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Imagínate un desayuno con “La Marimonda”, “El Burro Empijamado”, “El Monocuco”, “El Torito”, El Congo” o cualquier otro personaje del emblemático Carnaval de Barranquilla. Todo esto en la intimidad de tu hogar, en la oficina, o en alguno de los lugares que la artista. Ana Cristina Bojanini ha conquistado gracias a su desbordante creatividad con identidad colombiana.
Centros de convenciones, lofts, condominios, restaurantes, entre muchos otros, son cómplices del glamour, los colores vibrantes y la originalidad de Ana Cristina, una artista extrovertida, amante de la libertad, del folclor y de sus raíces. Lo que empezó como un sueño en un pequeño taller en su casa, hoy se exhibe en más de 45 exposiciones alrededor del mundo.
Su disciplina, versatilidad y curiosidad se reflejan en cada una de sus creaciones artísticas. En su amplia trayectoria profesional ostenta un título de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico, otro como administradora de empresas; además estudió en la Escuela de Artes E Torbatis en Los Ángeles y en la Universidad de Houston en Texas, posee un máster en Bellas Artes y en 2007 recibió un premio a la creatividad artística en Colombia. En otras palabras, el arte corre libremente por sus venas.
¿Cómo define su obra?
Es muy expresionista, hay brocha suelta, hay paleta, mucho color, es muy Caribe, es una paleta rica de color. Comencé con los músicos, pero me gusta hacer variaciones, todas mis obras están pintadas a mano, pero escojo algunas para hacerlas en accesorios, y así he creado una línea espectacular.
¿Cómo ha logrado comercializar tanto su arte?
Al principio me decían que estaba comercializando mi obra, pero ahora todo el mundo quiere hacer tazas de café, libreticas, y vivir del arte. Yo siempre he sido auténtica, me gusta estudiar, viajar, todo ese bagaje te lo da la vida, cuando sales de un museo sales con algo; un paraguas, un souvenir, entonces de allí me nació la idea: si una persona no puede comprar el cuadro, me compra una litografía o cualquier otra cosa.
¿Qué papel juega el jazz en su obra?
Como buena barranquillera me fascina la música, los instrumentos como el contrabajo. Al concentrarme en Barranquilla, el resultado es el carnaval, pero he incluido elementos del folclor vallenato como la caja, el acordeón, esa vena musical que a todo el mundo le llega.
¿Cómo vive el fenómeno Bojanini?
No sé si es un fenómeno, pero para mí es una locura, yo hago algo y se vende porque se vende. Todos los días creo una obra diferente, ahora puedes encontrar art deco en carteras, en metal, etc.
¿Cómo se siente cuando lleva su arte al exterior?
Para mí es un halago, es maravilloso ver cómo la gente admira de verdad el color y compran, llegar a eso es increíble, porque vender no es fácil. Cuando uno hace las cosas con amor, con cariño, la gente se da cuenta. Nadie se alcanza a imaginar cómo vivo la pasión de la pintura, para mí es un juego. Yo digo de verdad, que voy a vender una obra hoy y mis empleadas se ríen, pero se vende.
¿Qué artistas admira?
Picasso me encanta y admiro mucho a mi amiga Rosario Heims, ella es colombiana de ascendencia alemana, vive en Montpellier y su arte es impresionante.
¿Cómo es su proceso creativo?
Yo no planeo mucho nada, soy del momento, de repente me da un ataque de locura por hacer algo, aunque no soy impulsiva, simplemente sé qué quiero hacer y lo hago, lo vendo y punto. A veces los clientes me sugieren lo que les gustaría, yo tomo el pincel, pinto, no hago bosquejos, siempre estoy con mi libreta en la mano; sueño con colores todo el tiempo. Parece que las imágenes me llegaran como en un sueño. Tengo una sorpresa grandísima preparada para este año, pero aún no puedo decirla.
¿Qué le causa frustración?
Ver la falta de creatividad e iniciativa en la gente. Cuando te copian tanto eso me molesta mucho, ya vemos la copia vulgar de las obras y eso me molesta. Ojalá la gente pudiera verse interiormente y hacer cosas originales. Tengo mucha energía para crear, mi capacidad de trabajo es enorme, desde muy temprano hasta altas horas de la noche yo estoy todavía activa, no descanso.
¿Tiene preferencia por algún personaje o elemento para representar en su obra?
A mí me encantan todos los personajes, pero siempre le pongo rojo a mis obras. Mi papá siempre me decía que pusiera algo rojo y eso que era conservador. Yo integro ese color porque amaba tanto a mi papá y cuando trabajas con alegría, con pasión, cuando crees mucho en ti, sabes, toda esa alegría, toda esa locura de ideas me encanta y me brota con ese color. Tengo una hija que estudia diseño gráfico, la otra diseño de modas, estamos en este mundo artístico, aquí en mi casa se crea todo el tiempo, es increíble tengo el apoyo de mis hijas y esespectacular, tenemos muchas cosas para ofrecerles y quiero que estén pendientes de Bojanini porque siempre habrá algo nuevo, hacemos locuras todos los días.
Finalmente, ¿cuál ha sido la clave de su éxito?
Yo he sido profeta en mi tierra. Tengo un equipo que vive agradecido conmigo, a mis empleados los trato como si fueran mis hijos y todo se devuelve en la vida, todo el bien que uno haga. Uno puede tener muchos conocidos y relaciones, pero si no hace bien su trabajo, no se vende. Lo artistas deben mrir hacia adentro, no hacia fuera; ser creativos, creer en sí mismos. Cuando uno cree en sí mismo, la gente lo nota. Hay muchos artistas que no han tenido un céntimo y han salido adelante con sus obras. ¡Claro que sí se puede!
Fotos: Ana Cristina Bojanini
