Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog

Hasta no hace mucho tiempo, había tres cosas que a los colombianos clase media nos mataban de la pena: que nos vieran saliendo de un motel, encontrarnos con alguien conocido en Tinder y que nos vieran comprando en el D1. Lo del motel y lo de Tinder se disimulaba con una dosis de picardía, pero ser visto en una tienda de descuento era casi, casi, como ser comparado con Roy Barreras. Arribistas como somos, fantoches como somos, presumidos como somos, fanfarrones como somos, nos negábamos a ser pescados comprando BrillaKing y quesos Latti.

Las señoras se lanzaban a la aventura con una pañoleta en la cabeza, sus gafas de marca compradas en Chinatown en Nueva York y sus pintas de gimnasio. Tímidamente se acercaban a los estantes y en tres minutos hacían un mercado. Lo insufrible para ellas era la fila única y por supuesto, posar de empacadoras con las bolsitas de $50 y las cajas de cartón desocupadas. Los hombres, más prácticos pero no menos jactanciosos, iban a la noche de regreso del trabajo y de ser vistos el argumento siempre era: ¡Es que Carulla está repleto!

Poco a poco las cosas han cambiado y hoy por hoy, estas tiendas hacen parte de la economía familiar de la clase media, media alta y alta. En 2016,tuvieron un crecimiento del 70,2 por ciento frente al 2015, con ventas cercanas a los 4 billones de pesos.De la pena se pasó al folclor como hacemos los colombianos cuando nos ven comiendo fritanga en vez de ‘suchi’. Luego, lo socializamos y lo vendemos como cool. Hacer mercado en D1, Ara o Justo y Bueno dejó de ser algo pintoresco y hoy es plan para las señoras de la alta sociedad, al punto que por estos días no cabe un carro fino más en los exiguos parqueaderos de estas tiendas. Lo único que aún las hace sufrir es el pago en efectivo pero día a día son menos tímidas al completar con moneditas.

La economía le ganó a la pena y el bolsillo a la vergüenza y por eso el mayor crecimiento de estas tiendas, por lo menos en Bogotá, se da en el norte. Ya no hay escrúpulos para comprar café Viejo Molino o enjuague Bucarina y menos para los productos arroceros El Estío. Para ayudarnos a pasar el trago amargo, los marketeros, expertos en torcer rieles y en disfrazar una chaqueta vomitada, las han bautizado como “ tiendas de descuento, tiendas de conveniencia o en retail de precios bajos”.

No sé si la economía esté jodida o que nos hemos vuelto prácticos. Lo único cierto es que nos gusta lo barato, nos encantan los descuentos, nos privan las rebajas, así vengan en bolsas ecológicas marcadas del D1. Además, siempre nos queda el recurso de la risa picarona. Como cuando nos pescaban saliendo de un motel …

(Visited 2.820 times, 1 visits today)
PERFIL
Profile image

Reflexiones de a pie de un ciudadano en bus. Notas cotidianas con humor y sobretodo con dolor. Periodista, escritor de libros y novelas, Creador de Atardescentes .

Más posts de este Blog

  • Deportes

    Fútbol y fritanga

    Que tumben la Ley de Garantías es preocupante, que Duque cometa todo tipo de tropelías es grotesco, pero lo(...)

  • Política

    Votar por Nadie

    Amigos: Yo de política no sé. Voto por intuición y por pura fe. No entiendo tus análisis sesudos, ni(...)

  • Bogotá

    En la ciudad de la furia (y de los miedos)

    Nunca aprendí a bailar y me arrepiento. Sin embargo, mi dislexia rítmica no impidió que en mi juventud lejana,(...)

  • Política

    Explosión de democracia

      Un vasito de agua, un madrazo y una candidatura presidencial, no se le niega a nadie. Y es(...)

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

Quod scripsi, scripsi*  Juan 19:20-22 Este 23 de abril se celebra(...)

2

¿Los eventos ocurridos recientemente en Dubái son una respuesta del Planeta?(...)

3

[caption id="attachment_1137" align="alignnone" width="1600"] Rubby Haddock en escena, en Las Leyendas(...)

2 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
  1. rafaelgomez0514

    son complejos de ciertas perdonas, no le veo asidero a estas conclusiones, la gente compra donde quiere y puede , nadie está obligado a hacerlo en cierto tipo de almacenes pues no hay contrato con nadie. Que no nos vaya a pasar lo de Venezuela que nos toque hacer cola para adquirir lo que el gobierno quiere que consuma el pueblo.

Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar