Prescott, pionero de los estudios en EE.UU. sobre la poesía de autores colombianos negros, y gran amigo de Manuel Zapata Olivella, conversó con la joven periodista Stephanie Claytor en la Feria del Libro.

Por Stephanie Claytor, periodista graduada en Syracuse University y Fulbright ETA en Bogotá. Especial para Color de Colombia

Bogotá, Colombia. Durante la reciente 23 Feria Internacional del Libro, el Dr. Laurence Prescott, estadounidense y profesor de Literatura Hispana y Afro-Latina en la Universidad  estatal de Pennsylvania, habló  de dos poetas afro-colombianos famosos: Jorge Artel y Candelario Obeso.

Prescott se enteró de esos poetas durante sus propios viajes. Mientras estudiaba en la Universidad de Indiana, Prescott asistió a lecturas de Manuel Zapata Olivella, otro famoso escritor afro-colombiano, quien escribió Chambacu, Corral de Negros, entre otras obras.

Prescott se fascinó con las obras de Zapata cuando aprendió que había negros, como él, viviendo en Colombia. Él mantuvo contacto con Zapata, que le ayudó a publicar su primer artículo sobre la población afro-colombiana, en este país.

Esta experiencia e intercambio cultural ayudó a Prescott a aplicar y recibir un Fulbright-Hays Fellowship en 1975 para hacer una investigación sobre  escritores afro-colombianos, incluyendo Obeso, Zapata, y Artel.

Después de 2 años buscando libros viejos de los poetas, conociendo a algunos de ellos y a sus familias, y viajando a través de Colombia y Latino América y Europa, Prescott escribió su obra Candelario Obeso y la iniciación de la poesía negra en Colombia (1985), permitiéndole recibir su doctorado de la Universidad de Indiana.

En 2000, el escribió el libro Sin odios ni temores: Jorge Artel y la lucha por la expresión literaria negra en Colombia.

En su charla en la Feria del Libro, Prescott usó las experiencias de Artel y Obeso como un ejemplo para demostrar por qué es importante que más afro-descendientes jóvenes viajen.

«Viajar significa cambio. Es una oportunidad de aprender algo nuevo, tener experiencias nuevas y conocer gente nueva. Amplía su conocimiento del mundo,» dijo Prescott. «Uno es capaz de identificarse con otros, y ser libre de sus limitaciones en su propio ambiente.»

En un sentido, Prescott implicó que cuando alguien viaja, ve más la humanidad de la otra gente y sus  similitudes y estará menos inclinado a enfocarse en las diferencias de los otros.

De acuerdo con el  Gobierno Estadounidense, solamente 28 por ciento de la población de su país tiene un pasaporte. Considerando que el porcentaje de afro-americanos que tienen un pasaporte es mucho menor  y el resto de la población afro-descendiente viviendo en las Américas tiene que tener mucho dinero guardado para obtener una visa de viaje- que es imposible en muchos casos-, parece que Prescott tiene un buen punto.

Nosotros, gente negra y afro-descendientes- necesitamos encontrar una manera, como nuestros referentes, para viajar más. Eso permitiría un intercambio cultural y un mejor desarrollo de nuestras comunidades.