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Por:

MSc  Ramón Gabriel Aguilar

Docente Tecnología en Gestión Ambiental

Politécnico Grancolombiano

 

En la década del setenta surge un movimiento estudiantil en Estados Unidos para hacer un llamado al gobierno por las políticas ambientales y ecológicas en temas de deforestación, extracción de materiales, calidad de aire, vertimientos industriales y la utilización de químicos. Bajo esta primicia se formó un grupo de presión para que “el planeta” fuera protegido con sus recursos. Este liderazgo endógeno de la juventud norteamericana sería un ejemplo para todo el mundo. Se puede afirmar que los promotores, como el senador Gaylod Nelson y miles de jóvenes, serían el pilar para salvar nuestra madre tierra.  En el 2009 la ONU (Organización de Naciones Unidas) instauró este día a nivel mundial, para conmemorar la declaración de Estocolmo y sus 26 principios rectores de las problemáticas que nos afectan a todos los seres del planeta tierra. Estas marcaron el inicio del diálogo para la concepción de estrategias mundiales como cumbre de la tierra, los Objetivos del Desarrollo Sostenible, entre otros.

Desde entonces, cada 22 de abril se celebra el Día de la Tierra como un escenario de reflexión para el diálogo y la formulación de iniciativas globales, estilos de vida, adaptación al cambio climático y la educación ambiental. En este día, pensamos en la sostenibilidad como factor clave en nuestras acciones ecológicas para que el planeta sufra la menor carga posible de contaminantes. Las campañas mundiales del Día de la Tierra para la protección del clima son necesarias no solo este día, sino todos los días del año. Esto sirve para implicar a los ciudadanos en proyectos ambientales creativos de iniciativas sostenibles en las políticas nacionales y locales.

Un llamado a vivir en armonía con la naturaleza

En este día especial donde el liderazgo ambiental de los jóvenes es más notorio, los aspectos de salud y tendencias del futuro, son el devenir de este hogar planetario cada vez más contaminado. A la cognición humana le resulta difícil percibir los daños ambientales que le hemos causado al planeta, pensamos que la relación de causa – efecto y sus consecuencias no son interdependientes de esta degradación de la naturaleza. Sobre todo porque las relaciones ecológicas suelen implicar retroalimentación no lineal, nuestro consumismo muchas veces no lo percibimos. Agotamos nuestros recursos y las consecuencias sólo se producen con un retraso considerable o en puntos imprevistos o con una intensidad incalculable. Nuestra huella ecológica supera los límites insaciables del egoísmo humano. Las complejas interrelaciones entre los recursos naturales y las intervenciones humanas nos recuerdan que este planeta no nos necesita, somos como enfermedad que no tiene cura. Debemos reforzar el «nosotros sentimos» mediante «conciencia ambiental» y proteger también todas las especies del planeta tierra, de comprometernos con la conservación global y la sostenibilidad.

Todos somos parte de este planeta

Cada persona es necesaria para el cambio del paradigma ambiental. Por esta razón, los temas ambientales son permanentes, para que todo el mundo pueda participar. En el Día de la Tierra, no sólo es para tomar conciencia de los problemas relevantes para el ambiente, sino también para reflexionar: ¿cómo puedo cambiar algo en mi entorno? Debemos centramos en lo positivo para, con nuestras acciones, inspirar a muchas personas a relacionarnos con nuestra naturaleza.

Este cambio sostenible nos describe la compatibilidad social y ambiental de la producción, el procesamiento del recurso, su procedencia, los procesos industriales limpios, creación de puestos de trabajo justos y una política proteccionista de las reservas naturales.

Las políticas ambientales globales no tienen que ver sólo con tendencias o declaraciones, sino con las personas que producen, con la bioeconomía, con la naturaleza (flora y fauna) y también con las comunidades indígenas. Cada uno tiene su propia influencia en las tendencias ecológicas y ambientales. El día de la tierra debemos comprometernos con nuestros consumos, seamos eficientes con nuestros recursos, merece la pena que replanteemos la relación con la naturaleza. Unos consejos sugeridos son:

  • Compra de forma consciente, no al consumismo, viste de forma sostenible, llévalo más tiempo y deshazte de él de forma respetuosa con el ambiente.
  • Invierte de forma sostenible en nuestro planeta, no gastemos el agua innecesariamente, es el único hogar que tenemos. Nuestro aceite usado por ejemplo llevémoslo a los ecopuntos.
  • Nuestros propios hábitos cotidianos de vestir, lavar, limpiar, reutilizar y, por último, desechar. Nuestras acciones tienen efectos de largo alcance sobre el clima y el medio ambiente.
  • Comprar la menor cantidad de productos posibles, como el plástico y preferir los productos amigables con el ambiente.
  • Uso lámparas con tecnología LED o lámpara de bajo consumo.
  • Utiliza la bicicleta más seguido, la movilidad sostenible es clave en las ciudades resilientes.

Este día nos invita a reflexionar sobre la sostenibilidad ambiental, que significa pensar en los impactos de las cosas que haces a corto y largo plazo, la responsabilidad individual y comunitaria. Estas medidas conducen permanentemente a un estilo de vida más respetuoso con planeta y con los recursos sin tener que pensar constantemente en ello en la vida cotidiana. Una acción concreta, aunque parezca insignificante, contribuye al esfuerzo colectivo para construir un medio ambiente más sano y con mejor calidad de vida.

¡Nuestro planeta está en peligro!, la emergencia climática no es un mito, todo el mundo debería echar un vistazo a los cuestiones ecológicas y ambientales para poder avanzar y salvar nuestro hermoso planeta.

 

Fuentes:

Budd, K. (2022). Earth Day Every Day. Liberal Education, 108(3), 15–17.

Corliss, D. (2023). Earth Day Projects: Measuring Climate Change and Taking Action. Amstat News, 550, 28–29.

Paynich, V. “VI.” (2021). Make Earth Day Count. Parks & Recreation, 56(4), 8.

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