Por: Diego Laserna – Twitter:  y Facebook: 

Solucionar el tema de la movilidad motorizada en Bogotá –al menos conceptualmente- no es difícil.

A grandes rasgos la situación es la siguiente: hay una gran mayoría de usuarios de transporte público que sufren un pésimo servicio y una minoría que usan el carro y la moto.

Cifras de la EPC de Bogotá Cómo Vamos 2016

La teoría y el sentido común dicen que en una ciudad densa y caótica, el transporte público debería continuar siendo la principal opción para movilizarse pero debería mejorar significativamente en calidad. Desafortunadamente eso cuesta plata, luego la pregunta clave es, ¿de dónde debe salir esa plata?

Y aquí se abren dos caminos: la dura realidad y la cháchara.

La dura realidad es que la plata tiene que venir de los bogotanos y que no podemos exigir que mejore la movilidad sin primero pagar por ello. Dado el perfil social de los usuarios y los impactos en congestión, contaminación y accidentalidad de los distintos medios de transporte, tiene sentido que los que más aporten sean los que manejan carros y motos. Y así, si no les alcanza para pagar el medio que usan hoy en día, se pueden pasar a usar un transporte público más digno y económico financiado por los que no se bajaron de su vehículo.

Unas medidas concretas para hacer eso son ponerle una sobretasa a los parqueaderos, cobrar el parqueo en vía, tener cobros por congestión, subirle la sobretasa a la gasolina o cobrar por tener una exención al pico y placa. Algunas de estas alternativas son mejores que otras pero comparten por igual su impopularidad y su motivación de generar recursos a cambio de reducir el uso de carros y motos.

Pero por supuesto ni los conductores de carro ni de moto quieren pagar por mejorar el transporte público y la movilidad en general. Y siempre hay un político (a veces disfrazado de experto) que se llena la boca de cháchara para justificar ese sentimiento en términos técnicos pero al mismo tiempo llorar cuando se le sube la tarifa al transporte público o hay un accidente por la pobre calidad del servicio.

Estos champions de la cháchara se dividen entre los que no sugieren ninguna forma de financiar la mejora en el transporte público y dicen “el presupuesto de Bogotá es muy grande, saque de ahí”, los que le echan la culpa de todo a Peñalosa y los que creen que se les puede es quitar plata a los operadores para no cobrarle más a nadie.

Cháchara. En Bogotá hay que “consentir” al transporte público sea TM, metro o bus y cobrarle a los usuarios de los otros medios motorizados es la principal forma sostenible de pagar (aunque no la única). Gobiernos de toda clase han pasado por el poder sin lograr renegociar nada sustancial con los operadores de TM y por supuesto sacar plata del presupuesto general que se puede estar yendo para educación, cultura y salud para subsidiar el transporte público es indeseable.

Así que cuando alguien le diga que ni usted ni ningún bogotano va a tener que pagar nada para que el transporte público mejore, cambie de canal. Ese charlatan lo está embaucando y por ganarse un poquito de popularidad va a seguir condenando a la tortura del transporte a millones de los bogotanos más humildes que son los únicos obligados a usarlo.

Foto de Portada crédito de Rodrigo Diaz/ ciudadpedestre.files.wordpress.com