Cerrar Menú Blogs
Las opiniones de los blogueros son de su estricta responsabilidad y no representan la opinión de este portal.
Profile image

Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.

Seguir este blog

La semana pasada el dúo conformado por Andrés Acosta y Beto Murgas Jr. presentó su álbum Más allá. Tuve la oportunidad de hablar con ellos para la nota que se publicó en este diario. El punto de partida fue, además del disco nuevo, el recuerdo de la primera vez que me los nombraron: Gusi & Beto sonaba entonces a cualquier cosa, menos a grupo vallenanto. Entre sonrisas, el dúo recordó el reto que fue adoptar un nombre que ahora tiene credibilidad en el medio musical.

Así fue la entrevista:

 

gusi y beto 1masbaja.JPG

Alguna vez dudaron de su nombre: Gusi & Beto sonaba demasiado infantil, tierno, como para ser un grupo vallenato. “Ahora suena como a dúo de reguetón”, bromea Beto Murgas, el acordeonero.
Beto y el cantante Andres Acosta ‘Gusi’ tienen ya la credibilidad suficiente -lograda en dos CD, seis años de trabajo y un nuevo álbum cuya primera canción, titulada Bendito corazón, suena hace un mes- para sonreír al contarlo: Hasta el papá de Beto llamaba cada mañana a darles un nombre nuevo: desde ‘Banda Café’ hasta títulos de canciones.

“Pero, mi mamá me llamó Gusi casi desde que nací -dice el cantante, que en los shows toca la guitarra-. Siempre me dijeron así en casa”.

 
Beto recuerda que no querían un nombre largo y serio como Andrés Acosta & Beto Murgas, lo común en el vallenato. Y para más riesgo, sobre todo para la credibilidad que necesitaban, salieron con una canción titulada La mandarina. Pero, con ella en el primer álbum llegaron a la nominación al Grammy Latino. “Sin embargo, también jugó a nuestro favor porque fueron nombres pegajosos que se quedaban de inmediato en la memoria de la gente”, añadió Beto.

Hoy, que Gusi & Beto presentan el álbum Más allá, el tercero de su carrera -segundo con el respaldo de Sony-, sienten orgullo por cada decisión tomada. Anuncian que esta vez su disco -en el que invirtieron dos años de trabajo- suena más bailable, al estilo de otro de sus éxitos primeros: ‘Qué toque Betico’. Y su primer sencillo es Benditocorazón, de Wilfran Castillo.

Los riesgos ahora son distintos: por ejemplo, dentro de un género tan regionalista,invitar como productor al venezolano Yasmil Marrufo (autor de Lo que tú necesitas, que ha trabajado con Ricardo Montaner o Ricky Martin); pedirle al peruano Gian Marco que les compusiera una canción (Más allá, que le da nombre al disco); grabar un dueto con el nicaragüense Luis Enrique y, como muestra de las vueltas de la vida: saludar a sus amigos (cosa que no habían hecho) en dos de sus canciones de corte más tradicional.
“Cuando vimos el disco terminado -dice Gusi-, nos dimos cuenta de que era como un pedacito de Latinoamérica en Colombia”.

Lo positivo de esto, explica Beto, es que estas invitaciones a artistas de otras latitudes refrescan el lenguaje. “Queremos internacionalizar nuestra música, nos hace más versátiles y nos abre puertas para presentarlo en otros países”, dice el acordeonero.

A la hora de hablar de las decisiones tomadas a lo largo de una carrera que va en camino de la consolidación con este lanzamiento, Gusi dice que no hay en su historia algo que puedan ver como un error:

“Todo el camino está marcado -afirma-, es el destino. Nosotros empezamos como independientes, no nos saltamos ningún paso. Comenzamos trabajando por horas como cualquier conjunto vallenato: nos contrataban en casas, eventos sociales. Llegó el momento de retirarnos de los bares y otros trabajos para concentrarnos en un proyecto independiente que fue parte de nuestro aprendizaje: trabajamos el primer álbum sin apoyo de disquera, aprendimos a hacer promoción y a tener amigos en los medios. Después llegó Sony y empezamos a buscar alianzas en otros lugares, pero siempre andamos con la guitarra y el acordeón haciendo la promoción”.

Precisamente, la guitarra como elemento protagonista del trabajo de Gusi & Beto le ha dado su aporte a la credibilidad que buscaron desde el primer momento, dice Beto, el acordeonero. “La gente la valora mucho, porque al llegar a las promociones, ven que además Gusi toca guitarra.  Muchos artistas se ponen la guitarra por ponérsela, algunos la tocan más o menos, pero Gusi estudió guitarra clásica y eso habla bien del grupo. Vamos juntos con guitarra y acordeón y en la etapa de promoción muchos dicen que suena muy cercano al disco. Hoy nos respetan como un grupo que hace música, que sí toca y que sí canta y que lo puede hacer bien”.

(Visited 359 times, 1 visits today)

Etiquetas

PERFIL
Profile image

Mi nombre es Liliana Martínez Polo. Soy comunicadora social con énfasis en publicidad de la Universidad Javeriana y especialista en medios de comunicación de la Universidad de Los Andes. Desde 1998, trabajo en la redacción de Cultura de EL TIEMPO y descubrí mi afinidad con las historias vallenatas y la cultura alrededor. A lo largo de años de trabajo observando el vallenato y en general la cultura colombiana he asumido como compromiso la labor de destacarla, desde sus músicas regionales y, en últimas fechas, desde la gastronomía. Sin embargo, de todos los temas, el vallenato es mi favorito. Por lo mismo, comparto este espacio de observación y promoción de esta música con ustedes. .

    Sigue a este bloguero en sus redes sociales:

Más posts de este Blog

Ver más

Lo más leído en Blogs

1

¿Casa-logía?    Uno es lo que es. A los 15 años(...)

2

Comienzo por lo que me trajo aquí:



Me encantan, estos avances. Me encantan.

The interpreter (para nosotros, La intérprete, y como cosa rara, el título en español significa lo mismo que en el idioma original) es un filme dirigido por el estadounidense Sydney Pollack, estrenado en cines en dos mil cinco. El guión condujo a Pollack a grabar en las propias instalaciones de la ONU (localizadas en territorio internacional dentro de Nueva York), una historia con tintes políticos que recuerdan la situación más o menos reciente del actual presidente de Zimbabwe.

Estaba viendo hace unas horas cierta película francesa realizada exclusivamente para televisión hace unos años, no muy conocida por cierto, y me asaltó una duda que tenía desde hace un tiempo y que se avivó luego de ver La intérprete. La duda es la siguiente:

Lo más seguro es que todos conozcamos el aviso que aparece, usualmente escondido al final de los créditos de algunas películas, que dice lo siguiente, palabras más, palabras menos: "Los hechos relatados en esta película son puramente ficticios y no deben relacionarse con eventos pasados, actuales o futuros. (...) Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia."
Yo me pregunto: luego de ver una película que parece un documental acerca de una situación actual, ya sea ésta una realidad o no, ¿qué sentido tiene recurrir a este mensaje, si de cualquier manera los espectadores van a hacer la relación?

Es claro, hay que decir, que no todo el mundo tiene por qué captar estos parecidos. Pero los que sí los captan, lo comunican a los demás, y al final la película pasa a verse como lo que realmente es: una crítica por parte del realizador hacia una situación en particular. Punto. No importa qué tan imparcial se pretenda ser, haciendo uso del mencionado avisito.

En fin, no entiendo esta actitud, si de verdad algunos pretenden protegerse bajo dicho mensaje. Quisiera creer que lo colocan no porque no pretendan dar la cara luego de dar la opinión, sino porque es una especie de requisito, un asunto legal de obligatoria aparición al final de todos los créditos de todas las películas de todos los géneros. Aunque al final, sólo quien tuvo la idea de escribir la historia como quedó escrita es quien sabe qué opinión tiene.

Él y sólo él.

-

Sobre la película, hay un dato lingüístico interesante; se creó un lenguaje nuevo (lo llamaron "Ku"), con sus propias palabras, conjugaciones, reglas... es decir, un lenguaje aparte, sostenible por sí solo, basado en lenguajes existentes en el sur de África, pero que "aunque sería reconocido por habitantes de la zona (...), los confundiría", debido a su estructura gramatical, leo por aquí. En todas partes encuentro que el creador de este lenguaje es Said el-Gheithy, director del Centre for African Language Learning en Londres. En general, no encuentro muchas críticas positivas para la película, pero a mí me gustó.

Me encanta leer la columna Contravía, escrita por Eduardo Escobar. Y la de hoy termina con una reflexión que encuentro parecida a cierto diálogo de La intérprete. Aquí va el diálogo, para terminar y dejar de ocupar su tiempo, estimado lector. Lo traduzco burdamente, pero espero que se mantenga la idea.

Silvia Broome: (...) Siempre que alguien pierde a un ser querido, quiere vengarse de alguien más, o de Dios, a falta de alguien. Pero en África, en Matobo, los Ku creen que la única manera de poner fin al dolor es salvando una vida. Si alguien es asesinado, luego de un año de duelo se realiza un ritual llamado "la fiesta del ahogado". Se hace una fiesta durante toda la noche, junto al río. Al amanecer, el asesino es montado en un bote. Se lleva al agua y se le tira allí, amarrado, para que no pueda nadar. Entonces la familia doliente debe tomar una decisión; pueden dejar que se ahogue, o pueden lanzarse a salvarlo. Los Ku creen que si la familia deja que el asesino se ahogue, se hará justicia, pero pasarán el resto de sus vidas de duelo. Pero si lo salvan, entonces admitirán que la vida no siempre es es justa, y a cambio ese acto los liberará del dolor.


dancastell89@gmail.com

3

[audio src="https://co.ivoox.com/es/30-primera-radio-whatsapp_md_20668488_wp_1.mp3"] Radio en entornos digitales: experiencias de segmentación en aplicaciones(...)

0 Comentarios
Ingresa aquí para que puedas comentar este post
Reglamento de comentarios

ETCE no se responsabiliza por el uso y tratamiento que los usuarios le den a la información publicada en este espacio de recomendaciones, pero aclara que busca ser la sombrilla de un espacio donde el equilibrio y la tolerancia sean el eje. En ese camino, disponemos de total libertad para eliminar los contenidos que:

  1. Promuevan mensajes tipo spam.
  2. El odio ante una persona o comunidad por su condición social, racial, sexual, religiosa o de situación de discapacidad.
  3. Muestren o impulsen comportamientos o lenguajes sexualmente explícitos, violentos o dañinos.
  4. Vulneren o atenten contra los derechos de los menores de edad.

Además, tenga en cuenta que:

  • - El usuario registrado solo podrá hacer un voto y veto por comentario.
Aceptar
¿Encontraste un error?

Para EL TIEMPO las observaciones sobre su contenido son importantes. Permítenos conocerlas para, si es el caso, tomar los correctivos necesarios, o darle trámite ante las instancias pertinentes dentro de EL TIEMPO Casa Editorial.


Debes escribir el comentario
¡Gracias! Tu comentario ha sido guardado
Tu calificación ha sido registrada
Tu participación ya fue registrada
Haz tu reporte
Cerrar
Debes escribir tu reporte
Tu reporte ha sido enviado con éxito
Debes ser usuario registrado para poder reportar este comentario. Cerrar