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Podría decirse que fue el enfrentamiento de dos fuerzas dispares: Una robustecida, derecha, con viento en la camiseta y la suerte así como factores externos, todos a su favor. La otra mermada, luchando contra la corriente, contra la mala suerte, con el Cristo de espaldas. Creo que era casi lógico el resultado final del encuentro. Es cierto que éramos locales, que el equipo contaba con el aliento de más de 35 mil almas enamoradas que a pesar de todo se ilusionaban con arrebatarle al rival de marras su invicto. Pero la hinchada no juega, la hinchada no puede meterse a la cancha a empujar los balones o a despertar del aletargamiento en que varios de nuestros jugadores parecían estar.
No pudo ser ahora, no pudo ser este martes, pero ya llegará la revancha, mucho más pronto de lo que uno podría esperar.
A pesar de todo, se me antoja que fue un encuentro parejo, el rival aunque logró la victoria no nos pasó por encima. Durante el primer tiempo Millos contó con tres oportunidades claras de anotar y no embocó ninguna. El visitante sumó las mismas tres opciones y no perdonó. La eficacia del verde y la mala puntería de los azules sumada a la noche inspirada del portero visitante desnivelaron rápidamente el juego.
Con el marcador a su favor, los de Medellín manejaron el partido, le cedieron el balón y el terreno a un equipo azul que, aún aturdido por los dos mazazos recibidos en tan corto tiempo, no atinó a hilvanar el volumen de juego suficiente como para pensar en la hazaña.
Quién iba a pensar que en una misma noche, en un mismo partido, a varios de nuestros más importantes futbolistas se les “desalinearan• los astros y consumaran su más pobre presentación con la azul en mucho tiempo: Mayer, Harrison, Lewis, Wason en quienes reposa la mayor parte de la responsabilidad para la generación de juego nunca se encontraron a lo largo de los 95 minutos que duró el partido.
La defensa improvisada fue un verdadero flan: Yoiber errático solo atinaba a usar la pierna fuerte como argumento para frenar a los atacantes verdes. Cadavid, a pesar de su buen segundo tiempo, tuvo un alto grado de responsabilidad -por lentitud y desconcentración- en el primer gol sufrido. Lewis, que era el único titular de la zona posterior no estuvo preciso en marca y fueron bien controladas sus excursiones al ataque. A Leudo se le notó su falta de fútbol, y sobre todo que se encontraba improvisado como lateral izquierdo. “Rufai” sacó varios remates de los verdes, pero me parece un poco comprometido en el primer gol. Hasta el momento no ha demostrado ser un arquero ganador de puntos.
Lo mejor de Millos, y en letras mayúsculas, estuvo en la primera línea de volantes. Elkin y Robayo no se amilanaron como sus compañeros, chocaron, anticiparon a los verdes y desde su zona trataron de darle claridad y salida en ataque al equipo.
Blanco y sobre todo Rafa, insultado y vilipendiado por algún sector de la hinchada que le reprocha supuestamente el no ser hincha del equipo y otras barbaridades, junto con Dayro -a pesar de no haber estado fino ni en su mejor noche-, dieron una demostración de compromiso, amor propio y sobre todo respeto por la camiseta.
En conclusión, fue una mala noche en general para el equipo. Duele perder….claro que duele perder, pero debemos desmitificar estas derrotas. Caer contra los verdes de Medellín no debe doler ni más ni menos que caer ante un Envigado, un Quindío o un Equidad.
El equipo está diezmado. La nómina que al inicio del torneo me parecía amplía en número, por cuenta de las lesiones ahora se ve extremadamente corta. Leo y escucho a varios retomando el asunto de la no contratación de un lateral izquierdo, pero en la mente de quién estaba que los dos jugadores con los que el cuerpo técnico contaba para ese puesto iban a estar lesionados al mismo tiempo.
Quizá lo que más está pesando ahora, en materia de contrataciones, es no haber reemplazado con un jugador de categoría a Pedro Franco. Aunque Román y Anderson han hecho una buena dupla, los alternantes de la posición hasta el momento no dan la talla ni la suficiente tranquilidad.
Nada está perdido. Con 22 puntos en la Liga y cuatro partidos por afrontar puede uno ilusionarse con que no tendríamos problemas para clasificar a los cuadrangulares semifinales. Deportivo Cali y Tolima en el Campin, así como Junior y Petrolera a domicilio son los escollos que el equipo tendrá que superar para acceder a la fiesta de fin de año.
Reitero, no deberíamos tener problemas en conseguir ese tiquete, contando para estos juegos con un equipo menos remendado que el del pasado martes.
La revancha llegará amigos azules, más pronto que tarde, la revancha llegará. Y con menos bajas en la nómina el asunto será a otro precio, y quizá las victorias se logren en instancias más definitivas. Se perdió una batalla….NO la guerra
Cordial y albiazul saludo
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