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Carta del Presidente Santos a ex presidente Uribe: “…estoy dispuesto, junto con el equipo negociador del gobierno, a reunirme con usted para escuchar sus inquietudes y abrir un diálogo constructivo“. ¡Felicitaciones, presidente Santos! Que este encuentro sea público, transmitido en directo a todo el país, el primer intercambio de opiniones sobre las características del proceso de paz, antes del plebiscito. Y que el diálogo involucre a representantes de las Farc. Dialoguemos, seamos capaces de confrontar opiniones: así se construye la paz. 10.07.2016. http://www.eltiempo.com/contenido/politica/gobierno/ARCHIVO/ARCHIVO-16643054-0.pdf

Aunque los sucesos que se desarrollaron el 23 de junio en dos ciudades separadas por 7494 km de distancia parecieran ser independientes, tienen algo en común que vale la pena reflexionar.

En el mediodía de La Habana se firmaba lo que se condensó como “el fin de la guerra” o un tratado de paz entre el grupo narcoterrorista de las Farc y el Estado colombiano. Y cinco horas más adelante, los británicos agenciaban los estertores del denominado “Brexit”, que pondría en manos de los ganadores la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea.

Luego de comenzar a sentir las secuelas de su decisión, la sensatez del pueblo repara en las razones. Es como suele ocurrir cuando las emociones dominan, estímulo muy fácil de propiciar en un mundo donde prima el espectáculo y en los medios de comunicación se tocan corazones y no mentes, aunque las determinaciones tomadas afecten la vida de millones de personas, presentes y futuras, en forma crucial y significativa.

Señalan los británicos que no fueron adecuadamente informados. Que la síntesis en eslóganes como “Recuperemos el control” era una peligrosa simplificación del problema. Y que reacciones de sangre como cortar la entrada de inmigrantes que se comen los recursos públicos con sus familias numerosas y que canibalizan puestos de trabajo de los locales, pues son solo punta de un iceberg que demanda un análisis más integral.

El primer ministro David Cameron se va, vapuleado más que por la derrota por haber procedido a jugar semejante decisión a unos dados marcados únicamente con las caras del “SÍ” y el “NO”. Llegará otro habitante a 10 de Downing Street, donde también reside el poder económico que terminará siendo el paganini. Y el pueblo británico quedará dividido. Mientras Irlanda y Escocia se animan a seguir ese camino tortuoso, y los unos riñen con los otros, aquí podemos sacar lecciones para el porvenir.

Aprender, aprender

Los colombianos votarán a favor o en contra de lo pactado en La Habana. La simplificación ha empacado el asunto como una elección entre “Guerra” y “Paz”. Y como ocurre en ese tipo de disyuntivas –tan antiguas y ambiguas como la pelea entre el bien y el mal-, los que están a favor de uno están en contra del otro, haciendo caso sumiso al principio “quien no está conmigo está contra mí”.

Para que los ciudadanos puedan votar a conciencia es necesario que los argumentos a favor y en contra se presenten en forma razonada y no a través de eslóganes estridentes pero vacíos y mentirosos. Debemos exigir al Gobierno y sus aliados que no sigan tratando de dividir a los colombianos entre ‘amigos’ y ‘enemigos’ de la paz. Y al Presidente, que no intente influir en el voto ciudadano haciendo terrorismo con declaraciones irresponsables, como ocurrió esta semana. Pero también debemos exigir a Uribe y sus seguidores que no incurran en mentiras ni calumnias como las que han venido repitiendo. Su oposición a los acuerdos ha esgrimido argumentos concretos. Eso está bien. Pero insisten en acusaciones generales a todas luces falsas, como la de que los negociadores están entregando el país al ‘castrochavismo’ y promoviendo un ‘golpe de Estado’. Estas calumnias son inaceptables en un proceso democrático. Y revelan una lamentable ignorancia. La hora de la verdad, Guillermo Perry, El Tiempo 26.06.2016. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/la-hora-de-la-verdad-guillermo-perry-columnista-el-tiempo/16629790

Algo tan trascendental como un proceso de paz, comprenderá mucho más que espectáculos de televisión, lemas triunfantes y propagandas sentimentales. Determinará un difícil cambio de cultura y repercutirá económicamente no solo en esta sino en próximas generaciones. Y muchos, muchos años…

El plebiscito será votar por la paz o regresar a la guerra“. Expresidente César Gaviria, El Tiempo, 26.06.2016

Es importante llegar a una decisión comprobadamente riesgosa entre el “SÍ” y el “NO”–que como ya se ha visto, por su propia naturaleza divide y enemista por largo tiempo-, con una suficiente información. Veraz. Radicada en la reflexión y el análisis de pros y contras, y no en el palpitar del corazón. Mucho menos, levantada en la manipulación y el abuso del poder estatal, en una maquinaria de publicidad demoledora.

El presidente Juan Manuel Santos señalaba en su reciente discurso en Cuba, sobre lo que sostenía y perseguía lo convenido con las Farc: “una democracia fortalecida, donde todos quepamos, donde todos podamos opinar, disentir, construir. Donde las ideas se defiendan con la razón y jamás con las armas”.

Lo ancho no puede ser únicamente para el grupo guerrillero. Declara el ex presidente Álvaro Uribe que no se están brindando las mínimas garantías para que quienes disienten de los términos del acuerdo, automáticamente rotulados como enemigos de la paz y corifeos de la guerra, expresen sus razones en las mismas condiciones de los que tienen el poder.

El presidente Santos declaró en su parte de “Fin de la guerra” y como norma del pacto de paz, que dejaba atrás su condición de mayor adversario de las Farc: “…como Jefe de Estado y como colombiano defenderé –con igual determinación—su derecho a expresarse y a que sigan su lucha política por las vías legales, así nunca estemos de acuerdo”.

“Timochenko” le respondió que “el Estado colombiano tendrá que hacer efectivo que a ningún colombiano se lo perseguirá por razones de sus ideas políticas”. El ejemplo que se está dando no es bueno. Se ha extirpado la posibilidad de poner a consideración de los colombianos otras preguntas, una tercera (si se quiere), entre el “Sí” y el “No”. Se ha establecido que la victoria de la negativa no es un llamado a replantear y a ajustar el proceso, sino su sepultura y el comienzo de una devastadora guerra urbana.

Yo prefiero aprender de lo que pasó en el Reino Unido y creerle al presidente Santos cuando lucha por “una democracia fortalecida, donde todos quepamos, donde todos podamos opinar, disentir, construir. Donde las ideas se defiendan con la razón y jamás con las armas”. Y ya sabemos que de estas hay muchas.

No faltará quien diga que comparar el ‘Brexit’ con el fin del conflicto con un movimiento guerrillero es como hablar de peras y manzanas. Y aunque eso es cierto, desde el punto de vista del objeto de uno y otro proceso, lo que hay que entender es las equivocaciones en la estrategia de comunicación utilizada, que hoy tiene a tantos rasgándose las vestiduras en el Atlántico norte. Para que aquí no pase lo mismo, la Casa de Nariño necesita dejar de creer que el respaldo de lo alcanzado en La Habana será mayoritario y automático, una vez concluyan las conversaciones en unas semanas. Más allá de que todos los documentos sean hechos públicos, hay que aceptar que la mayoría de las personas no se tomará el trabajo de leer cada texto, sino que formará su opinión con base en lo que digan los medios o personalidades influyentes. Debido a ello, hay que agarrar el toro por los cuernos y hacer una labor de pedagogía que no suene a propaganda oficial. Exagerar sobre los beneficios inmediatos de la paz equivale a creer que la gente es ingenua y aceptará todo lo que se le diga a pie juntillas. Caer en la hipérbole daría resultados contraproducentes, cuando de lo que se trata es de desmontar miedos”.  Lecciones para aprender, Ricardo Ávila, Editorial Portafolio, 27.06.2016 http://www.portafolio.co/opinion/editorial/lecciones-para-aprender-carta-del-director-editorial-498143

VER:

Paz con las Farc y guerra entre todos los demás

https://blogs.eltiempo.com/motor-de-busqueda/2016/05/14/paz-con-las-farc-y-guerra-entre-todos-los-demas/

 

A la Paz hay que meterle pueblo

https://blogs.eltiempo.com/motor-de-busqueda/2016/06/09/a-la-paz-hay-que-meterle-pueblo/

www.carlosgustavoalvarez.com

 

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PERFIL
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Carlos Gustavo Álvarez G. es periodista y escritor. Ha dirigido y editado diferentes medios de comunicación --Revista Elenco, Edición Dominical EL TIEMPO, Revistas Credencial y Cromos-- y publicado 14 libros sobre diversos temas. En 2017 cumple 35 años como columnista de prensa, labor que ejerce actualmente en Portafolio y en el blog Motor de Búsqueda de EL TIEMPO. www.carlosgustavoalvarez.com

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1 Comentarios
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  1. luzalvarez0626

    Los britanicos estan encartados con su propia decision, se les vino el mundo encima y no saben que hacer con él.
    Los colombianos estaremos pronto en la misma situacion pues el hecho de votar NO no quiere decir el rechazo de la paz, es el rechazo a las condiciones en que esta se ha negociado y se implantara. Y SI no quiere decir que estemos dispuestos a que en aras de la paz el sufrido pueblo se arrodille ante quienes lo han maltratado durante decadas.

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