El Foro Global sobre Resiliencia Comunitaria «Unidos por la Resiliencia», realizado la semana pasada (4 al 7 de noviembre) en la ciudad de Cali, tuvo un espacio para que 200 delagados de 70 sociedades nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja compartieran experiencias en materia de resiliencia, a través de importantes programas que se vienen desarrollando en diferentes departamentos del país. Acción Humanitaria en Movimiento comparte la experiencia de 4 visitas realizadas en el  valle del cauca.

LAS VÍCTIMAS DE CONTAMINACIÓN POR ARMAS ¡SIGUEN DE PIE!

“La resiliencia en los beneficiarios que conocimos hoy no es sólo un concepto, es una realidad”, Foro Global sobre Resiliencia Comunitaria.

Palmira, Cali. Noviembre 6 de 2014. Dignificación, empoderamiento, resiliencia, derechos de las víctimas, fueron algunas de las palabras clave durante la visita al municipio de Palmira, en el Valle del Cauca, donde más de 20 participantes del Foro Global sobre Resiliencia Comunitaria tuvieron la oportunidad de conversar con algunos beneficiarios del programa de Contaminación por Armas (CpA) liderado por la Cruz Roja Colombiana, en convenio con la Cruz Roja Española y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

“Durante los 9 meses que llevo rehabilitándome (amputación del miembro inferior izquierdo), la única Institución que nos ha brindado apoyo a mí y a mi familia, que me ha mostrado mis derechos y me ha acompañado en todo el tratamiento médico es la Cruz Roja Colombiana(..) estoy contento porque ahora practico deporte y planeo entrar a estudiar”, asegura Luís Ortíz*, participante del programa en el Valle del Cauca.

La Contaminación por Armas es el resultado de la presencia, uso y abandono de diferentes tipos de artefactos, en el marco de un conflicto armado o de situaciones de violencia; como minas antipersonal, restos explosivos de guerra y artefactos explosivos improvisados, que afectan a miles de personas cada año en el mundo.

A través de metodologías asociadas al juego, voluntarios y empleados de la institución desarrollan talleres con la comunidad que buscan la difusión de la normativa internacional y nacional, educación en el riesgo, primeros auxilios psicológicos y comunitarios, análisis de vulnerabilidades y capacidades y comportamientos seguros. Estas capacitaciones permiten a las comunidades identificar áreas de riesgo y señales o indicios de Contaminación por Armas. “Si me llego a convertir en voluntaria de la Cruz Roja, lo que me gustaría hacer es contarles a las víctimas todos los derechos que tienen”, asegura Yohanna*, otra de las beneficiarias presentes durante la jornada.

*Nombre cambiado para proteger la identidad del entrevistado

Por Lina Paola Díaz

UN PUEBLO DE PAZ EN MEDIO DEL CONFLICTO

En el marco del Foro Global sobre Resiliencia Comunitaria, delegados de 40 países del mundo visitaron dos proyectos productivos en Santander de Quilichao, auspiciados por la Cruz Roja Colombiana, que han beneficiado a más de 600 familias, víctimas del conflicto armado interno y otras situaciones de violencia en el Valle del Cauca.

Santander de Quilichao, Cauca. Noviembre 6 de 2014. Santander de Quilichao es un cálido municipio ubicado en el departamento del Cauca, que no sólo brilla por el sol del mediodía, también por la alegría de su gente que lucha día a día, por encontrar los medios económicos suficientes para dignificar su vida y la de sus familias en medio de la violencia. Una de las mejores vías para lograrlo ha sido a través del desarrollo de proyectos productivos, los más emblemáticos en este caso son los “Trapiches Rurales del Cauca” y “Artesanos”.

El primero se trata de un cultivo de caña de azúcar que desde el año 2011 se produce en las montañas, pues a raíz del fenómeno del niño de ese año, muchos cultivos quedaron arruinados y sin posibilidad de garantizar la producción de este insumo vital para producir “Panela”, un producto famoso en la región y que se exporta a varios municipios del Cauca para su comercialización.

“La panela no es solo un producto para endulzar, sino un alimento que provee vitaminas y energía al cuerpo durante el día”, afirma José administrador del trapiche más cercano a Santander de Quilichao. En total son 50 trapiches que garantizan el sustento diario de cerca de 300 familias de toda la región, y ahora ocupan un espacio importante en la Federación de Paneleros del Cauca.

La Cruz Roja Colombiana a través de su Unidad Municipal en Santander de Quilichao, realiza brigadas de salud a los diferentes trapiches, llevando atención en salud básica; medicina general, odontología, optometría, nutrición, entre otros, para los trabajadores y sus familias, además los capacita con el fin de que ellos mejoren las técnicas artesanales aplicadas a las normas de salubridad que les exigen para comercializar el producto en otros departamentos del país.

Otro de los programas productivos que adelanta la Cruz Roja Colombiana en la región y que beneficia a cerca de 300 familias, son las artesanías que se exponen en el parque principal del pueblo, realizan trabajo tallado con vidrio, carteras, bisutería, accesorios con caña y otros insumos que les provee la región. En su mayoría se trata de familias desplazadas por el conflicto armado de departamentos cercanos, que llegan a este municipio en busca de nuevas oportunidades y calidad de vida.

“Soy desplazada del departamento del Caquetá, llegué con mi familia hace un par de meses y de inmediato me vinculé con la Cruz Roja Colombiana, con quienes he aprendido el quehacer de las artesanías que vendo también en Cali, y me sirve para llevar un plato de comida cada día a mi familia”. Destaca María en la plaza principal de Santander de Quilichao al recibir a la delegación extranjera.

Por Sandra Ramírez

LA MUERTE NO PUEDE SER COTIDIANA

Representantes de más de 70 Sociedad Nacionales de la Cruz Roja y Media Luna Roja visitaron la comunidad de Potrero Grande.

Al oriente de la ciudad de Santiago de Cali, queda Potrero grande, un lugar lleno de esperanza, donde cientos de madres comunitarias y jóvenes creen que la vida es posible. Es el mismo sector de los 35 mil habitantes que día a día registran los medios de comunicación cuando ocurre un asesinato o un enfrentamiento entre pandillas juveniles, para citar dos titulares de prensa que llegan a la mente. El  barrio está divido en 12 sectores y no se sabe de cuántas fronteras invisibles, que determinan quien pasa y quien no de un lugar a otro. Arriesgarse a atravesarlo es arriesgar la vida.

Allí está el Colegio Potrero Grande, donde algunos de los 1,400 estudiantes, compartieron sus logros con los participantes del Foro Global de Resiliencia Comunitaria, que se celebra en Cali, Colombia. Sorprendió a los visitantes la sinenergia entre comunidad y voluntariado, el capital social que se está sembrando, también cómo funciona la iniciativa entre el sector público y privado, así como el compromiso del Estado para hacer posible, lo imposible, aún con la claridad que todavía falta mucho por recorrer.

Los mediadores de paz son 30, ueron los guías junto con los brigadistas, en el recorrido por el plantel educativo. Contaron como aprendieron a mediar en los conflictos escolares, desde hace seis años, cuando la profesora Martha empezó a sembrar paz en el corazón de sus alumnos. La “profe” lo único que ha querido es que la muerte no se vuelva cotidiana, que se respete la vida, dentro del aula y por extensión en sus alrededores.

El gran reto es reducir el estigma y la discriminación, bastaría vivir la experiencia que vivieron los asistentes al Foro Global de Resiliencia comunitaria para comprender que es más la gente buena que como dice la profesora, están luchando para que la muerte no sea cotidiana y eso deben entenderlo los habitantes de la ciudad para que le abran las puertas a sus vecinos, tan cercanos y tan lejanos, ya ellos han demostrado ser una comunidad resiliente, así lo ha entendido el mundo humanitario de la Cruz Roja y Media Luna resultado de esta inolvidable visita.

 Por Carlos Alban

CORINTO, TIERRA PUJANTE EN BUSCA DE PAZ

Corinto es un municipio colombiano, ubicado al norte del departamento del Cauca, con 30.000 habitantes. A dos horas aproximadamente de la ciudad de Cali, la segunda del país. Su economía está basada en la ganadería y la agricultura, ha sufrido los embates del conflicto armado, el narcotráfico, la inseguridad y la falta de oportunidades, a pesar de ello su gente quiere la paz, para ello realiza un trabajo interinstitucional, que ha tenido el apoyo constante de la Cruz Roja, esto ha permitido que la comunidad tenga herramientas para saber actuar en momentos difíciles y reponerse a los hechos de violencia y construir una mejor sociedad.

Allí estaba Esteria Bul, madre cabeza de familia de la vereda Las Guacas quien junto a su comunidad ha enfrentado momentos en los que han quedado en medio del fuego cruzado. Su casa aun, tiene los recuerdos aterradores de instantes en que pensó que no viviría más, suerte con la que no han contado muchos de sus familiares y de sus vecinos, quienes han muerto en medio de una guerra que quieren que acabe. “Nosotros hemos aprendido a que tenemos que caminar siempre por los mismos caminos, evitar coger elementos que hayan quedado de los enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército y esto ha sido gracias a las capacitaciones que los voluntarios de la Cruz Roja de Corinto… nos han dado y hemos evitado que muchos de nuestros niños y nosotros mismos caigamos en las minas”, sostiene Esteria.

El trabajo que adelanta la Cruz Roja Colombiana Seccional Cauca Unidad Municipal Corinto se ha enfocado en realizar alianzas institucionales como la que tiene con la Fundación Talentos. “A través de esta fundación se le brinda a los niños, niñas y jóvenes una opción diferente de ocupar su tiempo libre, a través de acciones culturales como la danza y canto, la convivencia, el apoyo sicosocial, entre otras, llegando a beneficiar a más de 4.000 menores” puntualiza Aldeur Guevara, director de Doctrina y Protección de la Cruz Roja de Corinto.

En el colegio Nucleó Técnico Agropecuario los estudiantes combinan sus clases con actividades agrícolas como son la siembra de hortalizas y vegetales, manejo de recursos y reciclaje, crianza de gallinas, bovinos y producción de huevos, aprenden también de repostería y con el trabajo desarrollado y lo que les genera esta producción sostienen un comedor comunitario dentro del colegio y al mismo tiempo generan recursos para darle sostenibilidad y continuidad a las actividades.

Para Pablo Adolfo Gonzalias, rector del colegio “es muy importante que los delegados de la Cruz Roja y la Media Luna Roja conozcan nuestro trabajo pedagógico, que buscan mejorar las condiciones de vida de los estudiantes y sus familias y junto con la Cruz Roja de Corinto se capacita a los docentes, estudiantes y padres de familia en manejo y preparación para desastres, comportamientos seguros y en la conformación de la brigada”.

Por Carlos Bernal