Regresó de sus estudios en el Massachusetts Institute of Technology, MIT, y preside la Corporación Manos Visibles, que trabaja con jóvenes en situación de riesgo. Entrevista.
Por María Angélica Osorio, de la redacción de Color de Colombia.
Sigue con «una agenda intensa, pero con tiempo para escribir y terminar el libro que espero publicar este año, bailar y tener más tiempo para mi familia, mi pequeño grupo de amigos y sobretodo para mi».
En el MIT realizó un programa en planeación urbana y regional, con investigación en juventud en riesgo y desarrollo urbano, lo que se nota en su nuevo liderazgo.
Es consultora de varios organismos internacionales, presidente de la Corporación Manos Visibles (www.manosvisibles.org) y asesora de la Universidad de los Andes para una Maestría en Gerencia y Práctica del Desarrollo que lidera a nivel global Columbia University y el equipo de Jeffrey Sachs.
Desde sus estudios en MIT, ¿qué prioridad ve para Colombia?
La prioridad de una política social más efectiva que incorpore enfoques diferenciales y que permita que las transformaciones se den canalizando el gran espíritu de solidaridad que tiene este país, no solo por los mecanismos de control que se implementan sino por el fortalecimiento de las redes y el empoderamiento de los ciudadanos.
¿Qué perspectiva de intervención tiene la Corporación Manos Visibles?
Manos Visibles recibe su nombre respondiendo a la antítesis del concepto de Adam Smith de la mano invisible y tiene toda una filosofía de empoderamiento social y cultural.
Nosotros hemos construido un emprendimiento social con el apoyo de la Fundación AVINA, que busca generar prácticas de inclusión efectiva, dirigidas a jóvenes en situación de riesgo y de la comunidad afrocolombiana, desde sus procesos organizativos como las redes de mujeres, los grupos culturales y los consejos comunitarios.
En el marco de estas prácticas incorporamos enfoques integrales bajo procesos de innovación social, buscando que los actores de nuestros proyectos tengan acceso a las oportunidades y transformación de sus proyectos de vida personal y colectivos.
¿Qué ha pasado con las becas Fulbright que usted impulsó?
Creo que se abre el camino para que otra vez el gobierno incorpore esta iniciativa y ojalá se amplíe. Ha sido muy difícil, pero estamos trabajando para que incluso se abran nuevas puertas más adelante.
¿Qué opina de la penalización de la discriminación?
Son pasos, que requieren de una institucionalidad fuerte, una gran apropiación comunitaria y una serie de programas que permitan complementar la acción del derecho con los cambios del inconsciente colectivo de tantos colombianos.
¿Se quedará en Colombia?
Naturalmente, en mi vida siempre he estado en movimiento y voy a continuar con una agenda internacional muy activa, pero desde aquí.
Yo adoro este país, la gente de las comunidades me hace mucha falta y me brinda un cariño que nutre mi cotidianidad y nunca tendré como retribuir, más que con seguir trabajando.
La vida en general que quiero construir y muchas de las cosas que me hacen feliz están aquí.
[En la foto, con el músico brasilero Carlihnos Brown y la presentadora de televisión Pilar Schmitt]