Desde los primeros años de 1900, cuando se concibió como disciplina académica, hasta hoy, el marketing ha integrado herramientas de diferentes disciplinas para fortalecer y brindar un carácter empírico a los procesos de toma de decisiones. De acuerdo con Bigné (2010), con la aparición de la Investigación de Mercados en la década de 1920, la necesidad de conocimientos cuantificables a través de la Econometría en 1930 y Investigación Operativa para 1940, se ha demostrado la necesidad de integrar herramientas de orden cuantitativo para derivar lo que hoy se conoce como Marketing Analytics. Según la revista Forbes en su edición de abril de 2013, se muestra un incremento en la contratación de profesionales que dominen las analíticas de Marketing. Lo anterior confirma la necesidad actual de requerir profesionales en el área que puedan sustentar el resultado de sus acciones a través de métodos que se soportan en la estadística, economía, matemática y otras ciencias y disciplinas con una naturaleza puramente empírica.
Es así como, actualmente, la demanda de profesionales que son capaces de crear modelos matemáticos y estadísticos para entender y predecir el comportamiento del mercado es cada vez más fuerte. Ramas de la economía, como la econometría, son esenciales a la hora de mostrar la relación que puede existir entre variables que se relacionan con el consumo; temas que son de vital interés para el profesional de Marketing. La econometría se fundamenta en la teoría económica, las herramientas matemáticas y estadísticas, para entender las dinámicas del mercado. Por ejemplo, cuando un profesional de Marketing desea identificar puntualmente el impacto en las ventas que se puede producir por la inversión en publicidad, basta con crear un modelo de regresión (base de la econometría) que le permita llegar en términos numéricos a la respuesta puntual de un problema muy común en la realidad empresarial. Otras aplicaciones podrían ser el analizar las decisiones de consumo a través de modelos Logit, donde se intenta predecir si una persona o empresa puede o no adquirir o hacer uso de un producto o servicio en función de ciertas características.
En conclusión, son muchos los modelos que se pueden aplicar a innumerables situaciones que se presentan día a día en las empresas. Actualmente, al tener acceso a información referente a los mercados casi en tiempo real, es necesario hacer un llamado a los profesionales del Marketing para que aprovechen esta información y la pongan a su favor con el propósito de crear productos y servicios que estén ajustados a las necesidades reales del consumidor y, lo que es equivalente en nuestra profesión, a la verdadera creación de valor.
Referencias:
Bigné, E. (2010). Raíces y evolución del concepto de marketing. Valencia.
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