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Javier Manteiga Castro, Jefe de Delegación de la Cruz Roja Española en Colombia, Julián Camilo Pérez, Coordinador Nacional de Proyectos, Clara Inés Álvarez Poveda, Coordinadora Nacional Proyecto apoyado por el Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO) y Sandra Ramírez Ortiz, Comunicadora Externa, todos miembros de la Cruz Roja Colombiana, visitaron el corregimiento de San Francisco Adentro, municipio de López de Micay, en el departamento Valle del Cauca, para conocer el proyecto de Unidades Móviles de Salud. Esta fue su experiencia.
Por Sandra Ramírez Ortiz
Un trayecto inolvidable
Después de hora y media de trayecto en mar abierto por el Pacifico, el cielo se oscureció para anunciar un torrencial aguacero que se prolongó por más de una hora. A pesar de las condiciones climáticas y el fuerte oleaje decidimos continuar hasta que la visibilidad disminuyó por completo y fue imposible seguir el recorrido. Paramos en un lugar de pesca y ahí nos albergamos hasta que el cielo se despejó, bajó la marea y fue más fácil navegar.
Horas después de contemplar la Cordillera Occidental entre el Río Naya, finalmente llegamos al primer punto de nuestro largo viaje, el municipio de Puerto Merizalde, una población humilde pero con gran calor humano, quienes nos recibieron con un almuerzo con ese sabor costero que los caracteriza. Después nos dirigimos al municipio de Dos Quebradas, a dos horas de trayecto, allí tuvimos que cambiar de lancha por una más pequeña, ya que uno de los efectos de la temporada seca ha sido el bajo nivel de los ríos. Para llegar al corregimiento de San Francisco Adentro navegamos por dos horas más, donde nos esperaban los líderes comunitarios para darnos la bienvenida.
Bienvenidos a San Francisco Adentro
Estas travesías las debían hacer para traer sal, semillas de maíz y ñame que transportaban las mujeres entre sus trenzas de cabello. Las familias comenzaron a sembrar plátano, ñame, maíz y papa china, esta última es un tubérculo que llegó décadas después y es hoy el principal alimento de la comunidad.
Con el tiempo aparecieron las parteras, esas conocedoras de la naturaleza que ayudaban a dar vida a la región, además de los famosos “curanderos”, porque en medio de la selva se encontraban con temibles serpientes, alacranes y arañas venenosas que cuando picaban requerían de un experto en plantas para sanar esas heridas.
Más de cinco generaciones han albergado esta increíble región nutrida de selva, montañas y un gran río que les permite sobrevivir. Con los años, esta tierra ha tenido que soportar la inclemente violencia, el abandono estatal y grandes necesidades que no les garantiza su progreso y desarrollo.
Espera una nueva entrega de está visita el próximo martes 23 de febrero.