Aprender inglés por medios propios, incrementa las posibilidades de acceder a becas de estudios del segundo idioma y estudios de educación superior en los Estados Unidos.*
Por Jeremy L. McNeal, PhD
Pensemos en torno a un caso que aumentó las pocas oportunidades para los jóvenes afrocolombianos a través del inglés. Como se sabe, en 2012 se relanzaron las Becas Fulbright para estudios de educación superior en los Estados Unidos.
La beca cubre la mayoría de los costos. Es un programa de muy alta exigencia patrocinado por el Departamento de Estado de EE. UU. y el gobierno colombiano, que solo otorgará 5 becas para 2013.
Los postulantes deben contar con un nivel al menos alto-intermedio de inglés para presentar la entrevista personal y arrojar un buen puntaje en los exámenes estandarizados.
El anuncio de apertura de las becas Fulbright ha motivado esta inquietud: ¿cómo puede un joven afro lograr tal nivel de inglés si no cuenta con recursos económicos? Una respuesta parcial se ha dado en varias ciudades colombianas desde 2006.
Se trata del Programa de Becas Martin Luther King, Jr, que busca proporcionar a jóvenes afros e indígenas dos años de capacitación en inglés y liderazgo.
Desde el inicio del Programa MLK, un buen número de alumnos han usado las herramientas adquiridas para llegar al próximo nivel, realizando prácticas e intercambios en el exterior y adelantando estudios de maestría y doctorado tanto en Colombia como en otros países, principalmente los Estados Unidos.
Aunque el Programa MLK ha sido de gran impulso para que varios afrocolombianos puedan tener mejor acceso a oportunidades educativas y laborales, solo se otorgan alrededor de 90 becas cada dos años, dejando una gran cantidad de jóvenes muy merecedores por fuera.
La idea de aprender inglés por cuenta de uno suena como un sueño muy lejano y no realista, pero la verdad es que la motivación y el deseo de superación no tienen límite. No hay factores sociales ni económicos que puedan detener la voluntad de un joven decidido.
El caso del urabeño George Palacios, que obtuvo su doctorado sobre el pensamiento de Manuel Zapata Olivella y la diáspora africana en las Américas en la Universidad de Pittsburgh, y ahora es docente de español y literatura en la universidad St. Mary’s College, en Notre Dame, Indiana (EE.UU.), demuestra claramente que cuando hay determinación personal y disciplina, no existen las barreras.
El doctor Palacios inicialmente aprendió inglés en casa por el interés, el empeño y la motivación de su padre y cuando hizo el bachillerato en Apartadó y la universidad en Medellín, siguió con la disciplina de estudiar la lengua con cuanto material llegara a sus manos.
Debido a que ya tenía bases importantes que le permitían comunicarse en la lengua ganó una beca para viajar a Estados Unidos para perfeccionarla y luego adelantar sus estudios de doctorado.
Los Becarios MLK y los que logran estudiar inglés sin esta beca tienen algo en común: llevan dentro de su alma y corazón el deseo imparable de sobresalir en los procesos educativos de aprendizaje y en muchos casos, el inglés juega un rol sustancioso en dichos procesos.
*Publicado en la revista Color de Colombia, cuya edición 4 fue posible gracias al apoyo del Programa para Afrodescendientes e Indígenas de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, USAID.