Ferney Sepúlveda Tuberquia, 15 años, de Carepa, es campeón intercolegiado de Antioquia. Una «crónica del camino» de Wilmar Jaramillo, director de El Pregonero del Darién.
Con tan solo quince años a cuestas, Ferney Sepúlveda Tuberquia ya sabe lo que es saborear el triunfo, pero primero tuvo que vivir en carne propia lo que es crecer en medio de grandes carencias.
Su hogar no tenía energía eléctrica y no solamente le tocaba hacer su tareas a la luz de una vela, sino entrenar con su hermano Johan Esteban, para no perder la disciplina ni el ritmo en el juego ciencia, como le llaman los entendidos al ajedrez.
El muchacho habita con su señora madre, Luz Dary, su padrastro Jairo, un moto taxista que a duras penas gana para las prioridades de la casa, y dos hermanos más, una modesta casa de la vereda El Palmar en Carepa.
A esa vereda apenas hace tres semanas que llegó la luz eléctrica, gracias a un programa de la Gobernación de Antioquia que se llama «Antioquia Iluminada».
Este año concluyó su grado décimo en el Liceo Luis Carlos Galán, hasta donde hacía todos los días el recorrido desde su vereda a pie, lo mismo que para acudir a sus entrenamientos.
Por fortuna, los directivos del Chess Club Papagayo de Ajedrez le dieron una bicicleta, premiándolo por los esfuerzos que tenía que hacer para acudir a clases.
Breve recorrido
Ferney dio sus primeros pasos como ajedrecista al lado de su hermano Johan Esteban en  el 2008; luego parte al municipio de Mutatá a debutar en un escolar, logrando el tercer puesto entre quince deportistas.
Posteriormente viaja a Medellín, donde se radica por poco tiempo, pero no pierde la conexión con el ajedrez. Allí entrena con un vecino dueño de una tienda, para retornar nuevamente en el 2010 a Carepa.
Regresa a un viejo club que antes lo había acogido por los lados del estadio, donde se prepara para participar en el Intercolegiado grado A y representa a Urabá en los Juegos Departamentales de Antioquia, realizados en el municipio de Jardín, donde logra para Carepa el quinto lugar.
Luego vendría el Torneo de la Raza, categoría Sub 14 en Medellín, donde obtiene el puesto número 12 entre 80 deportistas de todo el país.
Tras esta experiencia parte para el Open de las Américas en Medellín, logrando el puesto 25 entre 150 ajedrecistas y de allí pasa al Panamericano en la ciudad de Cali en julio del año en curso en la categoría Sub 16. Se foguea con deportistas de toda América y hace una aceptable presentación.
Pero es junio de este mismo año en el intercolegiado B jugado en Chigorodó, cuando en una destacada actuación vence a las delegaciones de Turbo y a Johan Sebastián Hernández de Apartadó, a quien eliminó del departamental de Necoclí.
Además de enfrentarse a los mejores de Antioquia en esta categoría, en una jornada recordada por que se presentó un triple empate entre los jugadores de Apartadó, Itagüí y Ferney de Carepa.
Se intentó dirimir ese empate mediante partidas de ping pong (partidas rápidas de cinco minutos), resultando nuevamente empatados. Se acudió a otro mini torneo de tres minutos, hasta que finalmente Carepa con Ferney a la cabeza se corona campeón por primera vez en la historia de los Juegos Departamentales en ajedrez.
Ferney va nuevamente a Cartagena en septiembre en representación de Antioquia en los intercolegiados donde realiza una regular actuación.
Dice con franqueza que se destaca en Geometría y filosofía, pero que es flojo en español y química, tal vez esa sea la preocupación de su señora madre, que descuide los estudios para concentrarse frente al tablero.
Aquí está el recorrido de un joven de 15 años, cuyo triunfo a pesar de haber pasado desapercibo por la alcaldía de Carepa, tal vez muy ocupados firmando contratos, haciendo pavimentos a la carrera y terminando edificios, pero su colegio, el Liceo Luís Carlos Galán le rindió una tarde cívica como el mejor de los homenajes recibidos.
Ferney tiene sueños, como todos los jóvenes: llegar a ser gran maestro internacional de ajedrez, que lo respalden para participar en nuevos torneos nacionales e internacionales, y que las administraciones municipales incluyan el ajedrez como una herramienta pedagógica.
Agradece públicamente el apoyo que le ha brindado el Imder enviándolo a la ciudad de Medellín y de su amigo, Diego Echavarría, un mecenas que los ajedrecistas de la zona han encontrado en el camino.
Foto 2
En las oficinas de EL PREGONERO DEL DARIÉN, el joven Ferney, y el señor Diego Echavarría, gran aficionado a este deporte y mecenas de algunos jugadores, disputaron una partida de entrenamiento.