El Presidente Santos canceló una visita a Tumaco, en la que la población tenía puestas muchas esperanzas. Todas las fuerzas vivas buscan hacerse oír del Gobierno nacional ante la delincuencia y la violencia que azotan a la ciudad.
Por Fernando Pinzón Pérez, director del periódico TumacaPopolo
La isla de Tumaco, con 90 mil habitantes, al suroccidente de Colombia, convertida en epicentro de violencia y crimen por acción del narcotráfico y los grupos al margen de la ley, decidió organizar de manera unida y pacífica una jornada de paro cívico para el jueves 15 de septiembre, como protesta por lo que califican como: «indiferencia y falta de voluntad política del gobierno nacional, para atender de manera oportuna la solución de sus problemas».
Una semana atrás, el presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, suspendió pocas horas antes una anunciada visita a este puerto con varios de sus ministros con el fin de realizar un Consejo de Seguridad para tomar decisiones para combatir y erradicar los grupos armados al margen de la ley que siembran la muerte y el terror.
A esta comunidad de pescadores, agricultores, maestros, comerciantes y gente que vive del rebusque ante la ausencia de oportunidades y la nula creación de empleos, le pareció que la copa se rebosó y decidió cancelar toda actividad económica, social, educativa, administrativa y cultural durante 24 horas, como una forma de llamar la atención del Ejecutivo nacional.
El gerente del Hotel Los Corales, Paulo Flórez, uno de los líderes de la convocatoria, manifestó que se logró la participación tanto del comercio organizado como informal, las iglesias cristianas, católica, las 26 instituciones educativas del municipio que agrupan a 63 mil estudiantes y más de 2 mil maestros, las organizaciones sindicales, sociales, los gremios de la producción e inclusive las agrupaciones políticas sumidas en pleno proselitismo político.
El alcalde municipal Neftalí Correa Díaz, mediante decreto autorizó la movilización que de acuerdo con las estimaciones de la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Tumaco, Zaida Patterson, aspira a contar con más de 5 mil personas, en un recorrido que inicia temprano en la mañana y que se desplazará por las principales vías de la ciudad, cuyos andenes lucen congestionados a toda hora por humildes ciudadanos que en un esfuerzo por ayudar a sus familias venden toda suerte de artículos a precios menores, sin tener muchos compradores.
El turismo, fuente principal de ingresos, se encuentra reducido a su mínima expresión, mientras el sicariato, alimentado por jóvenes locales que no encuentran alternativas para desarrollar sus proyectos de vida, y están al servicio de las bandas criminales, ejecuta asesinatos por encargo y extorsionan hasta pequeños tenderos y vendedores de minutos de la telefonía móvil.
Las autoridades hacen esfuerzos por combatir la ola delincuencial, con relativo éxito, por lo que la visita presidencial se había constituido en una esperanza de que las cosas comenzaran a cambiar favorablemente en este puerto, donde los pocos barcos que llegan son manejados desde la capital de la nación, a donde trasladaron las oficinas portuarias.
Tumaco, llamada la «Perla del Pacífico», aspira a lograr con este acto de protesta la atención estatal necesaria para la solución de sus numerosos problemas.
* Esta crónica aparecerá el próximo jueves en el semanario EL SOL News de New York (60 mil ejemplares) y el viernes en su página web (150 mil visitantes. Circula en varios países).