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@Cruzrojacol
Para el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja la Contaminación por Armas (CpA) es el resultado del uso y abandono de diferentes tipos de artefactos explosivos, como minas antipersonal, restos explosivos de guerra y artefactos explosivos improvisados, que han afectado a más de 11.000 colombianos desde 1999.
Acción Humanitaria en Movimiento habló con Miquel Pujol, un joven español que llegó a Colombia hace 4 años conmovido por la crisis humanitaria de las víctimas del conflicto armado interno, con el fin de coordinar el proyecto de Contaminación por Armas en los departamentos de Bolívar, Antioquia, Córdoba, Chocó, Cauca y Valle del Cauca.
Hace 18 años la Cruz Roja Colombiana ejecuta el programa de CpA, que busca reducir el impacto humanitario de las víctimas y sus familias en 18 de los departamentos más afectados por esta problemática. Desde el 2011 la Cruz Roja Española y Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), iniciaron la intervención en 6 de los departamentos más afectados: Bolívar, Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Antioquia y Córdoba.
¿Cuándo finalizan las actividades de la Cruz Roja Española y AECID en Colombia?
El proyecto finaliza formalmente el 30 de junio de 2015, después de 4 años de intervención trabajando en la problemática de CpA, nos retiramos de los 6 departamentos, lo que no quiere decir que el programa se acabe, ya que la Cruz Roja Colombiana y CICR continúan implementando su estrategia en las zonas afectadas.
¿Qué acciones desarrolló la Cruz Roja Española y AECID en estos 6 departamentos?
Se llevaron a cabo varias estrategias, entre ellas todo lo relacionado con la atención integral a víctimas, como el apoyo en los tratamientos médicos, acceso a la ruta de atención que ofrece el estado colombiano, el acompañamiento en todo el proceso, y apoyo psicosocial, no solo de las personas directamente afectadas, sino de su núcleo familiar.
Trabajamos en la prevención para evitar accidentes por estos artefactos explosivos. Estamos cerrando el ciclo con los facilitadores comunitarios, quienes han recibido una capacitación complementaria y están sensibilizados para replicar la información de prevención sobre los riesgos de la CpA a sus vecinos, familia, amigos, comunidad, entre otros.
En este momento cerramos con unos Encuentros Departamentales de Víctimas en las 6 regiones intervenidas y unos Foros Regionales con medios de comunicación, con el fin de sensibilizar a la población y visibilizar esta problemática, que hasta antes del anuncio de hace 3 semanas de las FARC y el Gobierno, casi nadie hablaba sobre este tema. Además, a través de nuestra campaña de comunicación “Seguimos de Pie”, buscamos difundir los obstáculos de los sobrevivientes para acceder a sus derechos.
Son dos días dedicados a las víctimas, el primer día otras organizaciones y entidades de gobierno presentan su oferta institucional para la asistencia integral a víctimas de CpA. De esta manera, las personas afectadas están informadas sobre qué organizaciones pueden ayudar en sus procesos y en el reconocimiento de sus derechos como víctimas del conflicto armado interno de acuerdo con la legislación.
El segundo día se realizan actividades de apoyo psicosocial y lúdicas, además es la oportunidad para que las personas afectadas se conozcan entre ellas y puedan crear una red de apoyo psicosocial que les permita mejorar sus condiciones de vida.
En definitiva, buscamos empoderar a las víctimas, aumentar su fortaleza organizativa y el conocimiento de sus derechos para impulsar cambios positivos.
¿Cuál es el trabajo de la Cruz Roja Colombiana para lograr el reconocimiento de los derechos de las víctimas de CpA?
Con relación a esto hemos identificado varios obstáculos vacíos e impedimentos de la Ley 1448 para el acceso a los derechos de las personas víctimas de CpA. Por ejemplo, hay medicamentos que no están incluidos en el POS y que son fundamentales para la rehabilitación psicológica de las víctimas de artefactos explosivos. Es el caso de las prótesis oculares o de extremidades superiores, que no están incluidas en el POS por considerarse operaciones estéticas, y esto no es así, para las víctimas es una cuestión de salud mental, no de estética.
Por otro lado, es de tener en cuenta que debido a la condición de discapacidad de las personas afectadas por CpA, la Unidad de Víctimas ha emitido un decreto especial para que estas tengan prioridad en el acceso a la indemnización administrativa que establece la Ley 1448. Sin embargo la realidad es opuesta ya que de las más de 550 que hemos identificado en el proyecto, aproximadamente un 5% han recibido la indemnización económica por parte del Estado.
¿Cuántas víctimas de Contaminación por Armas se han beneficiado con el Proyecto?
Se han atendido a más de 550 víctimas directas y 4.000 indirectas. Esto es importante porque hay que salir de la visión de que la víctima es solo la persona que pisa la mina o el artefacto explosivo, las víctimas también son las familias, comunidades y el propio país. La problemática de CpA nos afecta a todos, tenemos 31 de los 32 departamentos con sospecha de contaminación por armas y hay 470 municipios con presencia de CpA. Vivir en un país minado nos recordará la zozobra de un viejo conflicto y difcultará la reconcialiación.
¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con este proyecto y tú impacto personal frente a la problemática de Contaminación por Armas?
Empecé a trabajar en este proyecto hace más de 2 años y medio, y fue solo con las visitas a campo que empecé a conocer la dura realidad de esta problemática, y es que de este conflicto armado lo que más refleja su severidad es la CpA, las heridas son espantosas, las familias quedan en condiciones muy vulnerables.
Lo más impactante es que son personas civiles que no tienen nada que ver con el conflicto armado, que estaban trabajando en su finca y que de un momento a otro su vida cambia, sin tener un conocimiento previo, una preparación, o una idea de que puedan suceder este tipo de accidentes.
La historia de valentía y lucha constante de Don Adriano y su esposa. Él pisó una mina antipersonal y tuvo afectaciones visuales, auditivas y físicas muy graves. Cuando lo vi por primera vez en el hogar de paso que está cerca del hospital de Medellín, estaba postrado en una cama, totalmente encogido por que salía de una cirugía en la que le habían extraído esquirlas, dos años después de sufrir su accidente
Minutos después tuve la oportunidad de conocer a su incondicional esposa que ha estado firme durante dos años apoyándolo con amor y mucha dedicación. Con historias similares estoy convencido de que las víctimas de CpA pueden sanar sus heridas con amor, ya sea dándolo o recibiéndolo.
Tiempo después me volví a ver con Don Adriano en uno de los encuentros de víctimas, y aunque no conocía mi rostro, se acordó de mí perfectamente por mi acento español. Hablamos un rato y me contó emocionado que el médico confirmó que el nervio de su ojo derecho se había activado nuevamente dándole la posibilidad de volver a ver.