En estos días álgidos de un MUNDO que busca de manera afanosa una solución INSTANTÁNEA a la crisis de VALORES, de FE, de ALTRUISMOS, de PROYECTOS de VIDA… Monseñor Darío Álvarez Botero, Párroco de la Inmaculada Concepción; aporta su gota en el OCEÁNO como cuota parte de esta necesidad de una PAZ en serio y de un DESAROLLO humano integral esencial para poder hacer realidad una convivencia ARMÓNICA y desde el EJEMPLO en nuestra CASA COMÚN…
Para ello nos deja este PENSAMIENTO…
Todavía resuena en la mente de los colombianos la visita de Francisco a nuestra patria. Su mensaje cálido, cercano, bondadoso y exigente lo pudimos captar todos, y al mismo tiempo lo estamos asimilando, sobre todo aquel que pronunció en Villavicencio donde se refirió a la paz y la reconciliación, tema central de su visita. También sus gestos, de escuchar y mirar, fueron parte de su mensaje, porque no fueron solamente las palabras llenas de sabiduría que comprometen a todos los oyentes, sino que Francisco mismo como persona, que escuchaba y miraba a quien le hablaba y de ese contacto, ensañaba con sabiduría, que su mensaje es profundamente creíble.
Escuchar y mirar, es más que oír y ver. Podemos oírnos y hasta comprender qué nos dice el otro; también podemos ver el rostro de quien nos habla, pero escuchar y mirar, es ponerse en los zapatos del otro, es tener compasión y sentir con la misma fuerza de quien nos interpela, todo lo que nos quiere decir. Pocas veces hemos sentido como colombianos tanta compasión con las víctimas de la violencia como ahora. Hemos podido mirar a las víctimas y escuchado sus relatos de vida, tal vez con la misma profundidad que lo hizo Francisco.
¿Los jóvenes colombianos, invitados a escuchar y mirar como Francisco, qué tanto quieren la paz y la reconciliación? Sin duda los jóvenes son la nueva generación. Muchos de ellos todavía no saben dónde queda Mapiripán, Machuca, Miraflores, Bojayá. Algunos, tal vez lo están buscando en la hermosa geografía de nuestro país. Ellos están viviendo en un país que está construyendo la paz con la reconciliación, fruto de la justicia. Sin embargo, son ellos, los jóvenes, quienes deben empujar, soñar y construir la paz con acciones de justicia, en la nueva Colombia, que todos anhelamos. Esto es a mi entender, lo que significa soñar en grande, no perder la paz ni la alegría, como lo dijo Francisco en Bogotá a los jóvenes reunidos en la plaza de Bolívar. Soñar con la paz, no como una ilusión, sino como un compromiso, escuchando y mirando al otro, que es siempre un hermano.¨
«Una persona que piensa en construir muros, cualquier muro, y no en construir puentes, no es un cristiano» SS PAPA FRANCISCO
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Parroco MONSEÑOR DARIO ALVAREZ BOTERO
ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
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