«Los clanes politiqueros que han controlado el poder en el Chocó, son corresponsables de la falta de desarrollo y el empobrecimiento de la gente», dice Albeiro Moya, joven abogado de Quibdó. «Son  una hegemonía de padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos, cuñados».

Por Albeiro Moya Mena, abogado de la promoción 2009 de la Universidad Tecnológica del Chocó, UTCH. Artículo publicado en Chocó 7 Días.

En el Imperio Romano, durante la época de los Antoninos, los emperadores adoptaban a su sucesor en vida,  mediante dinastía o cooptación de alguien muy allegado.

En el Chocó, en pleno siglo XXI, se presenta  esta práctica antidemocrática y vergonzosa. Gran asombro causó el hecho de que el ex representante Edgar Eulises Torres, nominó para liderar al MIR (Movimiento de Integración Regional) en el Chocó a su hijo Tito Torres, y como candidato a la Cámara.

Y del otro clan, del MLP, Movimiento Liberal Popular- Símbolo de Esperanza imponen como candidata al senado a Astrid Sánchez. En este tema el cordobismo no se queda atrás. Recordemos que este grupo controló de manera negativa el poder durante más 20 años.

Lo único que tienen estos clanes es el dinero del presupuesto. No tienen una sola propuesta innovadora para el Chocó.

Estos clanes politiqueros han controlado el poder en el Chocó, y hay que señalarlos como corresponsables de la falta de desarrollo y el empobrecimiento del Chocó.

Son pequeñas camarillas que hacen alianzas entre ellos y con los conservadores para repartirse cargos administrativos, con el objetivo de saquear los entes municipales, y de esta forma, seguir con el círculo vicioso para financiar las campañas y la perpetuidad en el poder.

Esa es una de las razones por las cuales el Chocó no ha podido levantar una propuesta alternativa en su historia reciente.

Estos clanes, a través de sus redes de parentesco, relaciones matrimoniales y políticas con otros sectores, han estructurado una hegemonía de padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos, cuñados, que les ha permitido saquear al Chocó, desplegando una política de dádivas para comprar conciencias.

Ya es tiempo de comenzar a examinar y cuestionar la conducta respecto al criterio que se tiene para aspirar a dignidades de elección popular en nombre del Chocó. Es costumbre que cualquier persona se considera con méritos de postularse como candidato.

No se hace un autoexamen con el objeto de establecer si reúne las calidades morales e intelectuales para procurar el voto de sus conciudadanos.

No se debe aspirar a ser elegido sin reunir las condiciones mínimas para ello. No es suficiente tener dinero para una campaña al Congreso.

¿Será que el pueblo chocoano es tan atrasado para votar por este «paquete político»? Hacemos un llamado al pueblo chocoano a la reflexión y a la acción política.

Por la defensa del Chocó, no vendas tu voto.