Con la derrota de los últimos bastiones de ISIS en la provincia de Deir Eezor en el oriente sirio, y el control asegurado por parte del régimen al enclave insignia de las fuerzas armadas de oposición en Ghouta Oriental, la estrategia del ejército de Bashar Al-Assad y sus aliados se reorientó a la norteña provincia de Idlib.

 

Fuente: Institute for the Study of War.

 

La gobernación de Idlib está situada en la parte noroeste del país, y antes del inicio del conflicto sirio en 2011 se estimó que tenía una población de 1.500.000 personas. Actualmente  controlada por rebeldes moderados y extremistas de oposición al régimen sirio, la provincia de Idlib cuenta con una fuerte presencia de la alianza de grupos yihadistas-Salafistas conocida Tahrir Al-Sham o por sus siglas HTS. Anteriormente conocida como Frente Nusra, la organización optó por rebautizarse con la urgente necesidad de desviar el foco de atención que pesaba sobre la misma debido a la reputación del brazo de Al Qaeda en Siria a la que se habían hecho acreedores.

Es bajo el argumento de combatir este tipo de organizaciones terroristas que la fuerza área rusa, principal aliado del gobierno sirio,  comenzó su campaña de bombardeos en la provincia. Con la presencia de efectivos militares en tierra limitada al patrullaje de las zonas declaradas en cese al fuego, el despliegue de las fuerzas armadas rusas se ha encargado de demostrar que están listos para cualquier escenario. Sin embargo, desde entonces las acusaciones por parte de la oposición siria no han cesado, señalando que la intervención rusa está utilizando el argumento antiterrorista  para atacar las posiciones rebeldes moderadas en la provincia, además de crear una crisis humanitaria con los ataques indiscriminados a diferentes edificaciones civiles. Estas denuncias fueron respaldadas por Human Rights Watch, quienes en un informe reportaron como desde mediados del 19 de septiembre y hasta finales del mismo mes de 2017, se produjeron 102 ataques.

 

Los Acuerdos de Astaná.

La visión rusa del conflicto civil sirio ha impulsado a su gobierno a tomar acciones no solo militares en este territorio, sino también políticas. Paralelo a las negociaciones de Ginebra el Kremlin diseño otras plataformas de discusión para alcanzar un acuerdo político a la guerra en Siria. Astaná, ciudad capital de Kazajistán, fue la sede escogida por los gobiernos de Turquía, Irán y Rusia para llevar acabo las reuniones que a mediados de septiembre tendrían como fruto la declaración de 4 zonas de “des-escalación del conflicto sirio” entre ellas la provincia de Idlib, dentro de los términos del acuerdo se contempló que el ejército turco construiría 12 puestos de observación dentro de la provincia que permitirían la verificación del cese al fuego que entró en vigencia para todas las partes, a la fecha 3 puestos de esta índole han sido construidos, a pesar de las fuertes críticas por parte de la administración de Bashar Al-Assad, quienes consideran que la injerencia de fuerzas armadas extranjeras como la turcas que no cuentan con el permiso del gobierno para operar en su territorio, representan una clara violación a su soberanía, prometiendo una contundente respuesta cuando las condiciones internas estén dadas para atender este tipo de agresiones.

El rechazo del gobierno sirio a la participación turca en su territorio se debe al apoyo militar y logístico que la administración de Turquía ha brindado a las fuerzas rebeldes de oposición, además de las constantes declaraciones que exigen la remoción de Bashar Al-Assad como presidente sirio y la intervención militar que dicha nación adelantó en 2016 y llevó por nombre “Euphrates Shield”.

 

La batalla de Hama.

Con el Estado Islámico acorralado, principalmente en la región fronteriza entre Siria e Irak, el ejército sirio y sus aliados (milicias Chiitas, Hezbollah, y principalmente consejeros de guerra y suplementos de armamento iraní) reorientaron sus objetivos hacia la central provincia de Hama, donde la actividad de las organizaciones rebeldes y HTS se encuentra diseminada por gran parte del territorio.

La presencia del gobierno sirio, después de violentas batallas con estas organizaciones, se ha impuesto en la mayoría de la provincia de Hama, a excepción del norte de este territorio donde en la actualidad es el único escenario donde ISIS no solo mantiene su presencia sino que ha empezado a arrebatarle algunas aldeas a HTS. Permitiendo rodear completamente la gobernación de Idlib desde sus tres fronteras internas colindantes (Latakia, Aleppo y Hama).

 

Idlib.

Tal y como lo ha venido reportando la agencia Al Masdar Media, compañías como las fuerzas especializadas del ejército sirio “Tiger forces”, las milicias del batallón ba’ath, la onceava división de tanques del ejército sirio y con el apoyo de otras milicias Chiitas, entre ellas la más destacada, la milicia libanesa Hezbollah, han conseguido con éxito tomar al estratégico aeropuerto militar de Abu Dhuhour, en el campo oriental de la Gobernación de Idlib, prometiendo ser esta la entrada a la provincia que se encuentra por fuera del control del régimen desde hace varios años.