CAPÍTULO CLI
HOY les acercamos la PLUMA fina y digna de un bisturí del DECANO de la FACULTAD de CIENCIAS POLÍTICAS & RELACIONES INTERNACIONALES de la UNIVERSIDAD JAVERIANA el PADRE LUIS FERNANDO MÚNERA SJ quien en estos CAFÉS nos brinda verdaderas CIRUGÍAS de VIDA…mente INTERVENIDAS…
Los DIALOGANTES , siempre generan verdaderos sunamis DIALÉCTICOS con todo tipo de INTENSIDADES y PUNTOS de VISTA que nos aportan esa UNIDAD que debe NO necesariamente ser UNIFORME…
Cuando lea su PROPUESTA entenderá nuestra PRESENTACIÓN…
¨Una nueva normalidad
Después de seis meses de convivir con el virus del Covid-19, parece que tendremos que aprender a vivir por largo tiempo con esta enfermedad y nos dirigimos hacia lo que algunos llaman una nueva normalidad. Los invito a que, desde el espíritu de este blog –pensar la paz y el desarrollo-, nos preguntemos por esa nueva normalidad.
Cuando empezó la pandemia nos hicimos muchos cuestionamientos sobre nuestro estilo de vida, los límites del planeta y nuestra economía depredora y contaminante, la importancia de las cosas simples, del abrazo, de la conversación cara a cara, la necesidad de una espiritualidad fuerte que nos abra al más allá, nos de fortaleza y esperanza. La frase de Laudato Si todo está conectado con todo, parece más vigente que nunca. Nuestra humanidad soberbia se vio de repente en jaque por un organismo microscópico que nos amenaza a todos.
La crisis además nos ha revelado dramáticamente nuestras terribles desigualdades e injusticias, las distintas formas de violencia que nos aquejan, desde las violencias intrafamiliares hasta las masacres, pasando por las múltiples violencias simbólicas. La desconfianza social, agudizada por el distanciamiento, hace cada vez más difícil encontrar propósitos comunes.
¿Qué hemos aprendido de todo esto?
Muchos están ansiosos de volver a la nueva normalidad, poder ir de nuevo a comprar, viajar por el país y por el mundo, acceder a hoteles, discotecas y restaurantes. Necesitamos divertirnos, distraernos y echarle gasolina a la economía para que rebote y vuelva a crecer. Si esto es así y la nueva normalidad es volver a lo de antes, superando poco a poco las restricciones de la pandemia, no habremos aprendido nada, esta dolorosa toma de consciencia se habrá perdido en nuestro egoísmo.
La primera tarea de la nueva normalidad es recuperar la confianza de unos con otros. Empezando con las familias y los más cercanos, con prudencia y autocuidado, tenemos que volver a encontrarnos, reconstruir nuestros vínculos, salir de cada uno y su cabaña para interesarnos por el otro. La tecnología, además, nos ha permitido acercarnos a los que están físicamente lejos.
Nuestro estilo de vida es insostenible. Nuestra casa común está enferma y nos ha mostrado sus límites. El cuidado del medio ambiente no se reduce a cuidar nuestra biodiversidad para que las próximas generaciones puedan contemplar paisajes espléndidos. Lo que está en juego es la viabilidad de la vida humana en este planeta y para ello tenemos que abandonar la ilusión del crecimiento indefinido, buscar formas más frugales y simples de vida, limitar el uso de la energía, explorar economías circulares, descentralizar las cadenas de producción, construir decididamente nuevas fuentes de energía.
La crisis ecológica y social nos pide una profunda transformación cultural, política y social. Tenemos que seguir creyendo en la capacidad del ser humano, pero para ello se requieren espíritus generosos, responsables, capaces de ir más allá del propio interés. La pandemia nos ha mostrado que estamos todos en una misma barca y si no remamos en una misma dirección corremos el riesgo de hundirnos sin remedio.
Nuestros desafíos como sociedad colombiana son inmensos. Más allá de las polarizaciones y las desconfianzas, tenemos que reconocer que nuestros niveles de inequidad e injusticia son dramáticos. La crisis económica que ha traído la pandemia nos pone frente al reto de la pobreza y el hambre de muchos de nuestros compatriotas. La solidaridad y una mirada estructural a la tributación, el sistema de seguridad social, las políticas de empleo y desarrollo son necesarias para escuchar las voces que claman justicia, evitar un estallido social y evitar las tentaciones de la violencia.
Muchos recurren a la imagen del “new deal”. Necesitamos un nuevo pacto social fundado, por una vez, en el respeto universal de los derechos y en la búsqueda de condiciones dignas y equitativas de vida.
Es cierto que hemos manejado decentemente los retos de la pandemia, pero eso nos ha puesto una vez más de presentes nuestras desigualdades regionales. La crisis en la Amazonia, la Guajira y el Choco, nos muestran una vez más que tenemos que pensar el país desde los territorios y darle la voz a las regiones; seguir pensando desde el centro, sin comprender las aspiraciones y necesidades de los territorios no hace sino ampliar las brechas existentes y una nueva, la brecha de la conectividad digital.
Una nueva normalidad no puede ser un regreso nostálgico a un ayer que se nos fue para siempre y que estuvo lejos de ser el espacio de vidas a la altura de la dignidad humana. Tenemos que mirar el futuro con esperanza, una esperanza que nos mueva a la acción, a pequeños o grandes gestos que hagan más bello y humano nuestro frágil mundo.
Los invito a imaginar, a soñar, pero recurriendo a la imaginación moral, que el Profesor Juan Pablo Lederach, maestro de la construcción de paz, define como la capacidad de imaginar algo enraizado en los retos del mundo real, pero a la vez capaz de dar a luz aquello que todavía no existe. Abandonemos juntos los tan conocidos
caminos del consumo, la injusticia y la violencia y atrevámonos a imaginar juntos un mundo nuevo.¨
Una INVITACIÓN a realizar CAMBIOS en SERIO ,será que PODEMOS..?
Recapacite y síganos aquí o en…
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LOS DIALOGANTES DE HOY
Padre LUIS FERNANDO MUNERA SJ.
ALEJANDRO LOPEZ CONDE A.
FOTOS : CAROLINA SANCHEZ MONTEALEGRE
Y NO SE OLVIDE QUE LO MAS IMPORTANTE PARA EL MOMENTO ACTUAL ES…
NO COMO PILATOS..! CON JABÓN…
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