Isaac Esteban Bent James, joven columnista de The Archipielago Press, argumenta que la sobrepoblación está en la raíz de la problemática social de las islas.
Es urgente enfrentar la sobrepoblación en San Andrés
Lamentablemente, las fuentes de empleo son insuficientes ante el crecimiento de la población y la demanda laboral.
Si todos sabemos que el motor de nuestra economía es la venta del servicio turístico, no sólo se debe seguir explotándolo, sino mejorar el servicio que se está prestando y buscar la inversión extranjera, que tanto nos hace falta para la generación de empleos. Necesitamos urgente que se construya un muelle turístico para que haya más desarrollo y disminuir la alta tasa de desempleo que afronta la mayoría de ciudadanos y ciudadanas.
Si realmente queremos disminuir el alto índice de desempleo y mejorar las condiciones de vidas de los ciudadanos se debe:
1) Tener una política clara, contundente y consecuente para disminuir la alta inmigración hacia nuestro departamento.
2) Establecer unas políticas claras en materia de natalidad, porque muchas jóvenes están quedando embarazadas a temprana edad.
3) Que lleguen más inversionistas a invertir en las islas.
La actitud que debemos tener todos, tanto gobierno, gremios y ciudadanos debe partir de la importancia de ser competitivos frente a los demás sitios turísticos, no del país, sino a los del resto del mundo.
La filosofía Kaisen implementada por los japoneses es que la competencia no está en el país (Japón), sino fuera del país. ¿Usted se imagina si no estuviera la alternativa del moto taxismo en San Andrés?
Sobrepoblación: el Gobierno Nacional y mucho menos el local, han tenido una política seria y coherente respecto al problema generador de los demás que afrentamos hoy- Cada vez es más evidente que la sobrepoblación está y sigue dejando múltiples problemas sociales.
No podemos seguir con esta situación, que las autoridades y nosotros como ciudadanos sigamos alcahueteando o apoyando a personas a que se queden de manera ilegal, hasta ayudarles a que obtengan la Occre.
San Andrés actualmente puede llegar a tener aproximadamente cien mil habitantes, aunque las cifras del DANE no superan las que yo calculo. No es una exageración, sino una realidad que muchos no quieren reconocer y de esa forma es que se ha ido incrementando la densidad poblacional.
Cuando se discute la necesidad de sacar a personas que están de manera ilegal en la isla, se empieza a decir que: «los isleños no quieren a los continentales, nos quieren sacar, ellos no gustan de nosotros», y una cantidad de mentiras para distraer a la opinión pública de la gravedad del asunto.
Tanto raizales, como continentales que tienen años en la isla, se están viendo afectados todos por igual. Es por tales motivos que nunca avanzamos, porque nunca se llega a consensos en donde se unifique criterios con el fin a encontrar soluciones de fondo.
Los esfuerzos que hace la Occre para trasladar a sus lugares de origen a las personas que se encuentran de forma irregular en la mayoría de los casos han sido en fútiles, porque las personas se regresan nuevamente.
La entidad cuenta con el respaldo de la Sentencia C-530 de 1993 de la Corte Constitucional, que ha reiterado en las múltiples demandas que ha tenido el Decreto-ley 2762, de 13 de diciembre de 1991, la importancia de la norma y su viabilidad como norma reguladora en materia poblacional.
Aculturación: sin duda, la cultura de los isleños ha sufrido grandes cambios negativos en casi todos los aspectos. La identidad, y me da tristeza decirlo, se empieza a perder cada día mas. La vestimenta, la música, la gastronomía y la dialéctica entre otras más, evidencian su deterioro al paso de los años.
Ya la mayoría de los nativos no quieren seguir las tradiciones de sus ancestros y su dialéctica es menos hablada dentro de las diferentes conversaciones.
Las costumbres no se han venido practicando de forma permanente y, además, la mayoría de los hombres como mujeres, prefieren comprometerse sentimentalmente con personas diferentes a su misma raza.
Y no es discriminación, sino todo lo contrario, porque si estamos hablando de conservar la etnia y empezamos a masificarnos en uniones con personas que no son de nuestra raza, se empieza a desaparecer la identidad cultural de un pueblo y más para la comunidad raizal que ha demostrado susceptibilidad a los cambios socioculturales.
Un ejemplo claro de la pérdida progresiva de la identidad cultural en San Andrés: las festividades de noviembre, donde se puede notar la poca participación de los nativos, pero en cambio cuando hay otras festividades que no son autóctonas de ellos, sí participan activamente.
Por otra parte, los domingos eran bastante respetado; hoy en día no se les da la misma importancia que hace pocos años.
Delincuencia y robos: si hay delincuencia, hay robos. La delincuencia en la isla se ha incrementado, en primer lugar por la alta densidad poblacional que tenemos y, en segundo lugar, por la falta de empleo, y porque además se ha implementado la cultura de intolerancia.
Aproximadamente San Andrés gradúa a más de mil bachilleres al año y más de la mitad no se van a estudiar al interior por no tener recursos. La pregunta es: ¿cuántos empleos se generan al año en San Andrés?
Debemos de ser realistas y conscientes de que hay personas que roban por necesidad y otros por vicio o por no querer trabajar. Mientras siga la sobrepoblación creciendo y poca fuente de empleos, la situación seguirá empeorándose.
Porque siempre que haya demasiada gente desempleada los robos se seguirán incrementando, porque un pueblo con hambre es bastante peligroso.
Porque la delincuencia genera inseguridad y esto es consecuencia de unas necesidades insatisfechas dentro de la sociedad. Por tales motivos, es muy importante controlar tanto la alta natalidad como la inmigración en el departamento.
El cambio a estas situaciones no está en las manos de los gobernantes, sino en las manos del pueblo que elige a sus gobernantes: ¡ya es hora de cambiar nuestro destino!
Cortesía de The Archipielago Press: http://www.thearchipielagopress.com.co/index.php