Isaac Bent, joven columnista de The Archipielago Press, argumenta que Gordon no estuvo a la altura de las expectativas y no debe ser reelegido. [El congresista podrá responder en una entrevista posterior]
Por Isaac Esteban Bent James. Especial para ‘Afro, VoteBien’*
Los habitantes de San Andrés, Providencia y Santa Catalina están ya cansados de elegir y de reelegir a Representantes a la Cámara que no pelean por intereses colectivos, sino particulares y familiares.
Esta situación se debe a que no llenan las expectativas del pueblo que deposita su confianza en las urnas buscando los grandes cambios que las islas necesitan. Desde la Cámara de Representantes son muchas las gestiones que se pueden realizar, incluyendo leyes, para reactivar la economía y el desarrollo de nuestra región.
Las islas han tenido durante muchos años el apoyo del Gobierno Nacional, pero la ingobernabilidad y la corrupción que ha sufrido el departamento por la carencia de buenos gobernadores, diputados y buenos Representantes a la Cámara, han incrementado la pobreza, sobrepoblación, delincuencia, y la natalidad.
En el 2006, nació una inmensa esperanza para los habitantes, tanto raizales como continentales, del archipiélago: Alberto Gordon May fue candidato a la Cámara por el Partido Liberal. Gordon, un pastor bautista, con gran oratoria y mucha credibilidad entre los raizales, decide una vez más ser candidato, prometiendo cambios significativos y renovación en la política regional. Despertaba confianza, pero sobre todo esperanza.
El día del cierre de la campaña, ante 600 personas, Gordon May hizo uno de los discursos más emocionantes en la historia política de la región. Prometió hacer leyes benéficas para la comunidad raizal, abandonada por sus dirigentes políticos. Como observador, noté que el candidato Alberto Gordon tenía dominio de la palabra y discurso lógico para enfrentarse a los «leones o tigres» del Congreso. Su slogan «Juntos en la victoria» se hizo realidad.
La comunidad raizal lo veía como su principal enlace con el Gobierno Nacional, para que éste fijara unas políticas claras y factibles para ayudar a la comunidad isleña en lo social. Han transcurrido tres años largos y la expectativa dio un giro bastante negativo. ¿Por qué? Algunas de las promesas fundamentales con las que Alberto Gordon logró que los raizales votaran por él, no se han cumplido.
Muchos a los que consulté manifestaron: «Alberto nos decepcionó». «No hemos presenciado por canal institucional un debate del Representante en el que pelee por los intereses del raizal». Otros afirman: «Desde que llegó al Congreso polarizó los vidrios de su carro, y mucho menos saluda a su pueblo.»
En su defensa, los cercanos al Representante argumentan que a él, por estar en la oposición, se le ha dificultado sacar proyectos de ley para beneficio de las islas.
En este momento, el Representante corre el riesgo de perder su curul. Además de la poca credibilidad en la comunidad isleña, en la bancada liberal de la Asamblea Departamental se han escuchado voces cercanas a los diputados diciendo: «no apoyaremos una reelección de Gordon, por su pésimo desempeño en el legislativo».
Alberto es el presidente del directorio liberal en la isla de San Andrés, lo que le da ventajas para pelear su reelección a la Cámara y alinear a sus co-partidarios contradictores políticos, pero no será nada fácil.
Según una extendida percepción, para la mayoría de los raizales y continentales, el Representante Alberto no debe ser reelegido, porque los hechos hablan por sí solos. Hay otro grupo, minoritario, que quiere darle una oportunidad más en el legislativo.
La gente se pregunta: si durante este periodo el Representante no ha podido sacar adelante proyectos de ley, ¿logrará hacerlo durante cuatro años más, si Uribe llega a ser reelegido? Mientras tanto, los problemas sociales del departamento, ¿qué? Por color político o por diferencias ideológicas no se puede castigar a toda una comunidad que demanda cambios y prosperidad. Eso es lo injusto de la política de este país.
Pero como no todo es negativo, y es de entender que sacar leyes en una bancada opositora no es nada fácil, es bueno también reconocer que lo ha intentado, con algunos proyectos referidos a la tutela y a la educación sobre tabaquismo, alcoholismo y drogadicción, entre otros. Esto, sin embargo, no cambia el sentido de la evaluación global de su desempeño.
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