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Se acerca el día internacional de la mujer y el fin de semana pensaba sobre qué tema quería abordar en Mujeres Con-Ciencia al respecto. Tenía muchas ideas en la cabeza pero no concretaba nada, terminaba borrando todo lo que escribía. Pensé en despejarme y salí a la calle.
Al ingresar al TransMilenio era imposible no escuchar una conversación entre una mujer de unos 28 años y el que se suponía era su pareja. Su diálogo se agitaba en el transcurrir de los minutos mientras los gritos aumentaban. Discutían sobre quien debía cuidar a su hijo el fin de semana. Ella le reclamaba: “¿por qué tú puedes trabajar, viajar y disfrutar mientras yo tengo que hacerme cargo de todo? No pude estudiar ahora no quieres que siga trabajando”- reclamaba- “¿No tengo derecho a ser mujer? Ser mamá no puede impedirme ser”. Todos los pasajeros nos mirábamos sin decir palabra alguna, mientras ella lloraba sin importar las más de 50 personas que la rodeábamos.
Llegué a mi destino y me encontré con una extensa fila, mientras esperaba mi turno, observaba a las personas que ahí estaban, las que cruzaban por mi lado, unas sonrientes, otras aburridas, jóvenes, ancianos y una chica en particular llamó mi atención, calculo podría tener unos escasos 13 años. Se le notaba triste, sollozando y con mirada perdida, mientras que, el que su supongo era su novio, la tomaba de forma violenta por su brazo y la llevaba a rastras por el Centro Comercial. Al ver la congregación de personas que hacíamos fila, él disimuló y no faltó la mirada de desaprobación de muchos y los comentarios arcaicos de otros: “así es que hay que tratarlas por vestir así”, refiriéndose a la falda que utilizaba la jovencita.
Al volver a mi casa no podía dejar de pensar en las situaciones que había visto, en lo comunes y frecuentes que son y en la fatal experiencia de abuso sexual que sufrió siendo niña alguien que conozco y que me lo contó hace muy poco. No dejaba de pensar en sus lágrimas al contarme y en cómo me sentí al escuchar, de su propia voz, todo lo que ella desde niña tuvo que vivir.
Este 8 de Marzo, para mí, será diferente. Más allá de conmemorar la lucha que desde hace siglos llevamos las mujeres por la igualdad, será un día para reflexionar sobre nuestra posición, sobre qué permitimos a nivel personal, laboral y social de los demás. Antes de exigir que nos valoren, nos respeten y nos traten bien, debemos hacerlo nosotras en primer lugar. Seamos mujeres con eme de ir.. MÁS ALLÁ.
“No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. (Virginia Woolf). Me recordo esta frase, somos reales.
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Muy reales! Una frase muy acertada.. Gracias por leer Mujeres Con-Ciencia.
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