Medicina Legal da 18 días de incapacidad a la madre y la Fiscalía desestima acusación presentada por la Policía. Campaña en twitter para identificar a agresores.
El pasado domingo 21 de octubre,  cerca de la 1:30 de la tarde, agentes de Policía de la Estación de El Vallado de Cali agredieron a la familia Góngora Estupiñán del barrio Ciudad Córdoba, cuarta etapa.
Los vecinos no salen del estupor por lo que pasó: a la violencia contra el hijo para una aparente requisa, siguieron golpes contra la mamá y la hermana.
Esta es una familia apreciada en la comunidad. Dos agentes iniciaron la agresión y luego los refuerzos hicieron tiros al aire y lanzaron golpes de macanas a los vecinos.
Yenny Estupiñán, la mamá, es regente de Farmacia y coordinadora del Servicio Farmacéutico de la Red de Salud de Oriente.
Su hija, Ana Liliana Góngora (foto), es enfermera Jefe del Servicio de Salud Sexual y Reproductiva del Centro de Salud El Vallado.
Y su hijo Andrés Felipe Góngora (foto), de 18 años, es estudiante y padece insuficiencia renal crónica.
Como resultado de la agresión, Medicina Legal otorgó 18 días de incapacidad médica a la madre, por golpes, contusiones y probable pérdida de un diente.
A la hija, 6 días de incapacidad, y al hijo, 8 días por golpes, contusiones y raspaduras.
Luego de retenerlos varias horas en los calabozos de la Estación, la Policía  pretendió acusar ante la Fiscalía a los agredidos de posesión de cinco cigarrillos de marihuana y de tener un expendio de droga en su casa, donde los habrían «capturado».
La fiscal de turno no les creyó a los agentes y pidió que los miembros de la familia agredida fueran atendidos por médicos y  valorados por Medicina Legal.
Este caso, por la actitud de los dos agresores  iniciales, de los refuerzos y de otros agentes en la Estación, parece reflejar un serio problema de descomposición de la ética policial en Cali.
Hay, además, un claro elemento racial por las repetidas frases como «estos negros hijueputas tienen lo que se merecen».
No se trataría solamente de «dos manzanas aisladas», que son los agentes de la patrulla número 12354. De unos 30 años, uno blanco alto y otro de estatura baja y rasgos indígenas, con una cicatriz en el ojo izquierdo.
Si un lector tiene más información de otras agresiones de estos agentes y datos para identificarlos claramente, pueden compartirlos en las cuentas de twitter @ColordeColombia y @chaoracismo
Desde este espacio en eltiempo.com, la Fundación Color de Colombia hará difusión y seguimiento hasta que se haga justicia.
El próximo martes 30 de octubre publicaremos aquí el relato desgarrador de Ana Góngora sobre el incidente y las humillaciones que recibieron por parte de la Policía.