Bautizado en Cartagena en 1729, y probablemente nacido allí como esclavo, llegó a ser un personaje notable en Inglaterra.
Por Diego Angulo Marínez, abogado, y miembro del programa «100 nuevas plumas en el Bicentenario, 2010-2021»
Ahora que estamos de celebración por el Bicentenario y que recordamos a próceres, íconos y figuras de especial trascendencia en la gesta histórica independentista, la que a la postre daría como resultado el comienzo de nuestra era republicana, es válido resaltar la figura de uno de los hombres negros más importantes en la historia de nuestro siglo XVIII: Ignatius Sancho.
Según el reconocido historiador Runoko Rashidi en comunicación personal, Ignatius Sancho nació en Cartagena en 1729. Sin embargo, otros autores y fuentes afirman, de manera mayoritaria, que nació en uno de los barcos de la trata trasatlántica. Su madre murió en Cartagena y su padre se suicidó.
Ignatius es llevado a Inglaterra, donde es dado a la custodia de tres hermanas que vivían en Inglaterra y es ahí donde conoce al Duque de Montago (www.brycchancarey.com/sancho), quien se interesa por su educación, formándose entonces con una educación integral para la época.
Con igual suerte que su corracial jamaiquino Francis Williams, Sancho se convirtió en compositor, actor y escritor, demostrando que los negros tenían capacidades innatas para ese tipo de artes, pero la esclavitud era un obstáculo y una aberración para la exploración de esas aptitudes.
Sancho fue muy apreciado en Inglaterra. Fue la primera persona negra que Gainsborough, uno de los más grandes pintores de la historia inglesa, retrató. Igualmente su carisma y tenacidad fueron valorados en la época.
Monta una tienda de ropa bastante famosa y acudida en Westminster. En 1774, debido a su capital económico y a su reconocimiento social, es el primer hombre negro que puede votar en las elecciones británicas (http://en.wikipedia.org/wiki/Ignatius_Sancho).
Fue actor estelar en las obras de teatro donde se han hecho las versiones de las dos más grandes obras de literatura inglesa con influencia afro, Otello de Shakeaspare y Oroonoko de Aphra Behn.Desafortunadamente, Sancho sólo alcanzó el elixir más alto en su fama, después de su muerte, que aconteció en 1780, ya que «Las últimas cartas de Ignatius Sancho, un africano», fueron publicadas, dos años después, siendo para la época uno de los escritos más leídos por los británicos.
En su lógica monarquista, se opuso a la guerra de independencia de los Estados Unidos, siendo este hecho determinante en su pensamiento conservador. No obstante, hay que resaltar sus virtudes como escritor, poeta, actor y comerciante, siendo entonces, un americano que se convirtió en inglés y que nunca renegó de su origen africano y su bautismo en la cristiandad con su nombre de pila, realizado en el antiguo Nuevo Reino de Granada, en lo que hoy es Cartagena.
Sin lugar a dudas, debido a sus escritos, muy leídos, y a ser el primer ciudadano negro que pudo ejercer el derecho al voto en el Reino Unido y personificar papeles estelares en Otello y Oroonoko, Ignatius Sancho de ser cierta la versión de que es cartagenero, sería uno de los «afrocolombianos» más importantes del siglo XVIII.
Si bien su aporte para el avance de la gente de raza negra no se encuentra circunscrito específicamente a ningún país, él es un hito para que personajes como Reggie Yates, Naomi Campbell, Seal, Damon Buffini y otros, 250 años después, tengan un papel en la historia inglesa.