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La semana pasada discutía en un  que para reducir la creciente ola de muertos y heridos derivados del aumento uso de la moto, el gobierno debería, entre otras cosas, empezar a quitarle las gabelas que hoy tiene.

Por ejemplo, las motos por  no pagan peajes, por ley las de menos de 125cc no pagan  y por una decisión no muy transparente tienen el SOAT subsidiado. Eso, además del pobre control sobre las escuelas que dan los pases a los motociclistas, su manejada sobre los andenes, la laxitud generalizada sobre el parqueo, etc.

Cada uno de estos puntos da para una discusión larga pero hoy me quiero concentrar en el punto del SOAT.

Este punto es clave porque al pagar unos SOATs considerados costosos, ni siquiera los propios motociclistas están conscientes de qué tanto les está ayudando el Estado.  Pero hagamos un ejercicio sencillo para ilustrar la situación. A continuación vemos una gráfica mostrando las muertes en accidentes de tránsito en Colombia durante 2016 según el tipo de vehículo.

Fuente: Forensis

Según estas cifras, es seis veces más probable que un conductor de moto muera en un accidente de tránsito que un conductor de un carro. ¿Quiere esto decir que el SOAT de las motos debería ser seis veces superior al de un carro?

Por supuesto que no. Por varias razones, la principal siendo que esta gráfica muestra el número de muertes de los conductores de un vehículo y el SOAT debe incluir el riesgo que implica no sólo para el conductor sino para terceros.

Desafortunadamente no es fácil conseguir las cifras de muertes de terceros (cicilistas, peatones,  parrilleros, etc) en accidentes con motos a nivel nacional, luego veamos las de Bogotá donde si están disponibles.

Fuente: Derecho de petición SDM

Según estas cifras, por cada motociclista muerto en Bogotá desde 2007 hubo un promedio de 0,79 terceros muertos. Es decir, no es que las motos sean sólo un peligro para los que las conducen sino que provocan una proporción importante de los que no.

De hecho las cifras de Fasecolda – el gremio de los aseguradores – son escandalosas.  Según ellos, el 88% de las víctimas atendidas por el SOAT son  resultado de un accidente que involucra una motocicleta.

Estas tres cifras: el número de motociclistas muertos, el número de terceros muertos en accidentes de motocicleta y la proporción de víctimas de motos atendidas por el SOAT deberían dejar muy claro que las motos son el vehículo más peligroso que hay en Colombia. Por lo tanto, si en realidad el precio del SOAT fuera un reflejo del riesgo que cada vehículo implica para la sociedad, el SOAT de las motos sería sustancialmente más caro que el de cualquier otro vehículo. Sin embargo, como muestra la siguiente tabla, no es así y una moto paga a grandes rasgos lo mismo que un carro.

Los motociclistas por supuesto creen que eso es un abuso y que la moto por ser más barata y chiquita debería pagar menos pero si se trata de pagar por riesgo, es evidente que los carros están pagando más de lo que deberían y los motociclistas menos.

De hecho, según Fasecolda, las motos pagan apenas una tercera parte de lo que les corresponde según su nivel de riesgo y los vehículos familiares 3.6 veces más.  Esto, supone un subsidio cruzado hacia las motos de casi 2.5 billones de pesos al año a través del SOAT.

Esta forma de cobrar el seguro obligatorio no es solamente injusta con los conductores de los otros vehículos, que no tienen porque estar subsidiando a los motociclistas, sino que baja artificialmente el precio de manejar moto, atrayendo a cada vez más gente a usar este peligroso vehículo. Y para colmo de males le pone una carga importante a nuestro ya deficiente sistema de salud.

¿Qué motivación tiene el gobierno para promover una política tan absurda?

Tal vez ya lo habrán adivinado pero el Gobierno estima que no le puede cobrar el SOAT de verdad a las motos porque el motociclista promedio es pobre, frecuentemente usa su moto para trabajar y cobrarle más lo jodería.

Comparto la preocupación del Gobierno por los más humildes pero me parece una decisión inmoral decirles que se ahorren una plática pero que se suban a un vehículo donde se van a matar cada vez más.

Por más que no nos haya ido siempre bien en el esfuerzo, la única solución sostenible y segura para la movilidad de nuestras ciudades es meterle plata y creatividad al transporte público. Medidas populacheras de justicia social aguas tibias como ésta de no cobrarle el seguro apropiadamente a los que usan moto sólo acaban siendo una tragedia para ellos y un desangre para el país.

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Diego Laserna estudió planeación urbana. Es activista del Combo2600, comentarista de Alerta Bogotá y un eterno estudiante de mandarín. Le encanta el brillo del la grama del Campín y detesta la sensación mantequilluda de la baranda de los buses. Lo pueden seguir en Facebook  y Twitter 

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