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Hubo una experiencia que marcó a Peter Manjarrés: su primera nominación al Grammy en la categoría vallenata en el 2007. Porque por primera vez se sintió tratado como una estrella internacional y esa experiencia no la había vivido antes. Por eso, este año se propuso llegar nuevamente a la ceremonia y, ojalá, ganarse el Grammy.
Por eso, produjo el disco Solo Clásicos, una apuesta por el vallenato tradicional. Con él quería demostrar que la nueva generación de vallenatos, de la que él es de los mayores exponentes, sí podía ser tan tradicional como los otros y volver a la alfombra verde de los premios.
“El objetivo de Solo clásicos también era llevar la tradición a la juventud -dijo Manjarrés-. Nos estábamos olivadndo de lo tradición”.
Y escogió clásicos que habían sonado en diferentes partes del país. La canción Obesión, por ejemplo, había sido un ícono del vallenato en el interior del país, pero Peter la llevó al norte, pegó en la Costa, cosa que no ocurrió con la versión original.
“La grabé hasta tímidamente -dijo el cantante-, la hice con mucho cuidado. El compositor Sergio Amaris me dijo que nunca le habían dado la importancia como compositor que le he dado a él”.
El CD Solo clásicos fue una sorpresa para todos. Peter lo hizo aparte de su disquera, Codiscos, con previo permiso. “Era mi deuda con el vallenato tradicional y la oportunidad de grabar con Emliano Zuleta”.
Reunirse con Zuleta era algo que uno o dos años atrás no se habría conseguido, porque Zuleta era un artista exclusivo de Sony. Ante su separación de su hermano Poncho, Zuleta quedó libre para unirse a El Toba Zuleta y colaborar en el álbum que le diera la gana. De paso, firmó con Codiscos y ambos artistas ahora comparten honores en la categoría vallenata.
Su acordeonero, Sergio Luis Rodríguez y Emiliano Zuleta armaron un buen equipo. Rodríguez hizo parte de la producción y tocó el piano en algunas canciones. Y Peter no se contentó con invitar a Zuleta sino que también rescató del olvido a músicos de otras décadas. “Le di realce a todos esos grandes musicos, llamé a gente adulta de 60 y 70 años, los hice sentir emocionados grabando mi disco -cuenta Peter-. También me enseñaron humildad y sencillez”. Se refiere a personas como Johny Cervantes. que le hacía los coros a Alfredo Gutiérrez, en los 60 y Virgilio Barrera, que empezó con Los Corraleros de Majagual.
Y gracias a estos clásicos, que están en la memoria de muchos, incluso colombianos que llevan años en el exterior, Peter logró conectarse con públicos como los 15 mil que asistieron a la Plaza de Madrid. Algunos no lo conocían a él, pero sí a la canción y lo corearon. Grabar clásicos le quedó gustando, espera grabar una segunda parte en un par de años.
“Con todas estas cosas que han ido pasando -dice Peter, he visto que la música no es de costeños, ni de cachacos, es universal. Yo estaba engañado con eso, seguía la idea esa de grabar un tema para Bogotá, otro para la Costa, otro para tal cosa. La música es universal. Ahí está Juanes, que canta en español y ha ido a Japón”.
Felicitaciones peter y desdeluego la misica es universal, fijate como los europeos adoran el vallenato y las rancheras colombianas, solo es cuestión de darlas a conocer.
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