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Juan Manuel Santos no hizo lo popular, hizo lo que se creía conveniente para el país y nos abrió las puertas al mundo…
Debo iniciar con esta afirmación porque a continuación describiré lo que puede ser una loa a la gestión de Juan Manuel Santos, aportas de su salida del Palacio de Nariño; su gobierno se caracterizó entre otras cosas, por generar lazos fuertes con la comunidad internacional, dicho por él mismo: “Dejo un país relevante en las discusiones internacionales”; así fue como impulso procesos que permitieron abrirle las puertas del mundo al colombiano promedio, en pocas palabras, se pensó un país internacionalizado, escapándose un poco de lo doméstico y de la sombra de la guerra. Dicho esto, la comunidad internacional hoy día nos ve con buenos ojos, dando un paso importante hacia las puertas del desarrollo.
Uno de los grandes logros se inició con la ampliación del número de países a los que los colombianos podemos ir sin que se nos exija visa, entre ellos, algunos países de Europa. El proceso de paz con las FARC (su producto bandera) por el cual al principio nadie daba un peso, logró finalmente la desmovilización y reincorporación a la vida civil de miles de guerrilleros, y su participación en política contando con el aval y respaldado de la comunidad internacional, quien lo vio con buenos ojos y permitió mostrar a Colombia como un gran producto de exportación (en el buen sentido de la palabra); además de una notable baja en el número de homicidios en los últimos años, salvando miles de vidas. El fortalecimiento del turismo, la inversión extranjera (este con algunos pormenores), la salida y aceptabilidad de colombianos en el exterior, y la relación y alianzas con otros países distintos de los Estados Unidos; entre otros procesos.
Por otro lado, gestionó y completó lo que se creía imposible para un país como Colombia: hacerlo parte de la OCDE “el grupo de los países ricos”, y no sólo eso: además de todo, ser el tercer país latinoamericano en ser parte de este selecto grupo después de Chile y México. Para aquellos no conocen mucho de la OCDE, esta tiene como objetivo la promoción de políticas públicas que mejoren el bienestar económico y social de la población en el país; pertenecer a esta requiere del cumplimiento de estándares de transparencia y anticorrupción; en otras palabras, garantiza una especie de sello de calidad que puede representarse en mayor inversión e incremento del comercio, así como del estilo de vida en sociedad. De igual manera, el presidente saliente, logró la incorporación del país a la OTAN, que propone la asesoría en operaciones humanitarias, y la lucha contra la corrupción en el sistema de defensa. En conclusión, dichos proceso, le apuestan a acercar a Colombia al “club de las buenas prácticas”, y de esta manera, cobijarse por el beneplácito de la comunidad internacional. Con esto, algunos analistas internacionales, afirman que “la paz de Colombia se internacionalizó”.
No olvidemos la visita de Santos y la primera dama al Palacio de Buckingham, que incluyó recorrido en carroza, entre otros pequeños detalles como el gran banquete y desfile en honor a su visita, y, el aplauso y felicitación de la monarca al gobernante colombiano. De esta manera, Juan Manuel, se dio el lujo de convertirse en el primer presidente de Colombia en asistir a una visita de Estado al Reino Unido. Mi apreciación en este punto es que Santos se dio los lujos que ningún otro presidente colombiano se ha dado. Ganándose incluso el tan codiciado Premio Nobel de Paz.
Finalmente es importante resaltar que esta columna la escribo con el fin de dar a conocer grosso modo la gestión del presidente saliente, y esto sólo en temas internacionales, ¡imagínense lo que logró en el ámbito nacional!; ¡claro! No todo es color de rosa, al país aún le falta recorrer un largo camino para ser reconocerse como un país de avanzada y con miras al desarrollo de su sociedad, sin embargo, Juan Manuel Santos acortó dicho camino y dio el primer paso, ahora queda en manos del presidente entrante y de la sociedad civil el continuar transitando por aquellos caminos de paz y desarrollo.
Creo que Santos será reconocido por la historia como uno de los mejores presidentes que ha tenido la historia de Colombia en el siglo XXI… Y sí, por la historia, no por History Channel. Termino diciendo lo siguiente: lo popular no necesariamente es lo correcto, a veces asegurar el futuro y pretender mejorarlo requiere pasar por la impopularidad de los ojos de quienes gobierna.
Este exgobernante es astuto.Hasta los niños de la casa veían su impostura y sus ademanes calculados.Muy perfumado.Pura pose.Engominado.La sociedad colombiana continua esperando una mejoría en sus condiciones de vida las cuales se deterioraron si se miran los índices por países.
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De acuerdo, este fue un buen gobierno y esperemos que los fallos que presentó los corrija el nuevo presidente y que de parte de nosotros los colombianos dejemos la polarización y miremos hacia adelante como un mejor país que simplemente requiere seguir trabajando y dejar las peleas entre compatriotas.
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Tonta, ciega y enmermelada
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En qué país vive está señorita? Le falta recorrer el país y darse cuenta de su realidad. Bonito su cuento para dormir niños.
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Esta señora vive en un país, que muchos opinando desde la tranquilidad de su casa y teniendo a los suyos a salvo, parecen no saber que existe, un país que empieza más allá de la comodidad de las zonas dignamente habitables de nuestras ciudades, donde miles de colombianos de bando y bando, de esos que ni siquiera saben lo que es lanzar opiniones desobligantes sobre bebes lactantes en un foro de internet, se han salvado gracias a esta paz imperfecta de Santos. Un análisis más global requeriría no hablar sólo de los logros locales e internacionales de Santos, sino también de los muchos y graves desaciertos. Pero es justo resaltar el logro de esa paz en construcción, pues a diferencia de sus inmediatos antecesores que dejaron procesos fallidos o largos prontuarios de crímenes que en algún momento saldrán a la luz, Santos le deja al país miles de vidas a salvo, las cuales para la aparente molestía de muchos no se cuantifican directamente en puntos del PIB, pero por ser precisamente invaluables, representan mucho más.
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La supuesta paz fue financiada de nuestro bolsillo, lo mismo que el recortado presupuesto de la ciencia, del deporte, de los maestros, un bebé lactando habría redactado una columna mejor.
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Esta señora en qué país vivirá…
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