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Dado que por motivos ajenos a mi voluntad me fue imposible ver el partido del sábado pasado no puedo comentar acerca del desarrollo del juego.
Me limitaré a decir que por lo que escucha uno de los amigos o por lo que lee en la prensa, igual que el clásico del miércoles, Millos adoleció de claridad en la zona de gestación de fútbol y de contundencia en el frente de ataque para aprovechar las opciones que se alcanzaron a generar.
El resultado indudablemente es negativo, pero no lapidario. Hasta el momento ninguno de los equipos que conforman el grupo A han logrado sumar de a tres en sus compromisos como visitantes.
De los siete puntos que hoy tienen a nuestros vecinos en la punta del torneo, seis han sido obtenidos haciendo respetar su localía. Nuestro equipo por su parte hizo lo propio cuando de local enfrentó a los de Manizales.
Es cierto que a partir de la derrota en Cali, Millos ya dejó de depender de sus propios resultados. Así obtengamos sendos triunfos en los tres juegos de la segunda vuelta lograríamos sumar 12 puntos mientras que el rojo, de obtener seis de los nueve puntos que le restan por disputar se harían absolutamente inalcanzables. No obstante, no debemos olvidar que ellos deberán enfrentar sus compromisos por Copa Libertadores lo que eventualmente podría distraer temporalmente sus esfuerzos en la Liga.
Nueve de nueve es la consigna. Y el miércoles debe iniciarse la gesta. Solo sirve ganar, vencer a un rival difícil que viene precedido por una larga seguidilla de partidos sin conocer la derrota. Habrá que sentenciar ese invicto la noche del miércoles en el Nemesio.
Sigo pensando que nuestro equipo tiene cómo remontar esta serie. Hasta la saciedad estos jugadores nos han demostrado que cuando se enchufan pueden pasar por encima de cualquiera de sus rivales. Ojalá que este miércoles logren enchufarse.
Como detalle a nuestro favor tenemos el que por primera vez, desde que se iniciaron los cuadrangulares, el DT Torres podrá contar con la totalidad de los jugadores titulares que conforman la columna vertebral del equipo.
Por lo menos hasta ahora no tengo conocimiento que a Mayer lo hayan sancionado más de la fecha que le corresponde por haber sido expulsado por doble amarilla durante el juego con el rojo. Por su parte Franco ya cumplió con la suspensión por acumulación de amarillas.
No se puede negar que la tarea no pinta nada fácil, pero aunque suene a perogrullada o a frase de cajón, los partidos solo terminan cuando se terminan.
Ahora es cuando el equipo necesita del apoyo de su hinchada, pero de esa que va a alentar desde el minuto uno hasta el minuto 95 y no de esa va a putear y a meterle presión a los jugadores si a los 15 minutos no se tiene ya solucionado el partido.
Nos vemos el miércoles en el Nemesio.
Cordial y albiazul saludo.
