Una reflexión sobre la posibilidad de reducir las emisiones de carbono que Colombia no prevé en la actual contienda electoral.
Por Camilo Flórez Góngora*
Mohamed Nasheed era un personaje relativamente desconocido en Occidente, excepto porque en 1991 aparecía en la lista de prisioneros de conciencia de Amnistía Internacional.
Hasta hace pocos años, Nasheed estuvo confinado en una celda, aislado y muchas veces torturado por el delito de oposición a un régimen dictatorial. Desde noviembre de 2008, este sencillo hombre de tez oscura y con apariencia hindú, es el primer presidente elegido democráticamente en la historia política de la República de las Maldivas o Islas Maldivas, un Estado insular en el Océano Indico.
Nasheed fue de los pocos jefes de Estado que se robó el show durante la pasada Conferencia del Clima en Copenhague. Un discurso ambientalmente emotivo y la promesa de transformar a su país, para el 2020, en la primera nación del planeta con cero emisiones de carbono o lo que se conoce en la jerga del cambio climático, carbono neutral; lo han convertido en toda una eco-celebridad.
Las Maldivas son el nuevo ícono de una campaña internacional en pro de la reducción de las emisiones de carbono denominada 350.
Este controvertido número representa el valor de concentración en la atmósfera de las emisiones de dióxido de carbono (expresado en partes por millón ó ppm), uno de los principales gases que contribuye al calentamiento global, y cuya importancia radica en tener efectos no perjudiciales para la vida en el planeta, de acuerdo con los estudios científicos.
La concentración actual de dióxido de carbono en la atmósfera ronda los 390, lo que representa una evolución significativa de las emisiones con respecto a los niveles de la era pre-industrial (275 ppm).
Desde el 2007 se propuso estabilizar la concentración de dióxido de carbono en 450, que corresponde a un aumento de la temperatura media del planeta no mayor a dos grados centígrados.
Sin embargo, 450 no es garantía de seguridad climática para muchos expertos, un aumento de tres grados centígrados ya tendría efectos perjudiciales de amplio alcance.
Algunos países ya tienen listas sus propuestas en materia de emisiones con miras al 2020 y 2050; el próximo noviembre en México se conocerán los detalles de las mismas, incluyendo su viabilidad y costo.
Nasheed tiene elementos suficientes para estar preocupado por los efectos negativos del cambio climático. Su país no sólo ha sobrevivido a la turbulencia política de una dictadura brutal, sino también a los devastadores efectos del tsunami de diciembre 26 de 2004.
Las Maldivas es un conjunto de 26 atolones naturales a una altura promedio máxima de 2,5 metros sobre el nivel del mar. Ante la amenaza del levantamiento del nivel de las aguas del océano por el calentamiento global, las islas Maldivas están en la primera línea de los países de alto riesgo y los pronósticos climatológicos indican que podría ser el primer Estado Nación en desaparecer por causa del cambio climático en el presente siglo.
El calentamiento global o cambio climático es sin duda uno de los fenómenos más complejos que enfrenta actualmente la humanidad.
Su complejidad no sólo se refleja en la dificultad de lograr un acuerdo internacional, racional y eficaz, que sea beneficioso para todos, sino en el rompecabezas que supone romper los intereses particulares, superar las barreras políticas, consolidar estrategias y lograr consensos en medio del escepticismo vigente, especialmente en países desarrollados.
Los países llamados emergentes reclaman su derecho tanto al confort o progreso económico como al desarrollo, camino que ha estado lleno de obstáculos. Nasheed es optimista y no se da por vencido, él firmemente cree en la posibilidad del 350 y con él todo un movimiento ambiental y político que le apuesta a un mundo con temperatura confortable.
El debate está candente, el entusiasmo y el escepticismo siguen sus propias dinámicas; y es precisamente esa mezcla de histeria y enfriamiento lo que hace del cambio climático un tema acalorado y estimulante.
En Colombia, el numero 350 brilla por su ausencia en la actual contienda electoral. Se escucha muy poco acerca de las propuestas, ideas o visiones de los candidatos sobre nuestra mitigación, adaptación y tecnología frente al cambio climático.
Es impensable darle la espalda a un debate, que entre otras cosas, está por definir el futuro de la energía y por ende de la humanidad en el presente siglo.
*Biólogo colombiano. Vinculado con la Universidad Nacional, Universidad Javeriana, Universidad de los Andes, CIAT, Instituto Alexander von Humboldt. Ex Subdirector de las oficinas de Ecosistemas y Calidad del Aire de la Secretaria de Ambiente de Bogotá. Miembro de la junta directiva de la Fundación Color de Colombia.
Artículo publicado originalmente en www.razonpublica.com