Bahía y Mar Estéreo ya no reflejan a la sociedad de sus oyentes, y cobran comisión a los artistas locales, dice periodista Yefferson Asprilla.
Por Yefferson Asprilla Escobar, periodista bonaverense radicado en Washington
Me encanta estar en Buenaventura porque amo mi tierra. Cuando viajo a mi puerto, lo primero que hago, al pasar Zaragoza, es empezar a sintonizar la radio.
Cuando regresaba de Bogotá a Buenaventura en mis vacaciones universitarias, hace ya 10 años, sentía una emoción muy grande al escuchar la radio y sentir el latir del Pacífico.
En las ondas hertzianas, voces insignes de locutores bonaverenses, la buena salsa y la música del pacífico, que daban la bienvenida al bello puerto.
Últimamente esa emoción ha desaparecido. Como de costumbre escuchando la radio al llegar al puerto, llegué a pensar que iba en el camino equivocado. Creí que estaba entrando a Cali o a Popayán cuando en realidad cruzaba el Palacio del Coco.
No me daba menos que pensar al escuchar Bahía Estéreo, antigua Cascajal Estéreo, y al pasar a Mar Estéreo, peor.
Me di cuenta de que no estaba equivocado: que el problema era que la radio comercial en la ciudad había perdido la identidad porteña y se había ‘caleñizado’.
Si bien estas emisoras son comerciales y privadas, están en la obligación de reflejar en sus contenidos, en la programación y en sus periodistas y locutores, a la sociedad a la cual pertenecen y a la cual transmiten su producción.
Esto parece que se les olvidó a los propietarios de Bahía y Mar estéreo. El amo y señor de las emisoras más escuchadas en Buenaventura, una ciudad de mayoría afrodescendiente, decidió desterrar a los profesionales, locutores, periodistas y técnicos afrodescendientes de sus micrófonos y los trae ahora desde Cali, Cartago, Popayán. Es decir, cualquier otra ciudad menos Buenaventura. Y la comunidad sigue escuchando estas emisoras! No hay derecho!
La pauta comercial para que estas emisoras sobrevivan sale en su mayoría de las empresas de Buenaventura, y al final de lo que consumen y compran los porteños.
Pero eso sí, las voces que entran a sus hogares son foráneas y no representan nuestra identidad, costumbres y en general la cultura, porque hasta en el acento son diferentes.
La radio con acento y sabor bonaverense de Elver Rengifo, Walter Jaime Bonilla, Aida Lida Castillo, Ivon Truque, Eric Aldemar, Jaime Sánchez, Lewis Montano, Julio César Bonilla, Ernestina Viera, Luis Suárez, entre otros, ha pasado al olvido. A pesar de que son profesionales con mucha potencialidad aún, en estas emisoras ya no tienen espacio.
Para los artistas, incluso oriundos de Buenaventura, la situación todavía es más complicada porque tienen que pagar la famosa «payola», es decir, una comisión a los dueños de las estaciones de radio para que su música suene. Porque definitivamente el que no paga, no suena.
Parece que no basta con la exclusión en los grandes medios en Bogotá y Cali; ahora esa exclusión e invisibilidad también se reproduce en las emisoras locales.
Las sociedades se reflejan en sus medios de comunicación. Mar Estéreo y Bahía no están reflejando lo que es Buenaventura.
Hay que castigarlos con el silencio y la no sintonía, o será que si la gente no los escucha van a sobrevivir?  Estoy seguro que no.
Publicado en Diario EXTRA de Buenaventura, 18/05/2011