Al final del embarazo, podemos hacer un recuento sobre lo que más nos afectó o gustó de este estado. Esta es una pequeña guía para mujeres que comienzan o terminan su embarazo o para que sus amigos, parejas, familiares o, incluso, extraños puedan tener alguna idea de lo que les está pasando. Aunque cada embarazo es realmente un mundo, y las comparaciones son odiosas, estos son doce eventos inesperados que podrían suceder durante este momento:
- Sabrás lo que es hacer una carrera maratónica de la mesa de tu restaurante favorito al baño para una vomitada express (solo si este es uno de los síntomas de tu embarazo).
- Inesperadamente, puede que vayas caminando por la calle y te regalen el helado de tu marca favorita, el pan de chocolate por el que en los últimos meses has babeado, o te ganas inesperadamente una rifa al pagar en la caja de un restaurante. Nunca tuviste suerte, pero de repente también ganas fácilmente (puede que solo dure 9 meses).
- No sé por qué algunas personas en la calle pueden pensar que por tener una panza gigante la abundancia ha llegado a tu vida. Te convertiste en una especie de Buda y puede que hasta un desconocido se te arrodille en plena calle para tratar de besar tu barriga, mientras le grita a tu pareja: “mucho Dios” o “semental”. No sé a veces si mi respuesta debería ser: “querido o querida se me aumentaron los gastos, esto no hace que mis ingresos sean mayores».
- Continuando con las vivencias en la calle, es normal que algunas personas se queden mirando tu barriga de forma tierna, pero también están quienes la miran durante más del tiempo normal como si fuera un fenómeno. Esto a las embarazadas nos puede resultar incómodo. No tengo problema con quienes me conocen y tocan la panza, pero las miradas de los desconocidos pueden ser extrañas, sobre todo si son por un rato prolongado.
- Pensabas que dormías mucho, pero ahora entiendes el verdadero significado de dormir demasiado.
- Quisieras ahorcar a quien diga que tu panza está muy grande. Te quedas callada y te gustaría mostrarle lo que en verdad es una barriga enorme, pero al final solo sonríes. De igual forma, aprendes a manejar una especie de sonrisa mentirosa y la usas para otras opiniones como: “preferiría otro nombre para tu bebé”, “no sé porque los papás de ahora tienen que preparar tantas cosas”, “deberías hacer tal parto o tal otro”, todas son decisiones personales y nadie debería decirte qué es lo que debes hacer.
- Las visitas a la hora del nacimiento es uno de los temas que más te podría preocupar a la hora de finalizar el embarazo. Quieres tranquilidad y cuidar la salud de tu bebé, pero puede que algunas personas se tomen personal el hecho de que quieras esperar un tiempo prudencial para que conozcan a tu hijo. Estás pensando en el tono adecuado para decirlo y eso te podría quitar más tiempo del que desearías planeando cómo ser diplomática.
- En algún momento llegará a tu vida un nuevo personaje: una increíble almohada (conocida también como cojín de lactancia) que parece el mejor compañero. También en otro momento, tu pareja no podrá contener sus emociones y te dirá que se siente reemplazado por ese inmenso cojín, así que harás de lado a esta almohada y abrazarás de nuevo a ese ser de carne y hueso que tanto amas.
- En el curso psicoprofiláctico te dirán que tienes un problema de motricidad. Ya te lo esperabas, pero no te imaginabas que ese secreto que has tratado de ocultar tantos años se fuera a descubrir justo en este momento.
- Puedes convertirte en una diosa o en una idiota. Sí, así es. Hay personas que tienen visiones polarizadas sobre el embarazo. Algunos exagerarán, como si este fuera el momento cumbre de tu vida, otros te cuestionarán por el hecho de querer ser madre. Lo importante es lo que uno mismo crea, quiera y sienta. Sabes que estás viviendo algo natural: si tú respetas totalmente a quien decide no tener hijos (o a quien sí lo quiere, aunque en distinta forma, momento y hasta cantidad) y sabes que el “vive y deja vivir” es la mejor consigna, no tienen porque afectarte las opiniones ajenas.
- Habrá un momento, muy cercano al final, en el que te sentirás como si estuvieras a punto de lanzarte de bungee jumping o como si partieras a algún lugar recóndito de una galaxia lejana en un cohete. Estás comprimido en una cabina y el despegue hacia un gran cambio comienza en uno, dos, tres, cuatro, cinco…