala sino por testarudo, avezado y también hay que decirlo populista: su romanticona manera de asumir la alcaldía como "una causa a favor de los humildes y menos favorecidos" le granjearon el honor de llegar a la alcaldía, su primer y gran error.
Petro vio un escenario para brillar como líder de causas imposibles (no digo que perdidas pero Bogotá, no desde ahora sino desde hace más de cuarenta años se acerca mucho a serlo), y olvidó "otear" con más cuidado a qué se enfrentaba. Se le midió a ser alcalde en una ciudad que perdió el orden urbanístico desde los setentas, porque alcaldes como Caicedo, Castro, Pastrana y otros que se atrincheran en sus vanas y pírricas conquistas (algunos puentes vehículares, otros peatonales mal construidos, otros con vías sin planeación como la 26, la 68 y la Caracas por citar algunas). Bogotá no se hizo sobre bases planeadas sino a punta del "amontonamiento" poblacional que a falta de políticas serias de atención estatal (pues son políticas de estado las que imperan y deben organizar mejor las ciudades, no de distrito) y con la desidia que nunca falta por parte de todos estos que ahora critican pero niegan entre el barullo de sus críticas todo el mal premeditado que le hicieron a Bogotá.
Petro no es ni de lejos el "sexto" mejor alcalde del mundo, lo reconozco, pero nadie le puede desconocer que ha sido un hito en cuanto a la manera de hacer política se refiere: habla claro y enfrenta (insisto que es su peor error), porque pese a que actuó con valentía, se le midió a "darse de topes” con las grandes bestias de los conglomerados económicos como Pedro Gómez, los Ríos, los Castro quienes son los directos y más infames responsables del caos vehicular junto con los Pastrana y su cuento de los taxis blancos que en su momento pasaron de agache.
Y con ello realmente consiguió algo muy diferente a ser "ejemplo de caudillo" que muchos petristas como yo quieren endilgarle y que sólo pasó como efímera conquista (ahí está que su partido se acabó por obra y gracia de la Procuraduría): consiguió demostrar que en el país, y sobre todo en Bogotá, pese a que el alcalde lo elija el populacho (dentro del cual yo me cuento sin duda) no es éste quien gobierna, sino los grandes grupos económicos.
Y aunque se anotó un punto con la guerra que le hizo la Procuraduría, y volver al Palacio de Liévano, ha sido claro que nunca ha tenido el poder sino el cargo: son dos cosas totalmente diferentes. Y usted tiene razón, este pueblo no elije bien. Aunque se equivoca en lo que dice de la polarización de la opinión, pues este fenómeno siempre ha existido, y no sólo por la dinámica mezquina de los medios en los que se aprovecha (como usted lo ha hecho con pueril destreza mofándose de una figura popular que pese a que no sea de su gusto, ha gestionado con lo que ha podido y le ha dado la cara como gobernante a las mayorías que representa de manera auténtica) cualquier espacio para "envenenar con ideas" las mentes de desprevenidos lectores que sólo leen "en la epidermis" de lo que se escribe, sin siquiera detenerse en contrastar la historia con los hechos y las palabras.
Y su mirada es igual de epidérmica (y más que acomodada, huera e infantil). Su mirada es todavía la de un puberto que le parece "guizo" como está Bogotá, sin comprometerse a educar por su cuenta. Su opinión es la de un adolescente malcriado que "no puede salir al parque" "salir con su combo de panas", salir de "party" por la séptima, porque hay mucho "ñero" "chuzando por cualquier cinco pesos".
Usted se queja (y se burla groseramente) de la inseguridad y no reconoce que la inseguridad es un fenómeno social más que producto de la "ineficiencia" de un gobierno distrital. No atracan porque "Petro no sabe gobernar" y "no dispone de mucha más policia" porque a los policías también los atracan (y tristemente los matan como en los tiempos de Pablo Escobar que mataban más civiles y policías en Colombia como en ninguna otra época). Atracan porque subsiste la cultura del delito que promueve este sistema judicial inoperante, porque el Congreso no legisla ni con rigor ni con criterio cívico y preventivo (inventarse la cátedra de la paz es el último intento estúpido de revivir las clases de educación cívica que existían otrora y que no era más que un espacio en el que se imponían reglas de comportamiento, no se enseñaba la lógica de la convivencia tolerante, abierta e incluyente que debería inculcarse desde casa), sino que emite leyes "tapa-goteras", que al cabo de un par de años se descubre que no eran suficientes, y que luego de diez años se atreven a reformarlas con otras igual de ridículas como las primeras.
Yo no soy bogotano (soy cucuteño de hecho) pero quiero a Bogotá como mi ciudad natal porque Bogotá me ha permitido la realización que siempre busqué. Pero contrario a usted, he vivido en la ciudad más tiempo (digo la he conocido más de cerca) caminando mucho (en mi residencia en la ciudad, mal calculado he caminado casi más de cuatrocientos kilómetros en mis recorridos) he conocido desde las zonas más álgidas, las más históricas (que no sólo están en la Candelaria) las más lejanas (que estoy seguro que usted ni siquiera puede imaginarse, aunque se jacte de ser bogotano de nacimiento) y mi vivencia de la realidad de la ciudad me permite decir con propiedad lo que ahora le escribo.
Por eso veo su artículo frívolo y rimbombante con total desconcierto, porque usted no le pone lupa a todo lo que dice sino que se queda en la pataleta insulsa (de los que tienen “la cabeza acomodada” como dice Rodríguez) y aunque no echa madres contra Petro, se puede ver entre líneas el “hijueputa alcalde” en esta “crítica” plena de resentimiento revuelta con referencias sacadas de las notas de City Tv, hecha con “foamy y cartulina” que dice “no queremos más a Petro” como un escolar haciendo campaña para personero, prometiendo máquina dispensadoras de dulces, arreglo de los jardines, acortar las horas de clase y alargar los descanso, cuando elijan a un alcalde como el que usted quiere.
Documéntese mejor sr, Gamboa, y aproveche mejor este espacio. La historia de esta ciudad claramente ha dicho que:
El problema de movilidad no se soluciona construyendo más vías (ni puentes vehiculares) para que “todos podamos sacar nuestros carros”. Se soluciona cambiando la infame cultura de la compra, por el uso responsable del transporte público y transportes sanos y alternativos como la bicicleta, tal como lo hace este “hpta. alcalde”.
El problema de la seguridad no se resuelve poniendo más policías en los puentes peatonales, comprando más patrullas y metiendo presos a los delincuentes en Transmilenio, las ciclorrutas y los sectores “más calientes de la ciudad”. Se resuelve integrando a la población más necesitada a programas de empleo y bienestar social en procesos de resocialización (no como viciosos sino como enfermos), sacando de la pobreza extrema a zorreros, recicladores y desplazados con programas de atención integrales con empleos en procesos de reciclado, madres comunitarias, viviendas dignas con reconocimiento de toda la sociedad en el Distrito: Como lo está haciendo este “hpta. alcalde”.
El problema de la cultura de corrupción política no se resuelve simplemente con esperar la acción de “los entes de control” y que los concejales ladrones (como los que en su momento tildaron al actual burgomaestre de “exguerrillero y terrorista”) vayan a la cárcel y paguen seis años de prisión para salir de nuevo a la calle a gastarse las decenas de miles de millones que se robaron (más las comisiones que los grandes grupos económicos les pagaron por dejarles “hacer su negocio socio”. Se resuelve enfrentando con cuentas claras, confrontado al cabildo y sus acciones delictivas con resultados en gestión y uso responsable de los dineros públicos. Y qué cree: es lo que ha intentado hacer este “hpta. alcalde”.
Y el problema ambiental no se atiende construyendo parques, malecones y andenes inmensos en zonas protegidas en las que hasta hace cuatro años sólo entraban las grandes constructoras a detentar los resguardos ecológicos para montar sus complejos “urbanísticos” por los que se ganaban multimillonarias cuantías con la anuencia cómplice de los alcaldes de turno. El problema se resuelve con un POT, que defienda las zonas de reserva ecológica y diseño inteligente de la infraestructura habitacional y vial de la ciudad. Y si… adivinó esta vez: de nuevo lo ha intentado este “hpta alcalde”.
Entonces Sr. Gamboa, se imagina ¿qué hubiera sido de Bogotá si no hubiera estado esta Hpta. Alcalde?
Nota al margen: Sé que en lo ambiental va a salir a relucir lo de las construcciones en la Conejera de Suba, pero no olvide (y este alcalde lo aclaró) los permisos para la construcción se habían adjudicado antes de su periodo. Además, se declaró impedido para dirimir el asunto en el caso y lo deben resolver instancias judiciales de fondo.