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Hace 10 años, el concejo de Bogotá promulgaba el acuerdo 364 por el cual reglamentaba el proyecto Bogotá Bilingüe, una iniciativa que buscaba preparar a la ciudad desde lo educativo y lo empresarial para aumentar la competencia bilingüe de la ciudad y de paso reducir las brechas de inequidad al interior de la población. Desde lo educativo, se desarrolló un proyecto de educación bilingüe en lengua inglesa y francesa que fue pilotado en colegios a lo largo de la ciudad. Sin embargo, hace tan solo unas semanas, Óscar Sánchez, secretario de educación, puso de manifiesto el déficit significativo de la competencia en lengua inglesa presentado por los docentes del area en la ciudad; ante afirmaciones como esta y el hecho que a diez años de la promulgación del acuerdo no hay mucho que mostrar en el desarrollo del bilingüismo en la ciudad, no resulta descabellado afirmar que el proyecto de educación bilingüe en Bogotá ha fracasado estrepitosamente. ¿Quienes son los responsables de este fracaso?

Este es un fracaso que se origina en lo institucional, y dentro de lo institucional, hay que distinguir desde lo hecho en los colegios y lo hecho por la Secretaría de Educación del Distrito. Desde las instituciones educativas, la ejecución y avance del proyecto ha sido, a falta de un mejor término, desigual, siendo esta altamente dependiente del compromiso por parte de directivos y docentes con el desarrollo de una educación bilingüe; este compromiso oscila entre las instituciones que han abandonado completamente el desarrollo del programa, dejándole la responsabilidad a los practicantes de universidades que llegan a dichos colegios, pasando por los colegios que, deliberadamente, desconocen su responsabilidad dentro del desarrollo curricular del proyecto, asumiendo que el buen transcurso del mismo es dependiente nada mas del acceso a recursos materiales, ignorando la necesidad de cada institución de desarrollar planes curriculares que se ajusten a las necesidades y realidades contextuales de cada institución. Solo ha sido un grupo selecto de colegios dentro de este grupo de pilotaje que ha entendido esa responsabilidad, con docentes y directivos que han desarrollado iniciativas de este calibre.

A nivel de la SED, es claro que a lo largo de los años, el proyecto ha sido víctima de una gradual apatía que arranca con que, a pesar de los muchos anuncios alrededor del tema, nunca se publicó una resolución que le diera un marco de funcionamiento a estos colegios en términos de su organización institucional y curricular; por otro lado, de forma deliberada, la SED ha reducido el apoyo a las instituciones, recurriendo a medidas como las aulas de inmersión las cuales, si bien son efectivas en su propia manera, resultan mas como golpes de opinión a nivel de política educativa, lo cual conduce a la tercera razón por la que la SED le ha fallado al programa de educación bilingüe en lengua inglesa dejándolo caer en los manoseos políticos de Gustavo Petro. Si bien entre 2008 y 2012 había habido un acompañamiento claro de las universidades De Los Andes y Nacional, Petro, en su ánimo de dar golpes de opinión, le dio el acompañamiento del proyecto a la Universidad Distrital, una institución pobremente equipada para la tarea que terminó por no tener un efecto decisivo sobre el desarrollo del proyecto dejando a las instutuciones a su suerte.

A estas alturas del partido, resulta necesario que, así como Sánchez tuvo la honestidad de admitir la baja competencia de un sector de los docentes, también resulta necesario admitir el fracaso de un proyecto el cual necesita ser oficialmente concluido y reestructurado si se pretende llegar a las metas que se propusieron a mediados de la década pasada.

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