«En el pasado escuché hablar mucho sobre la importancia de pensar en grande. Hoy es la primera vez que creo en ello», dice Ludis Palacios, estudiante de U. de Antioquia, tras encuentro en el Centro Colombo Americano de Medellín por el Mes de la Historia Afroamericana.
Por Ludis Jasmín Palacios Palacios, estudiante de Derecho de la Universidad de Antioquia*
El sábado 18 de febrero de 2012 será un día que nunca olvidaré.
Ocho días atrás, de la Fundación Color de Colombia me preguntaron si estaba interesada en participar en una charla sobre liderazgo que sería dictada por el experto Juan P. Casimiro. Como era lógico, de inmediato respondí que sí.
Durante toda la semana esperé a que llegara el momento. Tenía muchas expectativas sobre el objetivo por el que nos convocaban: el emprendimiento.
Cuando el momento llegó, me sentí afortunada, pues pensaba: ¿cuántos jóvenes tienen la oportunidad de escuchar a un hombre que está lleno de experiencias, de triunfos, de aprendizajes, constancia, disciplina, y ante todo de sueños? La realidad es que son muy pocos.
La conferencia empezó y, a medida que pasaba el tiempo, se ponía mejor. Juan Casimiro nos contó humildemente su historia, de una forma admirable. Cada relato de su vida era un elemento útil para exponernos la tesis: ¨everything is possible¨.
Una y otra vez nos decía que debemos: ¨think big¨. Debo reconocer que en el pasado escuché  hablar mucho sobre la importancia de pensar en grande. Sólo que hoy es la primera vez que creo en ello.
Lo que más me gustó de la charla fue la pasión con la que nos decía que sus logros se han convertido en el medio para obtener el mayor de todos, que es tener una fundación que le permite ayudar a los demás.
Durante la charla hicimos varias dinámicas de grupo y debo contarles que en una de ellas me gané $20.000. Lo importante no fue el valor que me gané sino la forma en la que me los gané.
El señor Casimiro extendió ante nosotros, unos 13 becarios Martin Luther King y dos invitados de Color de Colombia (foto), un billete de $2.000 y nos preguntó si estábamos interesados en dicho billete. Solamente uno de los asistentes se levantó a cogerlo.
Eso me hizo pensar sobre la importancia de aprovechar las oportunidades en el momento que nos llegan. Luego Juan Casimiro sacó otro billete de mayor valor e hizo lo mismo que con el anterior.
Cuando yo vi que nuevamente se me presentaba la oportunidad, no dudé en dirigirme hacia él. Eso lo hice movida por el aprendizaje que me había quedado del joven que se levantó a coger los $2.000 y porque comprendí que las oportunidades pocas veces nos llegan varias veces en la vida.
Con los $20.000 que me gané compraré dulces para venderlos en mi universidad, ya que la idea es invertirlos y obtener ganancias.
Esta charla me ha motivado bastante, a tal punto que he pensado en emplear los estudios de Derecho que estoy cursando en la Universidad de Antioquia en un programa radial, en el cual pueda  asesorar a las personas sobre temas legales.
Expreso mis más sinceros agradecimientos a Jeremy McNeal, director académico del Centro Colombo Americano, que resolvió una pequeña descoordinación, y a Juan Casimiro, por ese compromiso social que tienen.
Y por haber despertado en mí un espíritu soñador deseoso de realizar un gran proyecto de vida.
Al llegar a mi casa, encontré un correo de Color de Colombia para sus 15 invitados en cinco de las seis ciudades que visitó Casimiro, donde se nos decía que podíamos escribir un artículo o responder dos preguntas en torno a la charla.
Entonces decidí aprovechar la oportunidad de publicar un artículo y lo envié sobre la media noche.
* ludispalacios@hotmail.com