Tres mineros fueron rescatados en el municipio de Quinchía, luego de que un alud de lodo y piedra los dejara sepultados por seis horas. El rescate se dio gracias al oportuno trabajo del comité de emergencias de la comunidad que rápidamente convocó a los organismos de socorro, y mientras llegaban al lugar, cinco de sus miembros dieron la primera respuesta que ayudó a salvar sus vidas.
@Cruzrojacol
El lunes 10 de noviembre, como de costumbre, Elmer Vargas* tomó su desayuno a las 6:30 a.m., mientras conversaba con su esposa, quien empacaba su almuerzo y guardaba en una bolsa algunas de sus herramientas de trabajo. Salió de su casa con el beso de sus tres hijos y la bendición que día a día acostumbra a darle su esposa, pues ella, más que nadie, conoce los peligros de este trabajo que ha cobrado la vida de amigos y familiares.
Tras una hora de camino, Elmer junto con otros mineros inician su turno de 8 horas en la Mina El Alacrán. Sobre las 8:30 a.m. Elmer con dos de los mineros inician su descenso por uno de los socavones y no se percatan de que las tablas en madera que los sostienen están en mal estado, en cuestión de minutos se vieron llenos de lodo y con una gran piedra que tapó la entrada. Rápidamente uno de sus compañeros que se encontraba fuera del socavón corrió a la vereda Sausagua para pedir la presencia del comité de emergencia de la comunidad.
Luego de 6 horas los tres mineros lograron salir con vida, sin lesiones graves, pero con grandes lesiones sicológicas. “Ellos están bien, no se rompieron ni un hueso, creo que los problemas son más sicológicos, ya que los tres me cuentan que sienten miedo a los sonidos, a la oscuridad y sobre todo al encierro”, destaca Consuelo.
La Cruz Roja Colombiana Seccional Risaralda durante la emergencia movilizó a más de 10 voluntarios, quienes de manera inmediata llegaron para apoyar a los demás organismos de socorro. Los voluntarios realizaron atención en salud y apoyo psicosocial a los tres mineros después de ser rescatados y a sus familias durante las seis horas de espera.
“Reducir la vulnerabilidad es un proceso que debe centrarse en las personas, quienes lo hacen suyo, lo lideran y lo llevan a cabo para lograr un cambio duradero en sus comunidades”. Afirma Cesar Augusto Urueña Pulido, Director Socorro Nacional, Cruz Roja Colombiana.
La comunidad primer respondiente a la emergencia
La comunidad de Sausagua, hace parte del municipio de Quinchia departamento de Risaralda sobre la cordillera occidental de los andes, tiene una historia marcada por la época de la violencia en el país, pero con una riqueza natural única. En el año 2013, la Cruz Roja Colombiana en coordinación con el Consejo Departamental de Gestión del Riego realizó la priorización de comunidades que podían ser factibles de intervención, a través de la Financiación de la Cruz Roja Americana y la agencia internacional de cooperación, OFDA.
Trabajo que se vio reflejado en el rescate de los tres mineros con vida de la Mina El Alacrán. Es un excelente ejemplo de compromiso por parte de las comunidades que comprenden la magnitud de las amenazas, y están dispuestas a actuar en cualquier momento y conducir de manera satisfactoria una emergencia, es una muestra más de lo que significa Resiliencia.
Al respecto, se hace necesario traer a colación, las conclusiones del Foro Global de Resiliencia, realizado en Cali. Allí se destacó: “Frente a los retos que impone el cambio climático, la urbanización no planificada, la violencia y los desastres recurrentes, nuestro camino a seguir requiere la colaboración y la asociación de todos los actores de la sociedad civil, las autoridades públicas, el sector privado, los medios de comunicación, las escuelas, las universidades y todos aquellos que quieran contribuir al cambio de mentalidad en las comunidades que más requieren de fortalecer su resiliencia”.
*Nombre cambiado por solicitud del entrevistado.