Por: Nancy G. Cely
@NancyCely88
Publicado en: Combo 2600

La ropa comunica, expresa y empodera.  Una prenda de vestir es tan solo un símbolo o peor … una cortina de humo para revivir el viejo y machacado concepto de que la mujer se viste para provocar o que tal vez, solo tal vez, quiere ser violentada por su forma de lucir. Entonces, “Bogotá es una ciudad machista, que agrede a las mujeres en su cotidianidad?”

La violencia machista es una problemática estructural que afecta a todas y todos, siempre ha sido un debate transitorio, y no hay que enfrascarse en un entusiasmo feminista, para ver que el tema es insignificante para la administración pública de la ciudad.

En Bogotá el 52,2% de la población son mujeres. Es decir, 3.815.069[1] habitantes somos mujeres, madres, hermanas, hijas, amigas, secretarias, vendedoras, profesoras, directoras, votantes, haciendo y construyendo ciudad.  MUJERES que por llevar alguna prenda particular nos exponemos a recibir -lo que para algunos podrán ser piropos- una serie de insultos o atropellos en el espacio público.  Vivir entonces con ese temor en las calles, en los buses, los parques, los puentes peatonales, en la rumba, es una constante; cohibirse o mejor resignarse a la carencia de respeto, no disfrutar de los derechos civiles y la pérdida de la calidad de vida, puede que se estén acentuando y persistiendo en la psiquis de las y los ciudadanas/os, como algo natural.

¡Oh! Está muy alta, está muy corta, porque el tamaño si importa, dirán. Ahora, no es solo por lo que se lleva puesto, es también por como camina, es por como baila, es por como actúa. Entonces nuestra Bogotá, que quiere ser una ciudad cosmopolita, ¿es machista?, ¿Por un pedazo de tela brotan impulsos, que no respetan el cuerpo ajeno?, ¿Lo que usted se pone, lo hace culpable de una agresión?, ¿Por qué atentar contra la dignidad y la personalidad?.

Vale la pena mencionar que a pesar de la creación de la Secretaria de la Mujer,  no es tan visible EL CÓMO se resolverá a mediano plazo esta problemática.  Se entiende que son procesos, pero que aún no arrancan, o no son visibles en la sociedad bogotana, no se ven campañas que sean sistemáticas en contra del machismo. Tienen que ocurrir eventos extremos para que por un momento la preocupación y ofuscamiento en el público sea viral, pero que luego de unos días se enfría la indignación y todo sigue como si nada.

El reto está en fortalecer la convivencia ciudadana y la seguridad, tanto mujeres como hombres sufren violencia machista. Soportar la actitud de macho, que tienen incluso algunas mujeres, ocasiona riñas, violencia y dan como resultado algunos datos:

Fuente: http://javerianadigital.com/victimas-de-la-violencia-machista/

 Aplazada y en mora esta la educación y la sensibilización de una Bogotá más Humana, que para vencer el miedo y efectuar un cambio cultural trascendente, es necesario inspirar y fomentar en sus habitantes el decido apoyo y la participación ciudadana en las políticas públicas de equidad de género, seguridad y convivencia.


[1] www.dane.gov.co